…ese bien absolutamente inigualable: el libro.
Eusebio Leal Spengler
Quienes alguna vez asistieron a sus conferencias, o simplemente lo escucharon a través de la radio y la televisión, pueden dar testimonio de su capacidad, mediante la palabra, de convencer, subyugar, cautivar…
La oratoria fue, para Eusebio Leal Spengler, un espléndido instrumento que le permitió llevar a cabo, durante más de medio siglo, la obra inmensa de rescatar, conservar, atesorar, el patrimonio de la nación cubana.
Para comprobar la certeza de tal afirmación, solo hay que hojear las páginas de algunos de los libros que el Historiador de la Ciudad de La Habana publicó a lo largo del tiempo, nacidos, casi en su totalidad, a partir de su fecunda oratoria.
La oratoria fue, para Eusebio Leal Spengler, un espléndido instrumento que le permitió llevar a cabo (…) la obra inmensa de rescatar, conservar, atesorar, el patrimonio de la nación cubana.
Regresar en el tiempo
«Nada de lo que hoy pongo a juicio de los lectores, se dictó o escribió sin convencimiento, sin pasión o sin amor», confiesa Leal Spengler al presentar estos textos, aparecidos originalmente en publicaciones cubanas y extranjeras.
Estructurado en nueve secciones, en estas páginas se reproduce una colección de textos que, sin renunciar al documento imprescindible y al dato preciso, se presenta mediante una amena y fluida prosa.
De indudable interés resultan los artículos dedicados a la capital cubana, en que se recrean espacios, se evocan figuras, se recuerdan acontecimientos, relacionados con la otrora villa de San Cristóbal de La Habana.
La acción y el pensamiento de próceres independentistas, como Carlos Manuel de Céspedes, Antonio Maceo y Máximo Gómez, son igualmente analizados en este volumen, así como otros hechos históricos de la patria amada.
Completan esta obra, el acercamiento a tres hombres ilustres —Fernando Ortiz, Emilio Roig de Leuchsenring y Raúl Roa— y a momentos del devenir de América, como la presencia de México en la historia de la mayor de Las Antillas.
Regresar en el tiempo (Editorial Letras Cubanas, La Habana, 1986, 344 pp.) propone conocer, mediante la palabra del Historiador de la Ciudad de La Habana, momentos, figuras, acontecimientos, imprescindibles de la historia insular.
Detén el paso, caminante… La Habana Vieja
Con un fragmento de la inscripción que aparece en la columna conmemorativa de la fundación de la ciudad, erigida en 1754 por el Gobernador, el Mariscal de Campo Don Francisco Cajigal de la Vega, Eusebio Leal Spengler inicia este libro.
La génesis de este volumen, que propone un interesante recorrido por paseos, calles y plazas de la antigua ciudad, aparece en las conferencias dictadas por el autor, entre los años 1983 y 1984.
Bajo el título «Para el conocimiento de La Habana Vieja», esas charlas tenían el propósito de contribuir al magno empeño de restauración del Centro Histórico de La Habana Vieja, obras aprobadas el 5 de mayo de 1981.
A través de un coherente y fluido discurso, como quien dialoga con el auditorio, se repasan hechos, sucesos, acontecimientos, que han dejado una imborrable huella en el devenir histórico de la urbe.
El lector conocerá, así, entre otros temas, de la construcción de inexpugnables fortalezas, de la estancia de visitantes ilustres, de hábitos y costumbres de los habaneros, de las luchas por liberar a la isla del dominio colonial español…
Detén el paso, caminante… La Habana Vieja (La Habana, 1986, 104 pp.) se enriquece, entre otros materiales, con una exhaustiva cronología desde 1492, en que Cristóbal Colón pisa tierra cubana, hasta 1853, año en que nace José Martí.
Fiñes
Desde los recuerdos, las memorias, las remembranzas, este libro recrea pasajes de la niñez de Leal Spengler, para así reconstruir sucesos, ambientes, personajes, tradiciones, de toda una época de la vida cubana.
Colección de crónicas que, por vez primera, se publicaron en el periódico Juventud Rebelde, entre los años 1989 y 1990, que, al ser reunidas, adquieren una nueva dimensión, pues conforman una coherente y lúcida narración de indudable interés.
