En su centenario
Italo Calvino nació un siglo atrás en Santiago de las Vegas, Cuba, el 15 de octubre de 1923. El suceso tuvo lugar en la Estación Agronómica de esa localidad habanera. Su padre era el director de la Estación y su madre trabajaba allí también, como botánica. Pero la familia, que era italiana, regresó a su país en 1925 y el que más tarde sería famoso escritor no regresó a Cuba hasta el 25 de enero de 1964, o sea, casi 40 años después.
Entonces llegó invitado a participar en el jurado del Premio Casa de las Américas, oportunidad que aprovechó para dictar una conferencia titulada El hecho histórico y la imaginación en la novela, en la cual afirmó que, «la literatura es útil en la medida en que dice aquello que el sociólogo, el político, el historiador, el filósofo, el científico no han dicho todavía, aquello que mañana el sociólogo, el político, el historiador, el filósofo y el científico podrán reconocer como útil y justo».
Pese al trabajo que esperaba a los jurados, Calvino encontró espacio para moverse a sus anchas por la ciudad y acopiar vivencias:
En estos primeros días he paseado por las calles de La Habana y los barrios populares, tan animados y semejantes a algunos barrios de Italia. Una de las primeras y más reales imágenes que llevo de La Habana fue una noche en el Parque Central: el lugar estaba lleno de gentes que escuchaban un conjunto de aficionados; era una imagen que me recordó mucho la atmósfera italiana de los primeros meses que siguieron a la liberación, cuando el pueblo volvía a conocer la alegría de vivir.
Desconocemos si Italo Calvino volvió de nuevo a Cuba, aunque pensamos fue aquella su única visita. No nos sorprendamos por ello, los escritores son gentes bastante ocupadas.
En su juventud, Calvino participó en el movimiento de resistencia antifascista italiano, etapa de la cual extrajo experiencias vitales que nutrieron su formación. Al año de finalizada la guerra en Europa apareció la primera de sus novelas: El sendero de los nidos de araña, a la que sucedió una recopilación de cuentos bajo el título Último viene el cuervo, de 1949.
En 1952 publicó un libro que fijó en él las miradas de Europa: Las dos mitades del vizconde, traducido a varias lenguas y cinco años después se anotó otro éxito con El barón rampante, por lo que siendo joven se convirtió en uno de los autores más conocidos del viejo continente.
La frustración, el aislamiento, la deshumanización, unas veces mediante el tratamiento de la alegoría y la fantasía, otras a través del humor, identificaron el estilo narrativo de Calvino.
Calvino murió a los 62 años, en 1985. Esperamos con estas notas incentivar la lectura de sus libros, que puede hallar en bibliotecas.
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