Infidente, del escritor Nelton Pérez Martínez, Premio Alejo Carpentier, es el título de la obra publicada por la Editorial Letras Cubanas, y dedicada a los amantes de la vida y la obra de José Martí Pérez (1853-1895).
Este volumen está dedicado a imaginar la estancia de dos meses de un sensible joven de 17 años de edad, en la Isla de Pinos (actual Isla de la Juventud), poco tiempos antes de su injusto destierro en la península Ibérica.
El adolescente José Julián fue acogido en la Finca El Abra, propiedad de don José María Sardá, un rico comerciante catalán amigo del padre, don Mariano. El chico, recién salido de las canteras de San Lázaro con la grave imputación de infidencia, re-direcciona los caminos de su vida, medita serena y profundamente sobre la existencia terrenal humana, y experimenta el amor primero y prohibido en el cuerpo sensual y también adolescente de una hermosa esclava, de nombre Dolores, cuyo fruto, llamado Víctor Hugo, permanece en el limbo de la historia oficial cubana, aunque se registra como parte de las fuerzas comandadas por el general José Lacret (1847-1904), en la Guerra de Independencia de 1895.
Es necesario destacar el enfoque logrado por el intelectual pinero acerca de la carismática personalidad del joven patriota. No obstante el hecho de que sus padres eran españoles —ella de Valencia, él de Islas Canarias— al Martí adolescente, soñador futurista y estudioso de las más avanzadas corrientes de pensamiento de su época, que contó con la orientación pedagógica del venerado maestro Rafael María de Mendive, se le despertó en fecha muy temprana el sentimiento de independencia y nacionalismo al percibir las injusticias y abusos cometidas por la metrópoli contra la población cubana.
Resulta inconcebible tanta genialidad en el intelecto y en el espíritu de quien, a los 16 años de edad, escribiera una obra poética, signada por matices románticos y modernistas en ciernes: el poema Abdala, donde extrapola el conflicto hispano-cubano —y su propia historia familiar, en especial su relación con la madre y hermanas— hacia las remotas tierras del continente africano; y logra transmitir, a través de una dramaturgia impactante, la noción y el valor de conceptos tales como nacionalidad y patria.
Una de las grandes virtudes de Infidente es la utilización del lenguaje según la época socio-histórica que refleja, el estrato social y la formación intelectual que recibe cada personaje, lo cual evidencia la investigación exhaustiva llevada a cabo por el autor en materia de estilística, ya que revisita —con éxito indiscutible— el hablar exclusivo no sólo del propio Martí, pleno de delicadezas lingüísticas y cabal conocimiento del idioma cervantino, sino de los españoles y de los esclavos que lo rodeaban de acuerdo con la zona de procedencia.
Por otra parte, el lector puede disfrutar de una detallada descripción de la naturaleza pinera, las aves y plantas, los paisajes y vistas desde disímiles ópticas, a través de los agudos y penetrantes órganos visuales del Apóstol.
Las motivaciones para escribir esta novela se hallan en la propia vida de Nelton Pérez Martínez, porque en la Isla de la Juventud es donde reside, y por ende, conoce al dedillo todos y cada uno de sus vericuetos y tradiciones.
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