Jesús Castellanos concentró en los últimos diez años de su breve vida todo su quehacer en el campo de las letras y las artes en general.
Vivió 33 años, que en él fueron suficientes para dejar una obra valiosa en la ensayística y la narrativa, aunque también fue conferencista y trabajó la caricatura (el humor político) con acierto.
La bibliografía suya recoge los primeros volúmenes a partir de 1902, cuando publica Cabezas de estudio (Siluetas políticas), al cual suceden el cuento “De tierra adentro”, de 1906; La conjura, novela con la que alcanzó Premio de los Juegos Florales del Ateneo de La Habana en 1908; La manigua sentimental, noveleta de 1910 y “Rodó y su Proteo”, discurso pronunciado en 1910. Inconclusa quedó la novela “Los argonautas”. Después de su muerte aparecieron otros textos inéditos recogidos por su amigo Max Henríquez Ureña y años más tarde por el crítico José Manuel Carbonell, entre otros.
Fue el de Jesús Castellanos −nacido en La Habana el 8 de agosto de 1879− un caso de vocación artística prematura, que se orientó hacia la literatura y el dibujo. Desde la adolescencia fue cofundador de publicaciones como La Joven Cuba y La Juventud Cubana, ambas en 1894 y al siguiente, El Habanero.
En México permaneció entre 1896 y 1898, enviado por los padres, y desde la vecina nación contribuyó cuanto pudo por la independencia de Cuba, afiliándose a los clubes revolucionarios en la emigración.
De regreso, terminó los estudios de Derecho Civil en la Universidad de La Habana y ejerció como abogado de oficio y fiscal de la Audiencia capitalina. Viajó también por Europa y Estados Unidos.
Ya desde 1901 inició sus colaboraciones en la prensa, primero en La Discusión, y a continuación en Patria, El Fígaro, Cuba y América, Letras, La Política Cómica, Azul y Rojo…
Es dato olvidado que Castellanos fue el primer director de la Academia Nacional de Artes y Letras, en 1910; que fue fundador de la Sociedad de Fomento del Teatro y de la Sociedad de Conferencias, ambas en 1910 y que ese año integró el jurado de Bellas Artes de la Exposición Nacional.
Nuestro autor no solo pertenece a la generación de intelectuales que desarrollan su trabajo en los inicios del siglo recién finalizado, sino que es uno de sus más conspicuos representantes, de los más activos y fervorosos, de los escritores más sinceramente interesados en el destino de Cuba.
Aquellos contemporáneos que lo conocieron lo recuerdan como un hombre optimista, presuroso de hacer, culto, impulsor de ideas y proyectos. Pero fue además un escritor de excelente prosa. Disfrutemos de este fragmento suyo:
… Nuestra sociedad está necesitada de desinterés, de vistas largas al mañana; nuestra sociedad se muere de provisionalismo, de impaciencia ignorante para hacer negocio rápido y sobre andamios.
¿En dónde está la medicina? En el estudio, en la afición a ese campo de observación generosa, a esa lectura que no ha de ser su cosecha sino muy a la larga…
Jesús Castellanos murió el 29 de mayo de 1912. Humorista gráfico, narrador y periodista, es personalidad un tanto olvidada que aguarda su momento para ser objeto del análisis crítico que lo coloque dentro de los autores que consagraron pasión y vida a la literatura de los inicios de la era republicana.
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