«¿Qué es una librería?» Pregunta el señor a un grupo de jóvenes estudiantes preuniversitarios y las más diversas respuestas afloran de golpe, incluso las más sinceras, creo, calificando a las librerías como lugares donde se venden libros y casi rozan el aburrimiento.
Las problemáticas de las librerías, los libros y los libreros en Manzanillo, fueron abordados con mirada crítica en el espacio mensual «Golpear en el ángulo» que conduce el escritor, editor y promotor cultural Ángel Larramendi Mecías, en la sede municipal de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, en la ciudad del golfo de Guacanayabo.
El debate partió de la presentación de la novela La librería encantada, en la que las personas sin imaginación consideran las librerías como meros lugares donde se venden libros, y a los libreros como las personas encargadas de venderlos. Así piensa Valerie —la ambiciona estudiante de economía que protagoniza del libro―, al entrar a la librería un poco anticuada de su tía quien ha desaparecido dejando solo una nota en la que nombra a la joven responsable del negocio.
En la mesa se expusieron aspectos objetivos y subjetivos, que impiden que estas instituciones se conviertan en verdaderos centros culturales. Entre los aspectos negativos ampliamente debatidos se encuentran la ausencia de espacios literarios atractivos, la poca preparación de la mayoría de libreras y libreros en temas literarios y artísticos, la limitada entrada de títulos a la ciudad para ofertar a los amantes de la lectura, la imposibilidad de poner a disposición del público lector el «Libro del mes» promovido desde el Instituto Cubano del Libro, la falta de presupuesto y recursos materiales necesarios para la atención a escritores y lectores.
Para Ángel Larramendi Mecías, director del Centro de Promoción Literaria Manuel Navarro Luna, es muy importante la actividad cultural en las librerías pues son los sitios a donde primero acuden los potenciales lectores, por lo que exhorta a estar preparados para cautivar y sugerir con los títulos a la mano.
Igualmente, el espacio sirvió para dar a conocer el trabajo del Observatorio Cubano del Libro y la Lectura (OCLL) y la ya próxima creación en la ciudad de un grupo de trabajo que se integrará a las distintas acciones de promoción e investigación que rigen el trabajo del OCLL.
En la actividad, además de la presentación, se puso a disposición de los presentes en formato PDF el título La librería encantada, de Christopher Morley; y se comentaron otras obras en las que librerías y libreros devienen personajes principales de sus tramas.
Por su parte, el escritor Juan Manuel Alsina Milanés presentó el libro Sombras nada más. 36 escritoras cubanas contra la violencia hacia la mujer, al celebrarse la jornada Internacional para la eliminación de la violencia contra las mujeres y las niñas hasta el primero de diciembre.
En la cita se dio la bienvenida a los escritores Julio C. Montero Pacheco y Juan Manuel Alsina Milanés como nuevos participantes del espacio que cada mes pone a discusión un tema medular de la literatura, la cultura, la historia y el patrimonio manzanillero.
Visitas: 19
Deja un comentario