Hay que destacar que desde edad muy temprana y, en especial durante su primer destierro a España (1873), ya José Martí reflexiona en su artículo La república española ante la Revolución cubana, acerca del proceso independentista ocurrido en nuestra América, acerca del cual sentenció que aunque se logra el derrocamiento del colonialismo español:
no llega a concretarse un verdadero proceso de cambios y transformaciones; definitivamente, una revolución. Como afirmaría posteriormente, en 1894: Independencia y Revolución son dos cuestiones completamente distintas.
Así inició su intervención referido al aniversario 210 de la primera independencia de la América española, la connotada investigadora e historiadora doctora Francisca López Civeira, invitada a la sede capitalina del Centro de Estudios Martianos (CEM), dentro del contexto de la 29 Feria Internacional del Libro de La Habana, FILCUBA 2020.
Martí habla de un proceso de cambios y de transformaciones desde siempre y a través de todos sus escritos políticos. En 1875, cuando viaja a México, Guatemala y Venezuela, es que tiene la posibilidad de observar y de ser testigo hasta dónde existió o se llegó a hacer una revolución en esos países, dijo López Civeira.
Martí afirma: «Un pueblo no es independiente cuando ha sacudido las cadenas de sus amos». Un pueblo es independiente cuando empieza a transformar «los vicios de la vencida esclavitud y para patria y vivir nuevos conforma otras formas opuestas a los sistemas y hábitos de mando de los opresores».
«El concepto Revolución es un concepto absolutamente actual», reafirmó la connotada académica, quien añadió: «No es suficiente sacudir las cadenas de los explotadores, hay que transformar la sociedad y crear nuevos hábitos de conducta contrapuestas a los amos».
Ese joven Martí ya desde muy temprana edad comienza a elaborar ideas para avanzar y entender el proceso independentista latinoamericano.
La investigadora explicó que todo ello es un proceso de construcción que el apóstol va realizando a lo largo del tiempo: de un proceso independentista no concluido —con dos islas aún no independientes, Cuba y Puerto Rico—, pero que se va imbricando con el sentido de revolución. Una revolución anticolonial que no se ha realizado, y que en su ensayo «Nuestra América» deja trascender cuando plantea que «la colonia siguió viviendo en la República», además de exhortar que con los oprimidos había que hacer causa común, para afianzar el sistema opuesto, y destruir los hábitos de mando de los opresores.
Nuevamente, José Francisco Martí Zayas-Bazán

José Martí en una de las pocas fotos que existen con su hijo.
El libro Vida de Ismaelillo. El hijo de Martí, referido a la vida de José Francisco Martí Zayas-Bazán, hijo del Apóstol, fue presentado en su segunda edición, y por vez primera, en el Centro de Estudios Martianos (CEM), por parte de su autora Paula María Luzón Pí.
Este es el resultado de un arduo trabajo realizado y que, de seguro, será de gran interés para el lector cubano, dijo la autora.
Seguidamente, Luzón Pí afirmó que esta segunda edición es distinta a la anterior, al estar corregida y ampliada, sin embargo confiesa que
a la primera, titulada Vida de Ismaelillo, le tengo un gran amor. Pero esta salió, además, con el nombre de El hijo de Martí, a propuesta del inolvidable editor ya desaparecido Imeldo Álvarez. Es por ello que decidí que en esta segunda edición fuesen recogidas ambas propuestas de títulos: Vida de Ismaelillo. El hijo de Martí.
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