Si el periodismo ha de ser un
culto que lo sea a la virtud.
José Martí
En el «Día de la Prensa Cubana», quiero evocar la sagrada memoria del fundador del periódico Patria a través de la reseña que le hiciera al libro José Martí: narrar desde el periodismo, prologado y compilado por el escritor y periodista Mauricio Núñez Rodríguez, y publicado por la Editorial José Martí.
Ese texto está dirigido a quienes amamos la vida y la obra del Apóstol, ya que en la mente y en el alma de cualquier cubano digno (dondequiera que se encuentre) está vigente la herencia intelectual y espiritual que legara a la humanidad uno de los más grandes genios de todas las épocas y todos los tiempos.
Ante todo, habría que destacar los valores éticos, ideo-estéticos y literarios, entre muchos otros, que mediatizan la enjundiosa investigación realizada por el también crítico e investigador insular en relación con el fecundo ejercicio periodístico que caracterizara a José Julián Martí Pérez (1853-1895).
Por otra parte, en el extenso prólogo, devenido bien documentado ensayo literario, se reseña la indiscutible profesionalidad que identificara al «Héroe de Dos Ríos» en la praxis periodística como corresponsal y reportero de varios medios latinoamericanos y estadounidenses de prensa. A ello habría que añadir, la vastísima cultura general, estatura intelectual y ético-moral, así como la sensibilidad humana y espiritual que identificaran al «poeta mayor de la patria grande latinoamericana», quien residió durante casi tres lustros en los Estados Unidos. Rasgos personográficos y condiciones ambientales que llevaron al sagaz profesional de la prensa a utilizar la crónica como género que se balancea, suavemente, entre la literatura y el periodismo, sin que —hasta ahora— se haya podido delimitar con precisión la frontera entre una y otra disciplinas humanísticas.
A través de un conjunto de crónicas, que Martí titulara «Escenas norteamericanas», se refleja con exactitud la dinámica y compleja realidad que presentara la sociedad estadounidense de finales del siglo XIX, signada —básicamente— por virtudes, que apreciaba en grado sumo, y por defectos, que rechazaba con todas las fuerzas de su ser. Virtudes y defectos que configuraran la existencia cotidiana en la entonces pujante nación norteña.
De esas «Escenas norteamericanas», Núñez Rodríguez seleccionó dos grupos de textos a los que asigna dos ejes temáticos como núcleo noticioso fundamental: las estructuras urbanísticas y arquitectónicas que sostienen la urbe neoyorquina, y son expresión simbólica de la modernidad y majestuosidad citadinas, así como el controvertido y controvertible Caso Cutting; acontecimiento de naturaleza política, que generaría un grave conflicto entre Estados Unidos y México.
El objetivo esencial de dicho volumen es analizar —desde una óptica objetivo-subjetiva por excelencia— las peculiaridades y especificidades que identifican el discurso periodístico martiano. ¿Con qué objetivo? Determinar, hasta donde sea posible, las variables estilísticas, conceptuales, teórico-metodológicas y prácticas que confirmen, de modo fehaciente, la naturaleza narrativo-cinematográfica de esas gemas de la cultura universal, salidas de la ingeniosa pluma del «más universal de los cubanos», y que constituyen —sin duda alguna— verdaderas lecciones magistrales de periodismo, cuya palpitante actualidad perdurará durante todas las épocas y todos los tiempos. Talento excepcional que el joven José Julián demostrara desde la adolescencia en las páginas de «El presidio político en Cuba» (1871), documento que escribiera con solo 18 años de edad.
José Martí: narrar desde el periodismo se estructura en una breve nota introductoria; un prólogo; quince crónicas, que acarician la mente y el alma del lector; notas; y bibliografía general.
Mauricio Núñez Rodríguez es licenciado en Letras por la Universidad de La Habana. Trabaja en la Sociedad Cultural «José Martí» y se desempeña como coordinador editorial de la revista Honda.
Ha dado a la estampa el ensayo Eliseo Diego y sus noticias de la quimera (1997). Escribió el prólogo a la novela Lucía (1997), de José Martí, reeditada en Guatemala (2002), traducida al francés por Patiño Editores (Suiza, 2003) y publicada en Estados Unidos (2005) y en México (2009).
Recibió el Premio «Razón de Ser» (1996) y la Medalla «XXX Aniversario de la Academia de Ciencias de Cuba» (1998), al ser seleccionado entre los seis jóvenes investigadores más destacados del país.
Ha participado en congresos literarios nacionales y ha impartido conferencias en Cuba y en el exterior. Su producción intelectual y espiritual en el campo del periodismo ha visto la luz en publicaciones periódicas de la mayor isla de las Antillas, Latinoamérica y la península ibérica, mientras que trabajos suyos han sido traducidos a varios idiomas foráneos.
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