Sobre el cuento «Qué hice», de Ketty Blanco
Desde hace un tiempo ya, la voz poética de Ketty Blanco ha comenzado a darse a conocer dentro de la polifonía de cantos jóvenes creativos de la Isla. Sus poemas duelen. Dan a conocer la corteza de ciertos sueños rotos. Tal vez su narrativa sea menos mencionada, aunque ostenta en su quehacer diversos premios y becas que ya la hacen merecedora de un nombre. Ketty Blanco no gusta de las historias fáciles, aunque es suya la simplicidad del verbo en su aspecto demiúrgico. Construye las atmósferas de su fabulación con mano tenue, caricia del abanico, en esos gestos que parecen ambiguos y menores, pero que remueven —telúricamente— la estructuración de las historias.
Bien complejo es simplificar la teatralidad de una poética como la de Ketty Blanco en solo unos párrafos de presentación, pero confío que el texto «Qué hice», muestra de lo más reciente de su producción, invite a la búsqueda de nuevas obras, de nuevos universos de posibilidades narrativas.
En «Qué hice», la autora apuesta por un joven narrador personaje, una niña colocada en el ambiente hostil de un mundo disfuncional, una madre olvidadiza y violenta: patético dragón (o cucaracha) que custodia esta suerte de castillo en las nubes de donde no hay escapatoria posible.
Nuestra pequeña heroína tiene un breve leitmotiv: huir del universo constreñido que la define. ¿Pero cómo? ¿Quizás a través del cambio, de la transmutación de niveles de realidad, de un salto narrativo hacia otras posibilidades demiúrgicas? Escoja el lector el acápite que le pertenezca. Lance el lector una moneda al vacío y luego defina qué superficie le pertenece: cara o cruz.
Ketty Blanco juega —con equilibrio protector, sin llegar a límites de catarsis que hubieran resultado innecesarios y excesivos para el cuento— con los márgenes de referentes de la literatura universal. Referentes que bien pueden pertenecer al universo de cuentos infantiles (¿quién ha olvidado a aquella Cucarachita Martina, tiernísima, a la espera de un pretendiente mientras se limpiaba las alas y las antenas?) o bien a una dimensión más sórdida y profunda, donde Kafka y su Gregorio Samsa continúan siendo ejes de distensión. En todo caso, la cucaracha no es aquí un animal simbólico aunque continúa siendo el eje hacia una transición dramática: convertirse en insecto o ser humano, esa es la cuestión. La cucaracha en su dimensión de criatura de metamorfosis sirve como pretexto para la fabulación del personaje, como escape, como válvula hacia otra realidad. El resto es solo silencio.
«Qué hice», en su brevedad, condensa la capacidad dual de los personajes en su condición de seres construidos para el bien y el mal, o tal vez para un estadío intermedio entre ambas condiciones. Con economía de recursos, con ese equilibrio que es uno de los rasgos más sutiles en la escritura de Ketty Blanco, se propone un cuento conmovedor, buena literatura, ala límpida de insecto en búsqueda de una metamorfosis: final feliz definitivo.
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Ketty Blanco Zaldívar. Poeta y narradora. Licenciada en Ciencias de la Religión, por el ISECRE (La Habana, 2012) y miembro de la Asociación Hermanos Saíz. Egresada del Curso Nacional de Técnicas Narrativas Onelio Jorge Cardoso (La Habana, 2005). Participó en el Primer Festival de Narradores Jóvenes (Ciudad de La Habana, 2008), y en el primer curso impartido por el Centro de Formación Literaria Hotel Kafka, de Madrid (La Habana, 2008). Ha obtenido, entre otros premios y reconocimientos: Primer Premio de Poesía en el Concurso Nacional El Camello Rojo (La Habana, 2006); Primer Premio de Poesía en el Concurso Alfredo Torroella (La Habana, 2009); Primer Premio en el Concurso Nacional de Poesía Regino Pedroso (La Habana, 2009); Primera Mención en Cuento, en el Concurso Nacional Mangle Rojo (Isla de la Juventud, 2009); Primer Premio en el Concurso Internacional de Minicuentos El Dinosaurio (La Habana, 2010); Primer Premio en el Concurso Nacional de Cuento «Ernest Hemingway» (La Habana, 2010); Beca de Novela Fronesis (La Habana, 2015); finalista del Concurso Internacional El Mejor Poema del Mundo (España, 2016) y premio de Poesía Portus Patris (Puerto Padre, 2016). Obras suyas han sido publicadas en revistas y antologías, en Cuba, España, Estados Unidos de América, México, Chile e Italia.
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Tomado de País de fabulaciones, texto de Elaine Vilar Madruga publicado por Cubaliteraria en 2019.
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