El 26 de agosto de 1914 nacía uno de los más importantes escritores latinoamericanos, Julio Cortázar, autor de títulos como Bestiario y Rayuela. Sin embargo, la literatura fue una pasión que el argentino nacido en Bélgica compartió con la de traductor y profesor.
Sus numerosos viajes lo trajeron a Cuba en más de una ocasión: conoció de cerca la causa de la Revolución Cubana; más tarde dedicó su relato «Reunión» a su coterráneo Ernesto Che Guevara; y en 1966 expresó su apoyo públicamente a la causa de la liberación de América Latina. Aquí conoció también a su segunda mujer.
Al referirse a su primera visita a la Isla expresó:
En 1961 se produce en mi vida un hecho muy importante, es que yo hago mi primer viaje a Cuba y tomo contacto aquí con el mundo cubano, con la Revolución Cubana, y eso —ya lo he dicho muchas veces pero me gusta repetirlo― fue coagulante, el catalizador que me mostró a mi hasta qué punto yo era argentino, cosa que había ignorado durante muchos años. Puede decir que a mí la Revolución Cubana me metió en la Historia, me hizo entrar en la Historia.
Sus viajes a la mayor de las Antillas lo hicieron también vincularse con Casa de la Américas, institución que desde hace casi dos décadas, y junto a la Unión de Escritores y Artistas de Cuba y el Instituto Cubano del Libro auspician un certamen que lleva su nombre: el Premio Iberoamericano de Cuento Julio Cortázar, que busca promover internacionalmente la narrativa escrita en castellano.
Precisamente Casa de las Américas reeditó y presentó hace cuatro años, en la 28 Feria Internacional del Libro de La Habana, Rayuela, probablemente su libro más conocido y complejo, del que expresara «(…) es lo que yo he vivido todos estos años y he querido tratar de decir».
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