La literatura espirituana está de fiesta. Uno de sus representantes más importantes: Julio Miguel Llanes se prestigia con el Premio Alejo Carpentier, el galardón nacional más importante que se otorga a los cultores de esa manifestación artística.
Precisamente, su novela Los caminos del viento resultó el texto escogido por el prestigioso jurado del certamen, el cual apreció la elegancia discursiva de su autor, quien nos regala, en esta ocasión, a la Trinidad del siglo XIX.
Allí aparece todo el contexto político, social y económico de una urbe, entonces esclavista. Están las contradicciones entre España y Cuba. Por lo tanto, nos encontramos con la formación de la nacionalidad, describe.
Igualmente, las 364 páginas del volumen develan el auge cultural de la tercera villa de Cuba y se dedica especialmente a Lydia Cabrera Marcaida, una de las etnólogas, investigadoras y narradoras cubanas más significativas de la isla, quien admiró profundamente a la Ciudad Museo del Caribe.
«También están los cimarrones, Caniquí, Gabriel de la Concepción Valdés, el cabildo, Carpentier, Lezama…», agrega.
Este lauro se inscribe entre otros muchos que, desde hace un tiempo, colocan a Julio Miguel Llanes, entre los espirituanos más reconocidos en el panorama de las letras cubanas.
Aunque no creo mucho en ello, sí me impulsan. Me satisface más quedar en la memoria de quienes me leen. Pero este premio en particular, me da mucha alegría porque es una obra dedicada a Trinidad, una ciudad que resume muy bien a la cultura cubana, acota.
El Premio Alejo Carpentier fue fundado en el año 2000 como el galardón literario más importante que concede el Instituto Cubano del Libro a volúmenes inéditos de ensayo, cuento y novela de escritores cubanos vivos.
En Sancti Spíritus, antes de que Julio Miguel Llanes recibiera este alegrón, sólo lo poseía —por cierto en dos ocasiones— Pedro de Jesús López, obtenido en 2006, en la categoría de cuento y en 2014 en ensayo.
Tomado de Escambray
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