Como parte de su programa de presentaciones en la 32 Feria Internacional del Libro de La Habana, en la mañana de este 16 de febrero la Editorial Arte y Literatura presentó en la Biblioteca Nacional de Cuba José Martí, títulos de Hernán Rivera Letelier y Alejandro Terraza, autores chilenos invitados especialmente a la gran fiesta del libro en Cuba.
En palabras de elogio al señor Hernán Rivera Letelier, Premio Nacional de Literatura de Chile, 2022, proferidas a modo de homenaje por Omar Valiño, director de la Biblioteca Nacional, antes de la presentación de su novela, destacó el nivel de realidad, más que de realismo, plasmado en sus obras. “Los paisajes temáticos de las novelas de Hernán Rivera son y abogan por una visión de la realidad que es humanista”. Valiño se refirió, además, a la larga amistad y colaboración entre Chile y Cuba.
El señor Patricio Rojas, director de la Feria del Libro de Antofagasta, intervino, para contextualizar la novela a presentar:
El desierto más árido del planeta, que se extiende del sur de Perú hasta el primer tercio de Chile, donde hay lugares en que no ha llovido en 400 años y donde en el siglo XIX y parte del siglo XX se forjó mucho la minería del salitre y en el cual se formaron unos pueblos que se llamaban oficinas salitreras (donde) vivían en condiciones bastante complejas la gente, pero que generaron muchas historias. Hernán, que habitó parte de esas oficinas, se ha dedicado a escribir de aquello y ha vuelto a presentar al mundo lo que es el desierto de Atacama y lo que son las salitreras a través de sus obras.
Jesús David Curbelo, al presentar Los trenes se van al purgatorio, la novela de Rivera Letelier, contó:
Todas sus grandes novelas están ambientadas en este escenario trágico y a la vez majestuoso, plagado de personajes inolvidables: prostitutas, alcohólicos, mineros, patrones, huelguistas, militares, profetas, adivinos, reclutadores, y una interminable galería en la cual pasean multitud de oficios y, sobre todo, una aplastante multiplicidad de conductas humanas que oscilan de la beatitud a la maldad más espeluznante. (…) No puede olvidarse el impacto de la fiebre del salitre en la economía chilena, por eso estas narraciones, que se disfrazan de historias de amor, de cuentos de fantasmas y aparecidos, de investigaciones policiales incluso son, en primera instancia, una dura lección de historia y de economía política, en la que asentamientos del desierto de Atacama enseñan las menos complacientes caras del poder y sus métodos de extorsión y dominio. (…) La denuncia social no suele ser literatura y aquí, con sus modelos estéticos, las novelas de esta epopeya de la Pampa poseen en primer término un hálito rulfiano palpable en ese aire de limbo entre la vida y la muerte, entre el purgatorio y el infierno, que anima buena parte de ella.
Por su parte, la novela El futuro va quedando atrás, del escritor Alejandro Terraza, tuvo sus palabras de presentación a cargo del escritor y promotor Yunier Riquenes, quien sentenció:
La presentación de personajes y situaciones van conduciendo todo el tiempo a transiciones en la historia de estos personajes. Son capítulos brevísimos como escenas de un filme. El futuro… es una de las novelas latinoamericanas contemporáneas que (…) aborda los periodos de Dictadura en la región y no lo hace destacando la figura del dictador, ni recurre a datos históricos, recurre a la memoria de lo colectivo, de la nación, a aquellos desconocidos que simbolizan y asumen también ese poder y violencia dictatorial. (…) Hay varios personajes y sujetos que ejercen violencia y poder sin importar el costo.
Terraza agradeció a la Editorial y al Instituto Cubano del Libro por la publicación de su obra en nuestro país y se definió como perteneciente a la generación de hijos de padres que vivieron en dictadura. Sobre la novela, reveló que lo primero que escribió fue el final y a partir de ahí, comenzó a desarrollar su historia, con simbólicos personajes que representan el pasado, el presente y el futuro.
La actividad culminó con una donación de títulos tanto de la Editorial Arte y Literatura, entregados por su director Osmany Echevarría Velázquez, como del propio señor Hernán Rivera Letelier, a la Biblioteca Nacional, recibidos por Valiño.
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