
La ciudad en la colina: ¿será Estados Unidos?, del doctor en Ciencias Políticas Abel Enrique González Santamaría, es el título del libro, publicado por la Editorial Ocean Sur, para satisfacer las necesidades cognoscitivas de los estudiosos de las relaciones cubano-estadounidenses.
En dicho volumen, el también miembro de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), con un lenguaje diáfano, sin tecnicismos ni didactismo a ultranza, y dirigido —fundamentalmente— a los jóvenes, incita a la reflexión y al debate civilizado acerca de la actitud adoptada por Estados Unidos en los últimos años a escala internacional, la situación interna que presenta el imperio, y las elecciones presidenciales de 2020, con especial destaque en las proyecciones hacia la mayor isla de las Antillas y los principales retos que enfrenta el gobierno demócrata del presidente Joe Biden.
Por otra parte, se ofrece una visión sintetizada acerca del mito del «sueño americano», o mejor, «pesadilla americana», que solo adormece a los tontos y entontecidos que sueñan despiertos con los dólares estadounidenses, la plataforma de «Primero Estados Unidos», sustentada por la administración del exmandatario Donald Trump, y el dilema político generado por la pandemia de Coronavirus COVID-19, incluidos —por supuesto— el estado de la Florida y el voto cubanoamericano en el centro del litigio por alcanzar el poder.
En ese texto, relativamente breve y con análisis muy bien fundamentados desde la vertiente teórico-conceptual, el autor coloca al lector en la posición de entender cómo funcionan los Estados Unidos en el momento actual, sobre todo si se tiene en cuenta que el fenómeno Trump deviene una compleja circunstancia en el vecino país, donde se ha producido una degradación gradual y progresiva de virtudes éticas, humanas y espirituales, en el contexto de una sociedad que predica el odio, la violencia, la xenofobia y la discriminación racial, entre otros contravalores.
La ciudad en la colina… registra el momento histórico en que está repensándose el vínculo entre las ciencias y la política; por consiguiente, se hace necesario la participación de las ciencias sociales y humanísticas en la adopción de decisiones y la participación de la intelectualidad en la política exterior.
Como valor agregado de esa joya de la literatura histórico-social contemporánea, habría que añadir que el doctor Abel Enrique González Santamaría integró el equipo de trabajo que participó en las relaciones bilaterales, durante el proceso negociador emprendido durante la administración del expresidente Barak Obama; y por otro lado, señalar los disímiles factores incluidos en el libro: desde los problemas de la más reciente emigración cubana —formada en el sistema nacional de educación, que ha adoptado una actitud reacia hacia la Revolución— hasta las contradicciones que hoy caracterizan a la sociedad norteamericana.
Por último, habría que destacar el rejuego que el autor utiliza con el título del libro, ya que —desde la tercera década del siglo XVII— el señor John Winthrop, primer gobernador de la colonia de la Bahía de Massachusetts, aseveró que fundarían una «ciudad en la colina», que el orbe percibiría como un ejemplo que se debía seguir.
Ese falaz argumento ha sido esgrimido, una y otra vez, desde el desplazamiento de la población autóctona, la independencia de las Trece Colonias hasta la actualidad, con un grupo de «valores» (o mejor, contravalores), que el imperio se ha empeñado en vender o imponer mediante la utilización de la fuerza o el encantamiento, ya que —desde George Washington hasta Biden— todos los mandatarios de la nación norteña han mirado con avariciosos ojos expansionistas a la heroica ínsula caribeña.
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