Guilherme Gontijo Flores es traductor, poeta y profesor de Lengua y Literatura Latinas en la Universidad Federal de Paraná, Brasil. Entre otros libros, ha publicado los poemarios brasa enganosa (2013, finalista del Premio Portugal Telecom de poesía), Tróiades (2014-2015, L’azur Blasé (2016), Naharia (2017) y carvão :: capim (2017). Traduce al portugués desde varios idiomas: griego antiguo, latín, francés, inglés, alemán y español. Como traductor ha publicado Anatomia da melancolía, de Robert Burton (Premios APCA y Jabuti de Traducción); Elegías de Sexto Propércio (Premio Paulo Rónai de Traducción) y Fragmentos completos de Safo, entre otras. En colaboración con Rodrigo Tadeu Gonçalves publicó Algo infiel: corpo performance tradução. Es coeditor de la revista digital escamandro: poesia tradução crítica, y miembro fundador del grupo Pecora Loca, dedicado a la traducción y performance vocal de poesía.
Invitado al XV Simposio de Traducción Literaria de la UNEAC, el profesor Guilherme presentó en la sala Villena de la UNEAC una ponencia relacionada con el abordaje actual de los clásicos griegos; concluido el simposio, leyó y comentó textos del importante poeta y traductor brasileño Haroldo de Campos en la sede de Cubapoesía (25 y Hospital, Centro Habana), el 28 de noviembre pasado.
Con la anuencia de Guilherme, he traducido los apuntes que sirvieron de base a su charla: una breve biografía de Haroldo de Campos con una selección de su obra ensayística, poética y traduccional, y algunas de sus opiniones referentes al proceso de la traducción, junto a acotaciones de Guilherme acerca de Haroldo y sus criterios.
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Poeta, traductor y ensayista, Haroldo de Campos (São Paulo, Brasil, 1929-2003) funda en 1952, con su hermano Augusto de Campos (1931) y Décio Pignatari (1927—2012) el grupo Noigandres, que dura como revista homónima hasta 1962. Comienza con la Poesía Concreta en 1956, y permanece fiel a esta por lo menos hasta 1963. A partir de entonces sigue una carrera peculiar, cruzando traducción, ensayo y poesía propia, que seguirá por más de cuarenta años.
Ensayos: A arte no horizonte do provável (1972); Morfologia de Macunaíma (1973); Metalinguagem & outras metas (1992); O arco-íris branco: ensaios de literatura e cultura (1997); O segundo arco-íris branco (2010), póstumo; Transcriação (2015), póstumo, organizado por Marcelo Tápia y Thelma Médici Nóbrega
Poesía: O Auto do Possesso (1950); Xadrez de Estrelas (1976); Signância: Quase Céu (1979); Galáxias (1984); A Educação dos Cinco Sentidos (1985); Crisantempo (1998): A Máquina do Mundo Repensada (2001); Entremilênios (2009), póstumo.
Ezra Pound – Cantares (1960) con Augusto de Campos y Décio Pignatari; Panaroma do Finnegans Wake (1962) con Augusto de Campos; Poemas de Maiakóvski (1967) con Augusto de Campos y Boris Schnaiderman; Mallarmé (1974) con Augusto de Campos y Décio Pignatari; Deus e o diabo no Fausto de Goethe (1981); Transblanco (1986), de Octávio Paz; Hagoromo de Zeami (1993); Escrito sobre Jade: poesia clássica chinesa (1996); Bere’shith: a cena da origem (2000); Ilíada de Homero (2 vols., 2002 / 2003)
- De la traducción como creación y como crítica (1962):
La traducción de textos creativos será siempre recreación, o creación paralela, autónoma, pero recíproca. Mientras más lleno de dificultades esté el texto, más recreable, más seductor en cuanto posibilidad abierta a la recreación. En una traducción de esa naturaleza, no se traduce solo el significado, se traduce el propio signo, o sea, su fisicalidad, su materialidad misma (propiedades sonoras, de imaginería visual […]).
Ezra Pound y make it new:
Es verdad que, muchas veces, Pound traiciona la letra del original (para rendir tributo al proverbio traduttori traditori); pero, aun cuando lo hace, y aun cuando lo hace no por opción voluntaria sino por equívoco flagrante, consigue casi siempre –por una especie de milagrosa intuición o tal vez de solidaridad mayor con lo dicho, con la Gestalt final de la obra a la cual adecuó técnicamente su instrumento– ser fiel al «espíritu», al «clima» particular de la pieza traducida; le añade, como en una continua sedimentación de estratos creativos, efectos nuevos o variantes que el original autoriza en su linea de invención.
