Querido Roberto Manzano:
Recibo su libro poema El forastero1 que me ha deslumbrado por la belleza de la edición. Recuerdo que me ha enviado otros poemarios suyos que han sido motivos de nuestra comunicación. Sorprendido estoy con esta bella entrega donde ratifico la madurez que ha alcanzado en estos predios.
Yo voy entrando, y voy saliendo, y ya, a la altura
De mi tiempo, por donde penetro voy saliendo, …
El viaje se hace motivo y justificación de estas páginas escritas con hidalguías. Nada queda al borde de estos paisajes como un canto de amor de un viandante que reconoce sus letanías y sigue su camino. La exploración ontológica es cimiento para la exploración del escribiente ante su realidad, la infancia no se aparta del camino, ni la memoria flaquea ante lo duro y amargo del tiempo.
Por qué habrás de medirme
Si selecciono aquel punto, aquel otro, o aquel otro?
Esa letanía que reinterpreta la esencia del ser, a la manera de Eliseo Diego nos hace partícipes de un viaje donde el forastero que pudiera ser el propio sujeto escribiente o el que está a su lado dialoga con su verdad para hacerla suya.
Me dieron el camino, y contesté: está bien,
Y he cogido el camino, sobre esa dura faja polvorienta
He amasado mi vida, y no podrás detenerme
En esa dimensión se gana espacio a lo vital, a la historia que se cuenta como si fueran frutos del campo o parcelas necesarias para entender los destinos o encrucijadas de los hombres. Sin renunciar al amor que siempre está en la puerta de estas páginas como un silente espectador o la propia ciudad que se abandona. Usted, preciado Roberto Manzano, nos recuerda los textos de Tomas S. Eliot, pero aquí gana espacio el paisaje insular.
Tierra mía, pequeña y polvorienta, te amo: rindo culto a la yerba
Que pisan las hileras de mi estirpe, debajo de la sombra…
Con ese mensaje amatorio reciba mi admiración, por esta nueva entrega donde el forastero bien reconoce la dimensión de esos cielos que hace la memoria cuando se recibe con las manos puesta en el corazón. Con igual gesto,
Suyo,
Rainer Maria Rilke.
Nota
1Ediciones Vigía, 2016.
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