El Centro Provincial del Libro y la Literatura en Ciego de Ávila crea su propia alternativa de publicación periódica sobre el quehacer literario en la región, ante la dificultad de emitir materiales impresos como la revista Videncia, que ya se encargaba de este trabajo, aunque con menor periodicidad, también con mayor amplitud de géneros.
Heliógrafo nace como una atractiva y sugerente propuesta, apoyada de sobremanera en su diseño.
Como dijese el encargado de su aspecto visual «la gente tiene la idea de que todo lo literario tiene que ser ocre y aburrido» y es que hasta ver el producto final, no imaginé jamás que colores en tonos plumón me darían una imagen agradable, aunque si se espera siempre de estas gamas, que sean llamativas. La yuxtaposición de estos colores ocupando un amplio plano liso, con imágenes en Escala de grises, logra una frescura no acostumbrada en la institucionalidad cubana.
Heliógrafo se encarga entonces de la actualidad literaria y conmemorativa desde lo internacional, pasando por lo nacional, hasta alcanzar lo territorial; anotando puntos para un público más amplio como «Hablar con la ñ»[1] por el día del idioma español; para círculos más específicos propone temas como el Día del libro cubano[2] y a los más locales, artículos como «La moderna poesía: Distopía de un siglo»[3] estimulado por la historia artístico literaria de la ciudad de Morón, de donde es oriunda su redactora.
La idea no es novísima –literariamente hablando–, tampoco su concepto o enfoque, queda claro que sí su diseño –a Yaudel Estonoz los elogios–. Precisamente en la tercera edición de la revista Videncia se inaugura como una de sus secciones: «Heliogramas»; »como un espacio para el noticiario de acontecimientos culturales que ya había ocupado lugar dentro de Bitácora en el número anterior»[4].
Para «la cuarta edición (…) se mantiene la de notas informativas –sección–, esta vez con el nombre de “Heliógrafo”, que es un instrumento que sirve para medir la cantidad de calor emitida por el sol, o sea que es la sección que ofrecerá informaciones que permitirán medir de alguna manera el desarrollo cultural local.»[5]
Bien representan sus portadas una alta temperatura en sus colores, todas parecen estar encendidas por algún plasma, tal cual mostraría en kelvin (grados Kelvin, antiguamente) un Heliógrafo real.
«A partir de la edición oncena de la revista en el 2006, se renuncia a la mayoría de sus secciones, solo manteniendo en sus páginas “Bitácora” y “Heliógrafo”, de entre las primeras.»[6]
Así mismo, en el número de mayo del boletín Heliógrafo, la Editorial propone su propia autobiografía y orígenes:
Ese aparato diseñado para hacer señales telegráficas que utiliza el Sol como espejo movible, es también hoy un pretexto para el reflejo del quehacer del libro y la literatura avileña. En un principio, Heliógrafo fue Heliograma, una combinación perfecta para comunicar. Hace más de una década, en las ferias internacionales del Libro y la Literatura, Heliograma circuló de forma diaria como boletín.
«Heliógrafo es, además, un recorrido histórico. Un elogio que hemos querido hacer (…) al boletín Heliograma que tal vez usted leyó hace una década.»[7] Queda así plasmado por el nuevo equipo su primer objetivo.
Dentro de la revista Videncia, la sección Heliógrafo tuvo una función informativa, no podría decirse que de noticiario pues su periodicidad no se lo permitía. Aunque no firmaba autor alguno, se repletaba la página de recientes sucesos artísticos-literarios regionales, efemérides o convocatorias –como la de los Premios “Videncia”–.
En el número 10 de 2006, se lamentan dos perdidas físicas en sus efemérides, el reciente –entonces– finado de Pío Leyva, el montunero de Morón, y un aniversario más de la perdida de Ángel Lázaro Sánchez (Barquito). Acompañaban estos lamentables hechos, pequeñas reseñas de los eventos locales XII Juegos Florales de la Asociación Hermanos Saíz en Ciego de Ávila y el coordinado por Arnaldo Rodríguez, Piña Colada. De similares temas se cubría el espacio en cada edición.
«Heliógrafo, sección que se inaugura en la tercera edición, sólo se omite después en el número 7, por lo que está presente en todas las etapas de la publicación, en un 78.6 % (11 de 14).»[8]
El actual suplemento o especial, con mucho más espacio dedicado, busca una tónica distinta, a la vez que guarda parte de su génesis, aquella de ahondar en los temas culturales locales, solo que esta vez, únicamente literarios.
De sus tres objetivos principales, los dos que le restan se exponen en el siguiente orden:
Dos: «Heliógrafo es un intento de visibilidad de la literatura de y desde Ciego de Ávila (…) Entonces la conclusión es esta: “queremos construir una sociedad literaria inclusiva”»[9]
Tres: «Se trata, pues, de estimular el funcionamiento institucional con la creación artística-literaria»[10]
Dar un gancho visual y ofrecer una interactiva composición de viñetas, con pocos párrafos para no tirar de larga la lectura, y más arte gráfico, caracteriza el producto que hoy coordinan Yuliet Teresa y Eduardo Pino, al que se suman desde el segundo número, el repetido equipo editorial de casi todo material periodístico o de revista que se produce en la provincia –José Rolando Rivero (Videncia) y Ailén Castilla (Imagen 2.0)–, además de Mayda Batista y añaden a Leidy Vidal García como correctora.
