
En la librería Fayad Jamís, situada en la calle Obispo, a las 3 de la tarde, del día 23 de noviembre, se reunieron Fernando Rodríguez Sosa, periodista, con otra homóloga, además de escritora, crítica, guionista y realizadora de largometrajes, Julia Mirabal.
Nacida en La Habana en 1950, la intelectual confesó que le traían recuerdos de su juventud visitar esta parte de la ciudad, donde de joven recorría sus plazas, la escuela donde estudió y luego lo harían sus hijos, en la que esparció las cenizas de su madre en una palma del capitolio, terminando su recorrido en la lanchita rumbo a Regla.

Acompañados por el libro www.mivida tv.cu. Entrevistas desde la televisión en el cual la invitada recoge una selección de entrevistas, con más exactitud 70, a personalidades de la cultura para el programa televisivo «Sitio del Arte», que ella escribe y dirige desde el 2003. El libro es la experiencia de su vida laboral, y trata de desmitificar el grado inferior con que se ve la televisión al dar a conocer a grandes actores del patrimonio nacional, como Raquel Revuelta, que hicieron carrera desde la pequeña pantalla; y apropósito de ese detalle preguntó Sosa: ¿cómo ha podido perdurar tanto el espacio?
«El sitio» es un espacio interactivo, ya que es una escuela-taller para sus trabajadores, donde se trata de ver el arte desde otra óptica, adentrándose en el mundo cultural antes que la obra creadora esté terminada, o sea, en su elaboración. Además, han tratado de contemporizar su lenguaje, hacerlo actual, apropiándose del tiempo y la cámara del video clip, colocando la música performática de X Alfonso, para tratar de rescatar al público joven que se le ha escapado.
Con el dominio del francés como su otra cultura, quiso entrar en la universidad para estudiar desde la política internacional: Ciencias políticas, pero se requería ser cuadro y no se sintió con la vocación, así que con su gran bagaje de lectura prefirió la carrera de periodismo, la cual le otorgaron sin ningún problema.
Comenzó su trayecto laboral en la Editorial Mujeres, después pasó a la editorial infantil Abril y en 1970 a la TV, en el noticiero, acercándose a su sueño de realizar largometrajes realistas, «como el perdido género, en que Cuba era cimera y logró un estilo particular, me refiero al documental», explicó.
El caribe fue su espacio principal, entre ellas Martinica y Guadalupe, luego pasa al país africano Angola para apoyar en la realización de la película Caravana, de corte realista, pues la ficción la disfruta viéndola, pero no realizándola. El cine que más le interesa hacer son los menos conocidos, por ejemplo, los de Argentina, el danés y el francés, que alabó su fino humor inteligente.
Esta defensora a ultranza de la memoria sueña con seguir realizando documentales y le dio un consejo a la nueva generación de periodistas: que pregunten siempre, porque todo no se sabe, porque es una carrera de constante aprendizaje, donde el libro debe ser su compañero, como lo ha sido para ella.
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