A propósito de presentarse en esta 32 Feria del Libro de La Habana los libros El gusto jugoso de la carne y El celular encantado —Premio Fundación de la Ciudad de Santa Clara 2020, disponible para los lectores en la feria—, de la escritora Olga Montes Barrios a quien se le dedicará esta edición de la Feria del Libro en la provincia de Artemisa, compartimos esta entrevista que le realizáramos en 2023 a propósito de recibir el Premio Fundación de la ciudad de Matanzas con el título Mujeres de café.
Recientemente se dieron a conocer los ganadores del XVI Premio Literario Fundación de la Ciudad de Matanzas, del que la escritora Olga Montes resultó ganadora en la categoría de Novela, con Mujeres de café. Con motivo de este lauro, Cubaliteraria se ha acercado a la autora para conocer sobre sus inicios en los caminos de la escritura, algunos detalles de la novela premiada y los nuevos proyectos que tiene en perspectiva.
¿Cómo supo Olga Montes Barrios que quería ser escritora, de dónde surgió esa necesidad de contar historias?
Siempre supe que quería ser escritora, desde niña, aunque veía a los escritores como eruditos, personas muy sabias, bien lejanas de mi realidad. Nunca me creí escritora. Luego conocí los libros, la literatura y eso lo dejó todo más claro.
Escribí primero en la mente, luego en el papel. Fui una niña tímida, introvertida, me costaba hacer amistades y me pasaba el tiempo imaginando historias. Luego, cuando aprendí a leer, me apasioné con los libros. Leer para mí era una fiesta, un refugio, un descubrimiento mágico, y escribir fue como jugar, la posibilidad que encontré de dar algo mío a los otros.
Coméntanos sobre escritores, lecturas o personajes que te hayan inspirado en el camino de la escritura.
Siempre fui una lectora voraz. Yo diría que he leído bastante, a lo largo de toda mi vida y todos esos autores y lecturas me han influenciado, en mayor o menor medida, en el camino a la escritura.
Les debo a muchos y conformar una lista sería injusto, porque siempre se me quedarían tantos. Pero las lecturas de mi infancia fueron imprescindibles en mi formación, primero como lectora y luego como escritora.
Se ha perdido una niña, de Galina Demikina; El tigre en la vitrina, de Alki Zei; Las aventuras de Tom Sawyer, de Mark Twain; Pippa Mediaslargas, de Astrid Lindgren;
José Martí, Dora Alonso, Eliseo Diego, Nicolás Guillén, Onelio Jorge Cardoso, por supuesto. Y luego, ya de adulta, Alejo Carpentier, Ernest Hemingway, Charles Bukowski, Alice Munro, Borges, Salinger, William Faulkner y tantos, tantos otros.
Enrique Pérez Díaz, Eldys Baratute, Mildred Hernández, Rubén Rodríguez. Ufff, muchísimos más.
Un libro que no puedo dejar de mencionar: Las brujas, de Roald Dahl. Matilda, también de este autor.
Tu hoja de vida como escritora suma más de una decena de títulos publicados y una cifra similar de galardones literarios. Eso habla no solo del talento y la calidad de tu obra, sino también de disciplina y constancia. ¿Tienes alguna rutina, algún hábito como escritora a la hora de crear tus libros?
Tengo una rutina y una fórmula mágica.
La rutina: levantarme temprano, entre las cinco y las seis de la mañana y escribir, casi todos los días.
La fórmula mágica: voluntad, disciplina y constancia.
¿Por qué escribir literatura para niños?
La literatura me acompañó en mi infancia, en mi adolescencia y me ha seguido acompañando hasta hoy. Yo diría que los libros me salvaron de muchas cosas y escribir para esas edades es como saldar una deuda personal.
Quiero darles, a los niños y jóvenes de hoy, lo que yo encontré en los libros, cuando tenía esas edades. Quiero que mis libros los acompañen, los guíen, los diviertan, los abracen. Que mientras tengan un libro a mano nunca se sientan solos ni abandonados, porque estoy convencida de que la literatura salva.
Recientemente obtuviste por tercera vez el Premio Literario Fundación de la Ciudad de Matanzas, en esta ocasión en la categoría de Novela. ¿Qué sentiste al conocer que un jurado de prestigio integrado por Arturo Arango, Dazra Novak y Yunier Riquenes había seleccionado Mujeres de café, como la novela ganadora?
Una satisfacción muy grande, por supuesto. Para mí es un honor. Junto al excelente jurado que premió la novela, ganar el Premio Fundación de la Ciudad de Matanzas es un mérito muy codiciado por cualquier escritor que viva en la Isla. Por otro lado, el Premio Fundación de la Ciudad de Matanzas, además de ser muy prestigioso y serio, está muy bien organizado, y los libros son preciosos. Agradezco una vez más al jurado y a todos los organizadores del evento por esta oportunidad.
¿Qué te inspiró a escribir Mujeres de café?
La vida de la mujer rural contemporánea, muy rica —y agregaría—, poco abordada en la literatura cubana de estos tiempos.
¿Qué razones darías para recomendar a los lectores esta novela?
Diría que es una novela narrada desde el punto de vista de siete mujeres, de distintas edades y distintas maneras de pensar, que a la vez que cuentan la historia de una de ellas, narran la historia de un pueblo cafetalero, de la Cuba actual y cuentan sus propios relatos, sus conflictos, sus frustraciones, sus sueños, sus miedos, sus logros. Historias en las que muy bien pudieran encontrarse las mujeres de cualquier edad o contexto.
Por último, nos encantaría conocer si estás inmersa en algún nuevo proyecto literario o sociocultural.
Actualmente estoy escribiendo los últimos guiones de una versión de Mujeres de café para el audiovisual. Sí, Mujeres de café será telenovela también.
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Puede descargar de forma gratuita en nuestro Portal si más reciente título El gusto jugoso de la carne
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