A través de estos vívidos relatos, se conocerá de maestros y condiscípulos, del barrio y el hogar, de familiares y vecinos, de leyendas y costumbres, de juegos y paseos, de fiestas y tradiciones…
Desde los recuerdos, las memorias, las remembranzas, este libro recrea pasajes de la niñez de Leal Spengler.
Como compromiso y deuda de gratitud, según las propias palabras de Leal Spengler, nace Fiñes (Ediciones Boloña, La Habana, 1994, 80 pp.), en que «nostalgia y felicidad se enlazan al llamado irresistible de la evocación…».
Son textos, asimismo, en que el autor se refiere al amor a la patria, al respeto a los héroes, al culto a la dignidad humana, a ese descubrimiento de la ciudad natal que, con el devenir del tiempo, se convertiría en el centro de su vida.
«Recorrer La Habana Vieja —escribe— fue un placer disfrutado desde los días de la niñez. Andar por sus calles y plazas, compartiendo las aceras con el gentío que a duras penas cabía en ellas, suponía una aventura simpática que me introdujo al conocimiento de aquella, la parte más antigua de mi ciudad».
Carlos Manuel de Céspedes. El Diario Perdido
En esta obra, aparecida por vez primera en 1992, se incluye la transcripción, cotejada según el manuscrito original, del Diario del Padre de la Patria Carlos Manuel de Céspedes, acompañada de otros documentos inéditos.
Son dos pequeños libros que abarcan desde el 25 de julio de 1873 hasta el 27 de febrero de 1874 —fecha de la muerte del patriota por las tropas españolas—, en que no aparece la página que relata lo ocurrido el 23 y 24 de noviembre de 1873.
Esta monumental y encomiable labor de rescate de la memoria histórica de la nación cubana permite conocer, además del Diario, otros esclarecedores documentos relacionados con las luchas por la libertad de la Isla del yugo colonial español.
La entrega se enriquece con el prólogo de la prestigiosa historiadora Hortensia Pichardo a la edición príncipe de 1992 en España, así como las palabras que Abel Prieto pronunció al presentar la primera edición cubana, también de 1992.
Este libro —escribe el maestro Cintio Vitier a Leal Spengler— «me ha enseñado y conmovido mucho. Tienes lo cubano, la emoción patria, en la punta de los dedos, y de inmediato comunicas esa electricidad espiritual de nuestra familia deslumbrante».
Carlos Manuel de Céspedes. El Diario Perdido (Ediciones Boloña, La Habana, 1998, 424 pp.) es una obra de insustituible examen, estudio, reflexión; un sólido y enriquecedor aporte a la historiografía cubana.
Fundada esperanza
Colección de discursos, conferencias y artículos, fechados a lo largo de varias décadas de infatigable labor en defensa del patrimonio de la nación; textos que rescatan, preservan y exaltan, los más auténticos valores de la identidad de la patria.
En tres secciones, entre otros temas, se valora la figura fundadora del presbítero Félix Varela, se evoca al profesor e investigador Francisco Prat Puig y se reflexiona sobre los vínculos entre ciudad y naturaleza.
En uno de esos textos, «Diálogo del Tercer Milenio» —conferencia dictada, en Brasil, en 1999—, se refiere a la vocación de desarrollo social y comunitario que debe animar los programas encaminados a preservar el legado patrimonial.
La lectura de Fundada esperanza (Ediciones Boloña, La Habana, 2003, 222 pp.) evidencia la fluidez, soltura y amenidad que caracterizan el discurso del Historiador de la Ciudad de La Habana.
«Si algo hace imprescindible la lectura de estos trabajos —escribe el historiador Eduardo Torres-Cuevas— es el espíritu que los anima, la cultura que los expresa y el estilo que los caracteriza».
Es esta una obra referencial, que posibilita, a quienes se aventuren en la lectura de sus páginas, acercarse a esos temas del pasado que, desde el presente, contribuyen a imaginar el futuro.
Andar… La Habana
Hermoso catálogo, con casi un centenar de fotografías a color, que reproducen construcciones y espacios de una zona que, por sus valores, ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad.
