Me lo presentó, en París, nuestro amigo Juan Goytisolo. El autor de La Broma era un lector fiel y exigente de Le Monde diplomatique. Y deseaba que yo le presentara al Subcomandante Marcos a quien admiraba… Con su esposa-compañera Vera formaban un duo increíble, lleno de humor vitriólico y de irreverencia. Bebían y fumaban como desesperados…
Un día fui a su apartamento a visitarlos. Eran las diez de la mañana. Me abrió Milan con un gran vaso de whisky en la mano… «¿Qué te sirvo?» me dijo. «Nada de alcohol, le contesté, es demasiado temprano… No suelo beber antes de las siete de la tarde…» «Ah!, se exclamó riendo a carcajadas, a esa hora es precisamente cuando yo paro porque ya no puedo más…»
¡Cuánto lo vamos a extrañar…!
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Tomado del perfil de Facebook de Ignacio Ramonet
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