José Martí y Lezama Lima: la poesía como vaso comunicante, es otro título que realza aún más la labor de la investigadora, ensayista y poeta Caridad Atencio, al tomar «en consideración la especial resonancia espiritual de la obra del Maestro en uno de los poetas más trascendentales del siglo XX» y el consecuente avatar de ambos en la producción lírica.
En dicha obra, la también Premio de la Crítica 2010, relaciona los Cuadernos de Apuntes de José Martí y los Diarios de Lezama Lima, mediante un profundo análisis crítico y literario de ambos, en el que se replantea lo trascendental en tiempo y época de la obra martiana para muchos autores del pasado y presente siglo.
En ambos cuadernos de anotaciones podemos hallar casi siempre tramos autorreflexivos y huellas que dan fe de un proceso de autoaprendizaje constante, de un proceso continuo de conocimientos, gracias a la majestad de la lectura, que opera como un mecanismo o manifestación del pensamiento, predominante tanto a lo largo de los Cuadernos de apuntes y apuntes en hojas sueltas como en los Diarios.
Destaca la autora, para agregar que:
…lo poético se convierte primero en Martí y luego en Lezama en luminoso y mágico seguimiento, en una forma de apropiación de la realidad, fundamentada por las constantes relaciones que se establecen entre poesía e historia, extensión literaria y cultura, con la vida o las interacciones entre la poesía y el bien, todo mediado por la manifestación de la verdad.
Para reafirmar tal opinión la destacada investigadora expone el carácter integrador en la escritura poética de ambos autores:
Confiesa Martí en sus Apuntes que las obras literarias, si no son la explosión de una individualidad fantástica y potente, adecuable a todas las edades, son el reflejo del tiempo en que se producen. La mitología engendró La Ilíada; el espiritualismo a Fausto; la teología al Dante; la caballería al Tasso. Hay pues, que reseñar la Historia para generar de ella la Literatura y estudiarla en lo que pudo ser y tuvo que ser: allí donde no haya esas individualidades portentosas.[i]
Mientras que Lezama en su apunte del 20 de noviembre de 1939, reflexiona:
¿Cuál debe ser la cultura del poeta? ¿Existe una cultura señalada con signo distinto, propia del poeta? Los poetas que tienen un conocimiento conceptual de la polémica del arte y la historia en sus épocas —Lucrecio, Dante Goethe, ¿pueden acaso considerarse como más cultos que Rimbaud, Verlaine, Lautréamont, que se basan en una intuición irreemplazable, que prefieren adivinar, tocar en la materia que los quemaba como si fuesen los primeros que descubriesen una nueva materia combustible, entrar por infierno, paraíso o purgatorio sin guías? Observo que todas las palabras que llevo escritas acerca de esa cuestión, no me gustan, hay que buscar una unidad mágica que desde luego eliminaría el tema propuesto.[ii]
En suma, reflexiona quien escribe este trabajo, ¿filosofía concebida por ambos para enjuiciar, sin dejar de soslayar, las más importantes virtudes (y hasta defectos) del hombre, en su absoluta comunicación con el medio y hasta en contextos diferentes, en los que sufrimientos, puntos de vista, temores malsanos, certidumbres, bondades, se incluyen dentro de un sinnúmero de recursos poéticos para alimentar y pensar el mundo sensible, para realzar lo bello, lo profundo, ante un mundo cada vez más reacio a distinguir y enfrentar la pobreza material de la fortaleza cultural e histórica?
Hay que agradecer esta obra de la doctora Atencio, imprescindible para entender y dilucidar aún más la posición y pensamiento de ambos poetas. Diría que ella no solo trasciende el mundo artístico-literario, sino también el de demostrar —y con lujo de detalles—, la necesidad de fortalecer la espiritualidad. Una cualidad ineludible en estos tiempos, porque «…es el espíritu sincero y viril lo que se lo embellece y levanta» y porque «hoy más que nunca es la hora de poner todo nuestro espíritu, cordial e impetuoso, en la obra que empezamos juntos…»[iii]
Caridad Atencio (La Habana, 1963)
Poeta y ensayista. Investigadora del Centro de Estudios Martianos y miembro del Consejo Científico de esa institución. Entre otros, ha publicado los poemarios La Succión, Editorial Letras Cubanas (2005); Notas a unas notas pzra L.A., Ediciones Unión (2005) y los libros de ensayo: La saga crítica de Ismaelillo. Editorial José Martí (2008), y Del agua refluyente sobre los versos de La Edad de Oro. Entre los premios y distinciones recibidas se hallan: Premio de la Crítica (2010) y la Distinción por la Cultura Nacional.
[i] José Martí: O.C. t. 22, p.97. El fragmento recién citado es como una traducción o una nueva conformación a partir de la cita del historiador Levi: ¿Qué hay hoy que no hayan dicho Lucrecio, en latín; Khaiyam, en persa, o Chamfort, en francés? Stendhal negando el derecho natural, no dijo más que Carneades, el embajador ateniense de los romanos.
[ii] José Lezama Lima: Diarios, ob. cit., pp. 27-28.
[iii] José Martí: «Carta a Ramón Rivero, primero de mayo de 1894». O.C. T. 3, p. 161.
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