Ante todo, habría que destacar los valores éticos, estéticos, filosófico-antropogénicos, humanos y espirituales, que el lector podrá descubrir en las páginas de esa joya de la narrativa cubana contemporánea, caracterizada —básicamente— por el buen gusto y el uso esmerado de la lengua cervantina.
Habrá milagro deviene novela de calidad, de excelencia; por esa razón, genera interés y placer por la lectura, aporta información útil al lector y aguijonea el intelecto y el espíritu humanos para incitar al homo sapiens a meditar, que es hacer silencio interior para escuchar los sonidos que emite nuestro yo, el auténtico, el verdadero. De ahí, que fuera escrita con garra, para atrapar —en las redes invisibles de la buena literatura— a quien decida sumergirse en sus turbulentas aguas.
El narrador adquiere una función clave en la presentación y desarrollo ulterior de los personajes que desempeñan los papeles protagónicos en esa novela, signada por las más disímiles lecturas e interpretaciones, y cuya trama central gira alrededor de cinco personajes. Tres hombres y dos mujeres, quienes interrelacionan sus respectivas historias en un argumento que vincula sucesos acaecidos en tiempos y lugares diferentes, pero cuyo desarrollo se concatena a través de un habilidoso juego temporal, hasta llevar a un punto de convicción a quien decida involucrarse en la intensa acción dramática que la identifica. Si hay amor, todo es posible, todo se puede alcanzar; por consiguiente, habrá milagro.
Algunos de los hilos conductores que tejen la malla del texto, y le sugieren al lector reflexionar con profundidad acerca de diferentes aspectos de la vida (en especial la relación familia-sociedad), son, entre otros:
Que un joven regrese del estado de muerte aparente gracias el amor que le profesa otro joven; que surja el amor entre un hombre maduro y una muchacha; que una hija renuncie a la felicidad por ganar la salud de su progenitora, o que una madre renuncie a la vida a cambio de la felicidad de su hija.
La motivación fundamental de Alpízar Castillo para incursionar en esa compleja línea temática es el amor, pero el tratamiento dado a los personajes, así como el desarrollo de las subtramas que configuran la historia principal, se alejan años luz de los edulcorados recursos utilizados en las novelas de amor y los habituales ganchos literarios empleados en las eróticas.
Mención aparte merece el tratamiento de que es objeto el amor homoerótico, ya que el ilustre intelectual cubano se aparta de los lugares comunes de la literatura ad usum, y lo coloca al mismo nivel que cualquier otra relación amorosa de índole heterosexual. Esa forma profesional y respetuosa de tratar el candente tema constituye una asignatura pendiente, tanto para las letras cubanas, como para nuestros medios audiovisuales.
Rodolfo Alpízar Castillo, licenciado en Lengua y Literatura Hispánicas por la Universidad de La Habana y miembro activo de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), es el autor de las novelas Sobre un montón de lentejas (con dos ediciones en Cuba y una en Portugal), La sublime embriaguez del poder (una edición cubana y una edición mexicana), Brindis por Virgilio, Empecinadamente vivos y Rafael y el caballito de madera (para niños), además de los libros de relatos cortos Amorosos y disparatados y Amorosos disparates, aberraciones para escoger.
De su texto Para expresarnos mejor, se han realizado varias reimpresiones y reediciones, mientras la Editorial José Martí prepara una nueva edición totalmente revisada y actualizada. Como traductor, ha sido laureado con varios premios internacionales.
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