En la parte occidental de la comarca de la Vega de Granada, los pobladores de Fuente Vaqueros vieron nacer, el 5 de junio de 1898, a uno de los poetas más brillantes de la historia de España: Federico García Lorca, el autor español más celebrado del siglo XX, símbolo de todos los desaparecidos en la Guerra Civil española y cuyos restos, más de 80 años después de su muerte, aún permanecen en una fosa común.
Matriculado en la Universidad de Granada en 1914, el joven Lorca estudió las carreras de Filosofía y Letras y Derecho, y fue en esta época cuando se unió, junto con otros jóvenes intelectuales, a un centro de tertulias –cuna de ilustres personajes, algunos de ellos ya destacados artistas y otros que llegarían a ser reconocidos en distintas disciplinas como la poesía, la literatura, el periodismo, las artes, la política o la música– llamado El Rinconcillo.
Los viajes por diferentes regiones de España con sus compañeros de estudios despertaron en Lorca la vocación de escritor, y de ellos surgió su primer libro en prosa, titulado Impresiones y Paisajes, publicado en 1918.
Primeras obras de Lorca
La Residencia de Estudiantes de Madrid, a la cual se trasladó en 1919, era en aquel entonces un hervidero intelectual. Por ella pasaron figuras de la talla de Albert Einstein, John Maynard Keynes o Marie Curie, personajes que influyeron enormemente en la formación intelectual de Lorca. Según palabras de su amigo Adolfo Salazar, conocer a Luis Buñuel, Rafael Alberti o Salvador Dalí supuso para Federico huir del tedio intelectual que tanto odiaba.
En 1921, Lorca publicó Libro de poemas y estrenó su primera obra teatral, El maleficio de la mariposa. En mayo de ese año, regresó a Granada, donde conoció al famoso compositor Manuel de Falla, con quien emprendió varios proyectos en torno a la música y el cante jondo. El día de Reyes de 1923, Falla interpretó una adaptación lorquiana de un cuento andaluz atribuido a Cervantes, llamado La niña que riega la albahaca y el príncipe preguntón, así como El Misterio de los Reyes Magos, un auto sacramental del siglo XIII.
García Lorca y Salvador Dalí
Su gran amistad con el pintor Salvador Dalí le llevó a Cadaqués en 1925 y en 1927. Estas estancias marcarían profundamente la vida de ambos, como se aprecia en la obra Oda a Salvador Dalí, publicada por Lorca en 1926. Dalí consiguió incluso que Lorca se iniciara en la pintura y presentase su primera exposición en la Sala Dalmau de Barcelona en 1927.
Lorca obtuvo un gran éxito con su obra Canciones, pero la publicación de su obra Primer romancero gitano provocó en Lorca una crisis muy profunda. Se le tachó de costumbrista y defensor de los gitanos, recibiendo duras críticas incluso por parte de sus amigos Buñuel y Dalí. A este hecho se añadió su ruptura con Emilio Aladrén, un escultor con el que Lorca había mantenido una intensa relación afectiva.
Un poeta en Nueva York
Para dar un giro a su vida y cambiar de aires, en 1930 Lorca se embarcó en el Olympic rumbo a Nueva York. Describió la ciudad como un lugar de «alambre y muerte», y se vio sorprendido por la economía capitalista y el trato dado a los afroamericanos. Sus experiencias le llevaron a escribir Poeta en Nueva York, donde buscó expresar «la esclavitud dolorosa del hombre y la máquina juntos». Esta obra no se publicaría hasta cuatro años después de su muerte.
En 1931, Lorca escribió Bodas de Sangre, la primera parte de una trilogía. Una tragedia en verso y prosa inspirada en un crimen real que tuvo lugar en 1928 en la localidad de Níjar, en la provincia de Almería. En 1934 escribió Yerma, la segunda parte de la trilogía. Lorca nunca llegó a escribir la tercera y última parte a pesar de que, según decía, ya tenía el título en mente.
Regreso a España y fallecimiento
Tras una estancia en Buenos Aires, Lorca regresó a España en 1934, donde la situación política era insostenible y se respiraba un clima prebélico que hacía presagiar el estallido de una guerra civil.
Mientras el mundo entero admiraba a Lorca como «el Homero español», las críticas hacia él se recrudecieron en el contexto de tensión previo al conflicto, y aunque se resistió a la presión de sus amigos para afiliarse al Partido Comunista, sufrió las arremetidas de los conservadores por su amistad con personalidades abiertamente socialistas como la actriz Margarita Xirgu. La popularidad de García Lorca y sus numerosas declaraciones contra las injusticias sociales le convirtieron en un personaje incómodo para la derecha.
A pesar de la protección que le ofrecieron México y Colombia, Lorca prefirió volver a Granada con su familia, ya que la situación en Madrid era cada vez peor, e incluso sopesó la posibilidad de encontrar refugio en la zona republicana o en casa de su amigo Manuel de Falla. Finalmente, el poeta decidió refugiarse en casa de los padres de su amigo Luis Rosales, donde, el 16 de agosto de 1936, fue detenido por Ramón Ruiz Alonso, un ex diputado de la CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas), que había denunciado a Lorca ante el gobernador civil de Granada José Valdés Guzmán.
Lorca era consciente de la terrible situación en la que se encontraba. El poeta fue trasladado al Gobierno Civil y después a la localidad de Víznar, y dos días después, en la madrugada del 18 de agosto de 1936, fue fusilado en el barranco de Víznar, a pocos kilómetros de la capital granadina, en la conocida como “carretera de la muerte”. Su cuerpo, que jamás se recuperó, descansa en una fosa común anónima, posiblemente cerca del mismo lugar de su muerte. Según el historiador e hispanista Ian Gibson, Valdés consultó a Queipo de Llano qué debía hacer con él, y este dio la orden de ejecución con la siguiente frase: «Dale café, mucho café».
A día de hoy la muerte del poeta aún suscita numerosas preguntas. Últimamente, han surgido algunas teorías, como la planteada por el investigador Miguel Caballero Pérez, que postula que en la muerte de García Lorca estarían directamente implicadas las familias Roldán y Alba, enfrentadas con el padre del poeta por viejas rencillas relacionadas con el reparto de unas tierras compradas a medias. Según este autor, aprovechando el golpe militar y la publicación, en la primavera de 1936, de La Casa de Bernarda Alba, un libro donde Lorca hace una crítica ácida y feroz de estas familias, al parecer, estas decidieron ajustar cuentas con el poeta.
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Tomado de Historia National Geographic
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