Guillermo de Blanck: “El problema cubano del momento” (1933)
En su obra se introducen juicios críticos acerca de los procedimientos y los efectos de la mediación de 1933. En cuanto a los procedimientos, el autor analiza que el embajador estadounidense Sumner Welles, en lugar de lograr un rápido reemplazo del gobierno de Gerardo Machado, se empeñó en corregirlo con lo cual se dilató y complicó la solución a la crisis política nacional.
Con respecto a los efectos de la mediación, de Blanck significa que en última instancia esta logró “desarmar a Machado”. Señala que los Estados Unidos favorecieron a las facciones de la oposición conservadora y aplicaron la amenaza de la enmienda Platt para, por primera vez, darle un “beneficio” a los cubanos.
En esta obra Guillermo de Blanck se declara partidario de una fórmula, según la cual la revolución del pueblo hubiese sido sustituida por una revolución menos amplia, hecha desde arriba por los sectores de la oligarquía. En general el autor ofrece una valoración desde su óptica clasista; estamos en presencia de un clásico opositor a la dictadura de Gerardo Machado, que pondera los peligros de una revolución radical.
Carlos Palacios González: “Revolución y pseudorevolución en Cuba” (1948)
Carlos Palacios González es el primer autor, que le otorga al movimiento revolucionario, un papel protagónico en el proceso histórico que condujo a la caída del gobierno de Gerardo Machado.
Palacios González le critica a Aldo Baroni una afirmación suya, cuando declara que la revolución que suprimió al régimen machadista fue “demasiado fácil”. Al respecto indica que, como en la guerra de 1895 cuando estuvimos a punto de coronar nuestra independencia, también en 1933 se nos atravesaron los Estados Unidos. Considera que debido a una intensa lucha popular, el régimen de Machado se sumió en una crisis de tal magnitud que Sumner Welles, representando a los Estados Unidos, pudo fácilmente cumplir la tarea de debilitarlo más aún.
Raúl Roa García: “12 de agosto” (1948)
En este artículo Raúl Roa plantea que, aunque se habían publicado algunas obras que abordaban aquel momento de inestabilidad política bajo el régimen de Gerardo Machado, estas no ofrecían un análisis histórico- sociológico del proceso social de los años 30. Añade que tampoco se había revisado a profundidad la documentación de primera mano existente.
Señala Roa que el conjunto de la oposición conservadora que se sumó a la mediación, había estimulado la intervención de los Estados Unidos en los asuntos internos de Cuba, para minar las bases de la administración de Gerardo Machado. Al propio tiempo especifica que durante el gobierno de Roosevelt, la política exterior estadounidense hacia América Latina, sufrió un cambio que se ajustaba a una nueva estrategia de dominio imperialista en cuanto a los medios y las formas empleadas. En ese sentido Roa se opone al criterio de Gonzalo de Quesada de que el asesinato de los hermanos Valdés Daussá fuese el motivo que produjo la mediación, añade que el autor intelectual de la fórmula de sustituir “constitucionalmente” a Machado fue Cosme de la Torriente. Roa llega a la conclusión que el golpe de Estado del 12 de agosto fue planificado por Welles aunque no prueba esta afirmación mediante documentos.
Es un artículo valorativo de fuentes y obras con una precisa orientación analítica y metodológica. En el orden metodológico sugiere la consulta del epistolario de importantes personalidades que intervinieron en la pugna política de los años 30, y detalla una relación de transcendentales documentos que se encuentran en el Fondo Vilaseca referentes al Directorio Estudiantil Universitario (DEU) y a la agrupación del ABC.
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