Fortalezas, plazas, residencias, aparecen en todo su esplendor, en un recorrido en que, guiados por la palabra del Historiador de la Ciudad, se descubren los tesoros conservados desde los tiempos de la antigua villa de San Cristóbal de La Habana.
Se descubrirán desde la portentosa fortaleza de la Real Fuerza hasta el señorial Palacio de los Capitanes Generales, desde la majestuosa Fuente de la India hasta la hermosa Plaza de la Catedral…
Igualmente, este itinerario visual por la ciudad propone admirar un multicolor mediopunto, un vetusto campanario, un espléndido techo de tejas, una florida mampara y una histórica lápida conmemorativa.
Amargura, Lamparilla, Empedrado, Cuba, Obrapía, Teniente Rey, Mercaderes, Merced, Acosta, Jesús María, Luz, Tejadillo, Obispo, son algunas de las calles señalizadas en el mapa del Centro Histórico que se reproduce como cierre de esta entrega.
En Andar… La Habana (Ediciones Boloña, La Habana, 1996, 38 pp.), Leal Spengler invita a «sentir el placer de descubrir algo más, aquello que no hubo tiempo de incluir en las hojas de este cuaderno, y puede ser disfrute extraordinario».
Patria amada
«La cultura no es solamente un legado libresco ni tampoco el conocimiento detallado de mil anécdotas, sino —además— el estado de ánimo en el cual percibimos las muchas señales de nuestra identidad».
Palabras de Leal Spengler pronunciadas, en octubre de 2003, en el Día de la Cultura Cubana, y publicadas en este volumen que tiene, como hilo conductor, el reconocimiento, la defensa y el rescate, de los más auténticos valores de la nación.
Son discursos, conferencias, intervenciones, preparados junto a las acciones desarrolladas por el Historiador de la Ciudad en su noble empeño de rescatar, restaurar y conservar, el patrimonio de la otrora villa de San Cristóbal de La Habana.
La huella del Apóstol José Martí, el legado del escritor Alejo Carpentier y los aportes del historiador Eduardo Torres-Cuevas son algunos de los temas sobre los que reflexiona el autor en estas páginas.
«Eusebio Leal Spengler —escribe el editor Argel Calcines— fascina con su estilo tan personal —desbordante de gracia, fervor y finura de espíritu— que parece una negligencia no dejar impreso todo lo que pronuncia o dicta…».
Patria amada (Ediciones Boloña, La Habana, 2005, 182 pp.), con estos textos llevados de la palabra hablada a la palabra escrita, se convierte en referencia imprescindible sobre la acción y el pensamiento de Leal Spengler.
La luz sobre el espejo
«Historiador nato, no se detiene a escribir largas cuartillas: lee, busca, asimila, deduce y, sobre todo, siente el paso del tiempo con sus procesos trascendentes. A vertiginoso ritmo mental, nunca escrito, arriba a conclusiones lógicamente impecables y dialécticamente absolutas».
Estos comentarios de la especialista Raida Mara Suárez sirven como presentación a esta recopilación de textos nacidos, casi en su totalidad, como discursos, intervenciones, conferencias y entrevistas.
La historia y la cultura de la Isla son los dos temas recurrentes en estas páginas en que, con pasión y elocuencia, se informa, comenta, reflexiona, sobre hechos, acontecimientos, sucesos, figuras, que han dejado su huella en el devenir de la nación.
La significación del 24 de febrero de 1895, el concepto de patria y el libro Fidel y la religión, son algunos de los temas abordados, junto a la evocación, entre otros, de don Fernando Ortiz, Dulce María Loynaz y Manuel Mendive.
«Solo la palabra —asegura Leal Spengler—, que con aguja de plata borda la delicada trama del idioma, es capaz de expresar el carácter de las emociones, la certeza y las convicciones del sentir del alma».
La luz sobre el espejo (Ediciones Boloña, La Habana, 2004, 202 pp.) permite volver a escuchar la voz del Historiador de la Ciudad de La Habana y así salvar, para la memoria, esa palabra que —como escribiera José Martí— tiene alas.
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Tomado de La Jiribilla.
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