El 26 de julio de 1953 marcó el inicio de un proceso que, años más tarde y tras combates, muertes y desafíos, tendría al Triunfo Revolucionario como el cambio de etapa que los cubanos llevaban anhelando mucho tiempo.
Los asaltos a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes están llenos de historias de valentía y determinación de un grupo de jóvenes que buscaban hacer de Cuba un país independiente y soberano «con todos y para el bien de todos», como dijera José Martí, autor intelectual de los hechos.
Algunas de estas historias tienen que ver con esas voces que hicieron del Movimiento 26/7 (llamado así luego de los asaltos) tema central de sus poemas, libros o relatos periodísticos.
Para esta primera entrega estaremos hablando de Raúl Gómez García, el poeta de la Generación del Centenario, pues aunque murió el propio 27 de julio fueron sus palabras las que dieron un último impulso a los asaltantes la madrugada de los hechos.
Nacido en La Habana el 14 de diciembre de 1928, Gómez García colaboró desde muy temprana edad con publicaciones estudiantiles y emisoras radiales encargadas de difundir ideas redentoras. Tras el golpe de Estado del 10 de marzo de 1952 escribió «Revolución sin Juventud», un ensayo que los medios de prensa de la época se negaron a publicar pues llamaba al combate frontal contra Fulgencio Batista: «no vamos a teorizar, vamos a combatir, no vamos a decir, vamos a hacer».
Finalmente, el documento fue impreso por el revolucionario en un periódico que creó y al que nombró Son los mismos, y que tiempo después Fidel le propuso llamara El acusador.
Raúl Gómez García se integró a ese grupo de jóvenes que conocemos como la Generación del Centenario, y redactó el Manifiesto que horas antes de ese heroico 26 de julio, Fidel leyó en la Granjita Siboney. En él logró sintetizar el pensamiento de sus compañeros, dispuestos a cambiar todo lo que debía ser cambiado, bajo la guía del ideario martiano. Allí, el poeta también leyó «Ya estamos en combate», uno de cuyos versos dice:
Cuando se ama a la patria como hermoso símbolo
Si no se tiene armas se pelea con las manos.
Encargado de la toma del hospital Saturnino Lora, Raúl Gómez García fue herido, apresado, torturado y asesinado con apenas 25 años. Sus últimas letras fueron dirigidas a su madre, a quien logró escribir: «Caí preso, tu hijo».
En su honor, cada 14 de diciembre en Cuba se celebra el Día del Trabajador de la Cultura.
Foto tomada de Radio Mambí
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