La Dra. Araceli García Carranza Bassetti, Premio Nacional de Bibliotecología, y una de las personalidades de la cultura cubana a quien —junto al escritor Julio Travieso Serrano, Premio Nacional de Literatura— se le dedica la edición 31 de la Feria Internacional del Libro 2023, fue objeto de un emotivo homenaje en la sala Villena de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), subsede de ese magno evento del libro en la capital de la mayor isla de las Antillas.
Dicha actividad se estructuró en forma de panel, conducido por el Lic. Omar Valiño, director de la Biblioteca Nacional José Martí (BNJM), e integrado por los doctores Rafael Acosta de Arriba, director de la Revista de la Biblioteca Nacional José Martí, y Rafael Rodríguez Beltrán, vicepresidente de la Fundación Alejo Carpentier.
Las palabras de apertura estuvieron a cargo del escritor Alberto Marrero, presidente de la Asociación de Escritores de la UNEAC, quien se refirió a la acuciosa necesidad de homenajear a la multilaureada escritora, bibliógrafa e investigadora, Dra. Araceli García Carranza, y destacó los indiscutibles valores intelectuales, patrióticos, humanos y espirituales que la caracterizan desde la vertiente personográfica, y que justifican —con creces— ese cálido homenaje por parte de la Asociación que preside y representa.
Con posterioridad, fue proyectado un minidocumental que recoge la entrevista que la Dra. García Carranza le concediera al periodista Cristian Rojas, reportero de Cubavisión Internacional, para el espacio Página Cuba. En ese contexto audiovisual, Araceli explicó cómo se enteró de que había sido seleccionada personalidad de la cultura insular a quien se le dedica la Feria. Cuánto orgullo y agradecimiento le produjo conocer la buena nueva y, a solicitud del joven entrevistador y excelente comunicador, reseñó su fecunda trayectoria profesional y personal en los campos de la Bibliotecología y la Investigación Bibliográfica, entre otras ramas del conocimiento humano en los que ha incursionado con la profesionalidad que la identifica.
Los expositores señalaron que la sencillez y humildad de la querida Araceli hicieron que le dedicara a la BNJM, donde labora desde hace más de seis décadas, ya que «ese templo de la cultura cubana y universal es mío por derecho propio», el enorme privilegio de ser personalidad de la cultura caribeña a quien se le agasaja en el seno de esa fiesta anual del libro y la lectura.
Por otra parte, los panelistas sugirieron que se debe recoger —con sumo y exquisito cuidado— la obra literaria, periodística y de investigación bibliográfica desarrollada por la eminente intelectual citadina, tanto en la BNJM y en la Revista de la Biblioteca Nacional José Martí, como en la Fundación Alejo Carpentier con la que también colabora y es muy querida y respetada, ya que esa excepcional mujer se ha entregado en cuerpo, mente y alma a servirle al otro o no yo, independientemente de que sea un profesional, un intelectual, un docente, un estudiante o simplemente un ser humano que se acerque a ella en busca de ayuda especializada.
Entre otras temas de puntual interés, los disertantes coincidieron en afirmar categóricamente que constituye un verdadero privilegio contar con los inapreciables servicios de la Dra. García Carranza en la BNJM, ya que ella —al decir de Omar Valiño y de Rafael Acosta de Arriba— «es una institución dentro de otra, pues se le quiere y se le respeta, porque es un pilar de ese templo sagrado de la cultura cubana y universal», y además, una de las mejores bibliógrafas cubanas e iberoamericanas que ha investigado y estudiado —en detalle— la fecunda obra literaria, periodística, musicográfica y crítico-literaria de Alejo Carpentier (1904-1980), Premio Cervantes de Literatura y Premio Nacional de Literatura.
En otra parte de sus puntuales intervenciones, los ponentes valoraron muy positivamente el aporte pedagógico de la Dra. García Carranza a la formación que deben recibir los bibliotecarios. Aunque también destacaron su entrega al servicio de cualquier persona que se acerque a ese ser humano único e irrepetible para beber de su fuente inagotable de sabiduría y humanismo. Como parte de sus intervenciones, hicieron énfasis en el hecho inobjetable de que la FIL-Cuba 2023 ha contribuido —de una forma decisiva— a dar a conocer a la población tropical a la Dra. Araceli García Carranza, para que puedan apreciar las virtudes ejemplares que —desde todo punto de vista— la distinguen, tanto en el medio intelectual, como fuera de él.
Finalmente, los expertos estuvieron de acuerdo en algo que no admite la mínima discusión: cuando se hable de los grandes bibliógrafos e intelectuales cubanos hay que incluir a la Dra. Araceli García Carranza, quien con su sapiencia y bondad se ha ganado el cariño, el afecto y el respeto, no solo del mundo intelectual y académico, sino también de todo el pueblo de Félix Varela, José Martí y Fidel Castro, así como de la función decisiva desempeñada por ella —junto al Dr. Acosta de Arriba— para salvar la Revista de la Biblioteca Nacional José Martí de una «muerte anunciada», como consecuencia del tristemente célebre Período Especial.
Por último, la Dra. Araceli García Carranza, con la sencillez y humildad que la singularizan, expresó su profundo agradecimiento por todos y cada uno de los homenajes de que había sido objeto en el contexto de la FIL-Cuba 2023, y al mismo tiempo, manifestó sentirse en extremo orgullosa por trabajar —desde hace 61 años— en la BNJM, así como evocó con emoción a quienes la precedieron en ese templo sagrado de la cultura cubana y universal, y con sus valiosísimos aportes hicieron crecer dicha institución, al decir del genio martiano, «como el humo […], como las palmas».
Para mí [precisó] este reconocimiento por parte de la Asociación de Escritores de la UNEAC, a la que tengo el honor de pertenecer desde los años 80 de la anterior centuria, tiene una significación especial, porque me ha emocionado en grado sumo y guardaré este momento inolvidable en un lugar sagrado de mi memoria poética […], y reitero que el hecho de trabajar en la BNJM es un verdadero privilegio, y le dedicaré lo mejor de mí mientras me quede un hálito de vida, ya que la profesión de bibliotecaria es fuente nutricia de ética, patriotismo, humanismo y espiritualidad. Muchas gracias.
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