El Sábado del Libro que conduce el narrador, poeta y promotor cultural Erwin Caro Infante, tiene su sede semanal en la Casa de Cultura «20 de octubre» de la Ciudad Monumento Nacional y se realiza de conjunto con el Centro Provincial del Libro y la Literatura en Granma.
A propósito de celebrarse por estos días la Jornada por la Cultura Cubana, el espacio dio inicio a las actividades pre-evento de la más importante celebración nacional: la Fiesta de la Cubanía en Bayamo que tendrá lugar del 17 al 20 de octubre y que está dedicada, entre otras temáticas y aniversarios, al 120 del natalicio de Nicolás Guillén, Poeta Nacional de Cuba.
Por tal motivo el poeta y narrador Luis Carlos Suárez Reyes invitado a esta cita sabatina, propuso un acercamiento a las emociones que despierta la poesía guilleniana, al presentar el libro Nicolás Guillén: las elegías elegidas. Edición conmemorativa.
El volumen en cuestión, editado por la Editorial UH y la Fundación Nicolás Guillén de la UNEAC en 2011, es una suerte de homenaje en el sesenta aniversario de la «Elegía a Jesús Menéndez» (1951) considerada una de las obras cumbres de la poesía cubana. La ilustración de la edición príncipe —que acompaña al presente volumen como imagen de cubierta―, son los elocuentes trazos de la obra titulada «De pronto, el golpe de la pólvora» del artista de la plástica ya desaparecido Carlos Enríquez, en conjunción inigualable de versos e imágenes que se funden en la lírica de extraordinarios creadores que contemporanizan hacia la primera mitad del siglo XX.
Compilado por Yanelis Velazco, el libro pone en manos del lector las joyas elegíacas más relevantes del archipiélago cubano, y mundial, acompañadas de ensayos o críticas sobre estas, realizadas por los más diversos intelectuales y estudiosos de la literatura cubana y guilleniana en particular, como Mirta Aguirre (amiga del poeta), hasta los más jóvenes y no menos profundos que habitan el siglo XXI. No solo aparecen críticas sobre las elegías, sino que hay algunos textos salpicados de testimonios, de crónicas que narran las historias de la poesía en cuestión lo que las hace, a mi juicio y el de Suárez Reyes, mucho más interesantes al lector de cualquier edad, motivado por la búsqueda de los por qué de Guillén a la hora de escribir.
El volumen, que toma como ineludible referencia la selección de Las grandes elegías (1992) a cargo de Ángel Augier —considerado el más fiel estudioso de la obra de Guillén―, incluye desde «Che Comandante» (1967) —la más difundida de las elegías del Poeta de Cuba―, hasta «West Indies, LTD. Elegía antillana» (1934) o la ya mencionada a Jesús Menéndez (líder obrero azucarero) a las que se añaden, por supuesto, obras que enriquecen la dramaturgia literaria.
Magnetizado por los versos de Nicolás, Luis Carlos logró transmitir a los espectadores su entusiasmo por la lectura de un volumen enriquecido además con imágenes de varios artistas de la plástica, pero cuyo mayor valor radica en juntar los monumentos líricos con diversidad temática, en el propio estilo del poeta.
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