Para evocar dignamente el aniversario 167 del natalicio de José Martí Pérez (1853-1895), los historiadores e investigadores Adys Cupull y Froilán González, dieron a la estampa el libro Huellas de José Martí en Honduras, publicado por el hondureño Centro Editorial, y presentado por el historiador y periodista Ernesto Limia Díaz, en la sala Villena de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC).
Ante todo, el intelectual cubano destacó los valores históricos, literarios, humanos y espirituales que los amantes de la vida y la obra del Apóstol podrán descubrir en esa joya de la literatura martiana, que recoge los hallazgos de la pesquisa histórica, literaria y periodística realizada por los autores en la hermana nación centroamericana, donde —desde una óptica objetivo-subjetiva por excelencia—se dieron a la estimulante tarea de buscar y encontrar las huellas indelebles que dejara —en la tierra hondureña— el más universal de los cubanos. Esa parte de la vida del fundador del periódico Patria es muy poco conocida en la biografía del poeta mayor de la patria grande latinoamericana.
Ese libro está estructurado en dos abarcadores capítulos, el testamento político de José Martí, y la bibliografía consultada al respecto.
En el ateneo hondureño, se ha suscitado durante años una viva discusión acerca del ya casi mítico viaje de Martí y su esposa, doña Carmen Zayas-Bazán (1853-1928) por el país centroamericano. Para unos, el periplo fue breve, limitadamente circunscrito a su ingreso por Puerto Cortés y un pronto egreso por Trujillo —ambos en el Atlántico— con efímera escala marina en la ciudad de La Ceiba.
Para otros, con apoyo más en la leyenda que en documentos, Martí y Carmen habían cruzado en mula las sierras, montañas y valles nacionales, por cierto muy agrestes, hasta embarcar, siempre en Trujillo, de retorno a su amada patria.
Esa segunda tesis incluye una extensa trayectoria, que sigue —más o menos— la ruta de San Marcos de Ocotepeque (frontera con Guatemala), Santa Rosa de Copán, Nueva Arcadia (La Entrada), Sula, Quimistán, Cofradía, San Pedro Sula, Puerto Cortés, La Ceiba y Trujillo.
Y, ahora, por fin, tan valioso libro revela la verdad, que muestra —sin duda alguna— a lo largo de sus fluidas páginas, la verdad del misterio y el entrañable amor que Martí sentía por Nuestra América, aún en proceso de redención.
La aventura de dar a conocer a estudiosos, investigadores y público en general las Huellas de José Martí en Honduras es motivo de orgullo e íntima satisfacción para Adys Cupull y Froilán González.
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