
Los diccionarios son siempre documentos vivos, como la propia lengua. Pero, ¿cuál es la historia del Diccionario de Inglés de Oxford? Todo comenzó en 1857 cuando se presentó una propuesta de documento a la Sociedad Filológica de Londres, dedicada al estudio académico de la lengua. La idea no fue aceptada pues era preciso que el diccionario se basara en evidencias reales de palabras en uso que dataran de todos los periodos de la lengua y de fuentes impresas. Parecía, en principio, un proyecto irrealizable.
Richard Chenevix Trench, Herbert Coleridge y Frederick Furnivall asumieron el reto y rexaminaron el idioma. Coleridge fue nombrado editor original y de conjunto con Furnivall reunieron a varios lectores voluntarios para que examinaran la literatura inglesa y extrajeran citas como pruebas para la Sociedad Filológica.
En 1879 cuando la Oxford University Press aceptó publicar la obra se le dio la tarea a un nuevo editor: James Murray, un erudito autodidacta escocés que desde niño mostró interés por la lengua. Él revitalizó el programa de lectura voluntaria y pagó a sus once hijos para que ordenaran alfabéticamente las fichas del diccionario. Según los cálculos de Murray esa tarea llevaría diez años, pero la primera parte del fascículo se terminó en cinco. Era tanta la correspondencia y colaboración para la confección del diccionario que se instaló un buzón frente a la casa de Murray, en Oxford, que todavía está allí. Finalmente esta primera versión del diccionario se publicó el 1 de febrero de 1884.
Con el propósito de agilizar el trabajo de conjunto con Murray comenzaron a laborar Henry Bradley como segundo editor, William Craigie y Charles Onions. Se dividieron la tarea y cada uno trabajó en diferentes secciones del alfabeto. Produjeron fascículo tras fascículo hasta que, en abril de 1928, se publicó la última parte obteniendo gran éxito de la crítica.

En principio el Diccionario tendría 6 400 páginas en cuatro volúmenes. Sin embargo, el texto culminó con diez volúmenes que contenían más de 250 mil entradas y casi 2 millones de citas. Se publicó bajó el título de A New English Dictionary on Historical Principles, aunque también se le conoció como Oxford English Dictionary.
Murray y Bradley no vieron culminada la obra a la que dedicaron sus vidas. Bradley falleció en 1915, sin embargo, el diccionario representó un logro sin precedentes en la historia de la publicación. Su diccionario ocupó un lugar imprescindible como máxima autoridad en el idioma inglés.
Después de 50 años de arduo trabajo y concluidos los diez volúmenes, los editores restantes Craigie y Onions comenzaron a recopilar un Suplemento al Diccionario en un solo volumen que fue publicado en 1933. A su vez, la primera edición se reditó en doce partes y la obra recibió su título actual: Oxford English Dictionary.
Luego de la Segunda Guerra Mundial, más tarde en la década del ochenta y 90 el diccionario entró al escenario de la digitalización y fue quedando atrás el monumental trabajo estrictamente artesanal y manual de los iniciadores. Con un equipo de editores, lexicógrafos e ingenieros en 1984 se llevó la obra al formato electrónico. El trabajo terminado comprendía 22 mil páginas encuadernadas en 20 volúmenes y vio la luz en 1989. Con la entrada del universo digital se incorporó el Diccionario al formato CD-ROM con una obra que pesaba 70 kilos y ocupaba un espacio de metro y medio en las estanterías. La dimensión y alcance de este diccionario solo se valora en su justa medida cuando es capaz de adaptarse y reinventarse ante los nuevos tiempos. Así ha ocurrido con el Diccionario de Inglés de Oxford.
Los ambiciosos objetivos que la Sociedad Filológica se propuso en 1857 parecen modestos en comparación con el fenomenal logro que su iniciativa puso en marcha. El Diccionario de Inglés de Oxford es un documento vivo que ha ido creciendo y cambiando durante más de un siglo y medio. Mucho más que un lugar conveniente para buscar palabras y sus orígenes, el texto es una parte irremplazable de la cultura inglesa.
No solo proporciona un registro importante de la evolución del idioma, sino que también documenta el desarrollo continuo de la sociedad inglesa. El diccionario sigue siendo tan relevante hoy como lo fue en el pasado, una obra siempre en desarrollo que continuará actualizándose con los tiempos y el propio uso de la lengua.
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Con información del OED
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