Este 20 de septiembre la librería Fayad Jamís acogió el «El jubileo de Letras Cubanas» que, respaldado por la editorial, celebró el primer aniversario de fundación del espacio, así como los cumpleaños de algunos autores.
El invitado especial fue el licenciado en Letras por la Universidad de La Habana y máster en Ciencias Históricas, Rodolfo Zamora Rielo, quien este septiembre está cumpliendo 47 años.
Su presentador, Fernando Rodríguez Sosa, indagó sobre los inicios de Zamora Rielo en la literatura, que vinieron de la mano de su abuelo Avelino con el desarrollo del hábito de la lectura. Este abuelo ocupa entonces un lugar esencial en la vida del autor, apreciable en los agradecimientos del libro que Zamora escogería para compartir con el público en el «Jubileo»: Sin monedas para el barquero.
Sin monedas para el barquero recurre de nuevo a ese personaje escritor —alter ego del autor— que le permite acercarse al problema de la página en blanco, en ese coexistir con la creación donde, mientras trata de escribir, la memoria se fuga hacia otro tiempo, hacia otros espacios de la vida. Es el autor que se debate entre el hoy y lo que fue. Y el escenario de tal encuentro es la página en blanco, que lucha por llenar; es esa realidad cotidiana que a veces enfoca trastocada por el idioma abigarrado con que el autor ha concebido su libro.
El libro cuenta con un exergo de Jorge Luis Borges, donde hace referencia a que somos nuestra memoria, nuestro museo. Zamora refiere que es importante la enseñanza del pasado, y rememora que fuimos el primer país de Latinoamérica y del mundo en tener una telefonía, traída, de manera casual, por los bomberos. El fin de esta tecnología fue proporcionar un empleo a las mujeres, un empleo que les permitiera insertarse de manera digna en el espacio público. Cuba fue así el primer país en tener un cable submarino, en 1920. Zamora tiene como proyecto poder contar con un museo de la telefonía.
Entre los otros proyectos en los que siempre está pensando, Zamora señala, por ejemplo, escribir un libro sobre el tema de las telecomunicaciones, así como contar hechos venidos desde la ficción y la historia, acompañados por la investigación. Sin embargo, el libro que sueña escribir es uno referido a la literatura y el arte universales.
Cuando su interlocutor le preguntó quién creía ser, el profesor hizo un gran silencio, para luego confesar que nunca le habían formulado tal pregunta. «Creo que soy una buena persona» —concluyó.
La editorial Letras Cubanas, de manos de su directora Yanelis González Leyva y de la subdirectora Tomasa González Pérez, obsequiaron al invitado y locutor con algunos presentes. También se agradeció al colectivo de la librería Fayad Jamís por su complicidad de siempre. El espacio concluyó, a la altura de la remembranza del pasado, con la voz nostálgica de Bola de Nieve.
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