La máquina de la creación:
La traducción de poesía […] es ante todo una vivencia interior del mundo y de la técnica de lo traducido. Como que se desmonta y se remonta la máquina de la creación, aquella fragilísima belleza aparentemente inalcanzable que nos ofrece el producto acabado en una lengua extraña. Y que, mientras tanto, se revela susceptible a una vivisección implacable, que le revuelve las entrañas, para traerla nuevamente a la luz en un cuerpo linguístico diverso. Por eso mismo la traducción es crítica.
- Transcreación y alineamiento:
En 1976, cuando publica sus primeras traducciones de seis cantos del Paraíso de Dante, Haroldo de Campos acuña el término transcreación, para evitar cualquier confusión con las ideas más tradicionales sobre traducción y fidelidad semántica. La idea de trans+crear ya indica que no se trata más de conducir (-ducir, del latín ducere) hacia algún lugar, pues ahora se trata de crear algo en otro punto, en un proceso de profundo diálogo poético y crítico. «[…] la selección del modelo a transcrear no es ingenua, ni debe ser inocua. Se trata fundamentalmente de una operación crítica»
Acuñar términos para el traducir:
Desde la idea inicial de recreación, hasta la acuñación de términos como transcreación, reimaginación (caso de la poesía china), transtextualización o –ya con timbre metafóricamente provocativo– transparadisación (transiluminación) y transluciferación, para dar cuenta, respectivamente, de las operaciones practicadas con Seis Cantos do Paraíso de Dante (Fontana, 1976) y con las dos escenas finales del Segundo Fausto (Deus e o Diabo no Fausto de Goethe, Perspectiva, 1981). Esa cadena de neologismos expresaba, desde luego, una insatisfacción con la idea «naturalizada» de traducción, ligada a los presupuestos ideológicos de restitución de la verdad (fidelidad) y literalidad (subordinación de la traducción a un presunto «significado trascendental» del original) –idea que subyace a definiciones usuales, más «neutras» (traducción «literal») o más peyorativas (traducción «servil»), de la operación traductora.
- La transluciferación:
El pensamiento traductor de Haroldo de Campos alcanza el ápice de su radicalidad en un post-scriptum a Deus e o diabo no Fausto de Goethe, de 1981. En él, Haroldo presenta una lectura inventiva del clásico texto de Walter Benjamin, Die Aufgabe des Übersetzers (La tarea del traductor), originalmente escrito al inicio de la década de 1920, para afirmar que el teórico alemán: «[…] por demás un rasgo paradójico de su teoría del traducir (que ya procuré definir en alguna parte como una metafísica, antes que una física de la traducción), W.B. invierte la relación de servidumbre que, por regla general, afecta las concepciones ingenuas de la traducción como tributo de fidelidad […], concepciones según las cuales la traducción está ancilarmente encadenada a la transmisión del contenido del original.». NOTA: Haroldo llegó a trasladar al portugués la primera parte del ensayo.
Um cruzamento inusitado de Walter Benjamin com Roman Jakobson:
Haroldo lee, o deslee, el pasaje benjaminiano que caracteriza las traducciones convencionales como transmisión inexacta de un contenido inesencial (eine ungenaue Uebermittlung eines unwesentlichen Inhalts), tomándola como una defensa para su propuesta de transcreación. Por tanto, su lectura acaba por «ecuacionar la teoría de la traducción del lingüista Roman Jakobson con la del filósofo Walter Benjamin […]. La primera sería a la segunda como una física de la traducción sería a su metafísica». «Opino que el juego conceptual benjaminiano es un juego irónico […] Bajo el ropaje rabínico de su “metafísica” del traducir se puede deducir nítidamente una “física”, una pragmática de la traducción. Esa “física” puede hoy ser reencontrada in nuce en los concisos teoremas jakobsonianos sobre la traducción […], a los cuales, en su momento, los relampagueantes filosofemas benjaminianos darán una perspectiva de vértigo.»
Contra la humildad:
[…] el empeño estético mediano, morigerado, a pesar de sus innegables buenas intenciones, redunda en kitsch involuntario, sea por la inexperta selección de los paradigmas lexicales, sea por la trivialidad de las rimas (obtenidas, frecuentemente, por el pinzar de palabras en «estado de diccionario», o por un dificultoso contorsionismo sintáctico que revela al «versificador de domingo»). De cualquier modo, si el poeta-traductor, en su stock movilizable de formas significantes, no estuviera al nivel curricular de la mejor y más avanzada poesía de su tiempo, no podrá reconfigurar, sincrono-diacrónicamente, la mejor poesía del pasado.
Parricidio y poética:
Flameada por el rastro coruscante de su Ángel instigador, la traducción creativa, poseída de demonismo, no es piadosa ni memorial: ella intenta, en el límite, raspar el origen: la obliteración del original. A esa desmemoria parricida la llamaré transluciferación.
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