El diseño se afinca en lo que es tendencia, como los códigos Qr, que encierran cualquier cantidad de información en un cuadrado compuesto por formas simétricas en blanco y negro, y pueden acomodarse a casi cualquier tamaño; en este caso, empleado para resumir direcciones web de engorrosa lectura, escritura y extensión, como las que exporta la plataforma Medium[11] y de fácil interpretación (los códigos) con aplicaciones tan explotadas como Zapya[12]; de esta forma se ahorra espacio suficiente como para exponer ocho convocatorias de premios en una sola página[13].
Otros temas de la entidad, que son interés del Centro, sean de conocimiento popular, ocupan distintos espacios dentro de las páginas del material;[14] así como la incitación a la lectura de un libro distinto cada mes.[15]
Fueron incluidas en cada caso –marzo, abril y mayo–, un Dossier de poesía en el primero (Poemas a la ciudad)[16], de narrativa en el segundo –nombrado éste: Pasarela[17]– con obras de trabajadores de la casa Editorial Ávila, la mayoría, reconocidos por su trabajo literario en la provincia, y un tercero –también poético– enunciado Equinoccio[18]; donde se pudieron presenciar a grandes rasgos, tres generaciones de escritores avileños. Todo esto, sin que faltase en las páginas preliminares, el artículo[19] con corte ensayístico o investigativo de Yuliet Teresa y a partir de abril, el trabajo periodístico[20] de Ailén Castilla.
No quedó vana la idea ante un diseño con objetivos de impresión, frente a una situación que transforma el trabajo en algo idílico, sino que en la plataforma Medium –que es tendencia hoy, usada por revistas cubanas como El Caimán Barbudo y Pionero– se exponen los mismos trabajos, pero rediseñados para la red social como El ABC para publicar en Ediciones Ávila.
Allí, además, se nutre el blog de trabajos que aborden temas literarios publicados por autores locales en otros medios como los periódicos Invasor (Ailén Castilla, Día del Libro Cubano con resonancias en Ciego de Ávila; José Aurelio Paz, Arca de Noé en Ciego de Ávila) o Juventud Rebelde (Luis Raúl Vázquez Muñoz, El Rincón del Lector), y revistas como el Portal Digital de la UNEAC (José Antonio García Pérez, Unos Juegos Florales avileños On-Line).
Si algo realmente deseo –y esto ya es algo personal–, es que en algún momento podamos ver el Heliógrafo impreso, con su nuevo concepto vivo, aunque sea a modo de tomo compilatorio de sus números anuales, para su admiración pública y ese olor a papel en mano que no se cambia por nada y según la infografía publicada en las páginas 8 y 9 de ejemplar de abril, la lectura digital es igual de nociva para el medio ambiente.
Notas.
[1] Heliógrafo N° 2 abril de 2021, p.p. 24-25.
[2] Heliógrafo N° 1 marzo de 2021, p.p. 8-9.
[3] Ibídem, p.p. 4-7.
[4] Lic. Miriam Diéguez Villa, La revista Videncia. Análisis de un texto cultural en su primera década 1998-2007.
[5] Ibídem.
[6] Ibídem.
[7] Heliógrafo N° 3 mayo de 2021, p. 4.
[8] Lic. Miriam Diéguez Villa, La revista Videncia. Análisis de un texto cultural en su primera década 1998-2007.
[9] Heliógrafo N° 3 mayo de 2021, p. 4.
[10] Ibidem.
[11] Medium es un servicio de publicación de blogs creado por los fundadores de Twitter Evan Williams y Biz Stone en agosto de 2012. La plataforma ha evolucionado hacia un híbrido de contribuciones no profesionales, profesionales y pagadas.
[12] Aplicación multiplataformas para intercambiar archivos y multimedia entre dispositivos.
[13] Heliógrafo N° 3 mayo de 2021, p. 22.
[14] Heliógrafo N° 2 abril de 2021, p. 25.
[15] Heliógrafo N° 1 marzo de 2021, p.p. 12-14.
[16] Heliógrafo N° 1 marzo de 2021, p.p. 10-11.
[17] Heliógrafo N° 2 abril de 2021, p.p. 10-15.
[18] Heliógrafo N° 3 mayo de 2021, p.p. 10-12.
[19] La Moderna Poesía: Distopía de un siglo y Instituto Cubano del Libro: 54 abriles después, en Heliógrafo N° 1 marzo y Heliógrafo N° 2 abril respectivamente, de 2021, p.p. 4-7; y Diseminaciones de un cuerpo, Pasarela, Heliógrafo N° 3 mayo de 2021, p.p. 5-9
[20] Rafael Martin, anverso y reverso de un librero, Heliógrafo N° 2 abril, de 2021, p.p. 18-20 y Del papel en blanco a la letra impresa, Heliógrafo N° 3 mayo de 2021, p.p. 15-17
Tomado de UNEAC
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