Preciado Yanier H Palao:
Leo su poemario Óxido1 que con una extensa carta me ha enviado. Aprovecho aquí el invierno para leerlo y comentarle. El rejuego con las palabras es un leitmotiv aferrado ya a la tradición de la poesía cubana, que me parece singular.
En la pared una mancha que si se elimina,
Queda la marca donde estuvo.
Otra mancha,
La ausencia de ella misma.
Entonces, mejor
Que la mancha se expanda
Y lo ocupe todo.
El texto divido en dos nos marca el lugar donde se escribieron los poemas. También la intensión evidente de sumergirnos en escenarios propios de estas regiones de la isla. Lo marginal vuelve como un aire necesario a estos derroteros, unido siempre a lo histórico o lo cultural.
Las semillas resisten a los primeros aguaceros.
En las pocetas,
Casi secas,
Debajo de las piedras,
Los futuros peces crecen
Para alimentar a los brazos
Cortadores de caña,
De marabú,
De hombres.
El deterioro del paisaje se funde a la desolación del hombre. Hay cierto cansancio en estas escrituras o quizás hay ciertas escrituras en el cansancio. Definir cuál sería la puerta necesaria para escapar a esos lindes sería impensado. Hay en ciertos momentos una angustia que no tiene solución y escapa del poema. Hay en otros instantes una angustia que no logra replantearse y muere en el propio poema.
No puedo dormir,
No sé cómo cerrar los ojos y descansar.
Yo le había dicho: quiero un bosque de flamboyanes
Y él me entregó un puñado de semillas.
Óxido es un poemario que nos va desplazando ante una verdad que vamos haciendo nuestra. El lenguaje entrecortado hace su parte y nos agrede. La intención es agredir, dejarnos tal parece sin médula ni pulmón. Es así, mi querido Yanier H. Palao que descubro su poética y su isla y de esa mixtura le abrazo,
Siempre
Rainer María Rilke
Nota
1Letras Cubanas, 2017.
Visitas: 48
Deja un comentario