Juan Francisco Calcagno Monzón, fue hijo del doctor italiano Juan Francisco Calcagno Monti y de la cubana Dolores Monzón. Nació en Güines el 19 de junio de 1827, se graduó en Filosofía y Letras en la Universidad de La Habana, además supo varios idiomas: latín, griego, italiano, inglés y francés. Tras la muerte de su padre en 1860 regresó a Güines después de haber hecho un viaje de estudios por Estados Unidos, Francia e Inglaterra.
Es en su pueblo natal, Güines, donde Francisco hace casi todo lo que un intelectual de su calibre puede hacer: la primera biblioteca pública, la primera imprenta del pueblo, en 1862 funda el primer periódico local Álbum Güinero y también una Academia de Idiomas en su hogar.
Antiesclavista, por ende abolicionista, con las ganancias de su libro Poetas de Color libertó a un esclavo y le dio la libertad a los recibidos por herencia. Expuso inquietud por la educación que debería dárseles, ya que esta tenía que servirle como preparación para su vida de libertos.
Aunque la manera de acercarse al mundo del negro fue folclorista, algo superficial y prejuicioso, no cabe duda que es uno de los primeros en poner sobre la palestra este tema que muchos lo catalogaron como de desmérito.
Las recreaciones de ancestros africanos, la esclavitud, la sociedad secreta Abakuá, el cimarronaje, entre otros temas, pueden considerarse antecedentes que les da paso a autores como Fernando Ortiz y Alejo Carpentier.
Debido a las guerras de liberación en Cuba emigró a España, donde se estableció en Barcelona hasta su muerte el 22 de marzo de 1903; un año después de haber nacido la república esclava cubana y de la que dejó su impresión en el folleto La República, única salvación de la familia cubana: «…no podemos conformarnos a la idea de cambiar una tutela por otra, un dominio por otro dominio, quizás un yugo por otro. Y este último incontrastable y perpetuo».
Sin embargo no acabó allí su vida intelectual siendo un inmigrante. Su Diccionario Biográfico Cubano, editado en Nueva York, lo reafirma en la historia de los pensadores de este archipiélago. Según especialistas de la época es el mayor aporte a la investigación de la cultura nacional. «La última entrega del Diccionario Biográfico Cubano ha visto la luz. Francisco Calcagno Monzón, puede ya decir con modesta satisfacción que ha levantado su monumento y lo ha dedicado a su patria» escribió Enrique José Varona en el espacio «Notas editoriales» de la Revista Cubana.
Contrario al romanticismo y a tono con su tiempo de grandes revelaciones científicas, inaugura en Cuba la novela de ciencia ficción con En busca del eslabón. Historias de monos en 1888. Roberto Friol la califica como la más especulativa y erudita de su género en esa época. En ella cuestiona la tesis de superioridad racial y cultural, pues esta solo da pie al derecho de la esclavización de comunidades.
Llamándolo «un apasionado de las ciencias», Manuel de la Cruz, Armando García González, Justo de Lara, entre otros, redactaron críticas sobre su obra, reconociendo que en ellas había una compilación científica de confiable relevancia.
Su amplia obra bibliográfica tiene un gran valor histórico, es la huella de Cuba. A ella debemos volver, para darnos cuenta, en el camino que estamos haciendo, las ganancias que hemos tenidos y los errores que ya no podemos cometer.
Visitas: 155
Deja un comentario