El reconocido diseñador gráfico Johann E. Trujillo (Matanzas, 1977) fue definido como «un poeta de la imagen», durante la celebración por sus 25 años de quehacer artístico, que tuvo lugar en la ciudad de Matanzas.
«Es una sorpresa Johann (…) sus libros, revistas, programas de mano, afiches… destacan su sensibilidad para atrapar y discernir las metáforas que viven en las interioridades de la palabra escrita, porque Johann es un poeta de la imagen», lo definió Ulises Rodríguez Febles, en sus Palabras de elogio, como parte del espacio de promoción cultural Como ángel cierto, llevado a cabo en la Uneac matancera.
En el espacio, donde el diseñador fue homenajeado, Rodríguez Febles afirmó también que cada libro suyo es único, «revelador de las entrañas de lo que hemos escrito, una búsqueda y una mirada inédita, donde se resumen sus aprendizajes, que van desde el magisterio de Rolando Estévez y Vigía, hasta la de maestros internacionales, que lo llevaron a asumir experiencias, técnicas, sabidurías, de la tradición y la contemporaneidad que conforman su estética».
Concebido y dirigido por Alfredo Zaldívar, con conducción de Maylan Álvarez, Como ángel cierto incluyó una entrevista al artista homenajeado, quien develó detalles de sus procesos de trabajo, sus perspectivas del diseño (con la síntesis como presupuesto esencial) y en general el devenir de su carrera, la que tuvo sus primeros momentos en Vigía, casa de producciones manufacturadas, y ha incluido otros sellos, dentro y fuera de Cuba, pero en especial Ediciones Matanzas y Aldabón, donde labora en la actualidad.
El creador insistió en algo que él considera esencial: el hecho de que en su trabajo con la visualidad del libro confluye todo lo que ha aprendido en el ejercicio del diseño gráfico, desde la confección de programas de mano, invitaciones, carteles de formatos múltiples, hasta diseños de estand, escenografías, ambientaciones y discos. Destacó en especial los muchos conocimientos que le ha aportado su desempeño en Teatro Papalote.
A la sorpresa que implicaron los reconocimientos de numerosas instituciones de la cultura matancera, entre estas el Centro Provincial del Libro y la Literatura, se sumaron los mensajes de personas apreciadas por Johann, que desde la lejanía, en la Isla y fuera de ella, quisieron sumarse al homenaje, como fueron los casos de los escritores Gisela Baranda, Yanira Marimón, Laidi Fernández de Juan y Carlos Zamora, así como el español Ramiro Sánchez Ruiz, quien le impartiera clases de diseño en Madrid.
También en las redes sociales, desde hace días, acompañando a la promoción del homenaje a Johann, han sido numerosos los mensajes en los que se reconoce la impronta de este diseñador. La editora y escritora Charo Guerra, por ejemplo, considera que su obra es «auténtica interpretación visual orden, limpieza, modernidad en la lectura de cada volumen».
En la Uneac matancera, poco antes de iniciarse el espacio Como ángel cierto, tuvo lugar otro momento importante en la jornada por los 25 años de quehacer de este creador: la inauguración de su exposición Otra vez la araña, con 14 libros-arte dedicados a la obra de Digdora Alonso, poeta matancera de quien se celebra el centenario de su nacimiento.
La periodista Amarilys Ribot, quien preparó las palabras del catálogo, precisa que esta muestra surgió como parte del Taller de lo Feo, proyecto que Johann ha desarrollado junto a Alfredo Zaldívar, en el que «no hay softwares ni plantillas preconcebidas: cada volumen es un descubrimiento».
Además de referirse a la plurales técnicas con que Johann conforma la visualidad de estos libros-arte, la periodista llama la atención sobre su «materiales secretos e híbridos»: cartones abandonados, papeles de todo género (algunos hechos por él), yute, encajes, lozas, cristales y chatarra del mar, amate maya, huevos, plumas, tinta residual de risográfica, ramas y hojas que están soñando un árbol, fotos coloreadas, o el rosario que le diera un cardenal en México.
Fotos: cortesía del diseñador
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