Muy a tono con los tiempos que corren, cual un llamado certero, sale a la luz la antología Las esquirlas del silencio. Historias en torno a la violencia contra la mujer y la familia, un conjunto de cuarenta y una obras signadas por este tema general, quecuenta con el trabajo de selección y edición de Sandra González Cuenca, licenciada en Letras por la Universidad de Oriente y máster en Cultura Latinoamericana, quien funge como juez y parte en el presente volumen, en tanto antologadora, prologuista y autora participante. D’McPherson Editorial, casa de libros interesada en la literatura cubana, con sede en Miami, ofrece esta publicación. La imagen de cubierta ha sido elaborada con técnicas de arte digital por Yander Águila Fernández y el diseño general del libro se le debe a Nathalie Valerón Saavedra, graduada en el Instituto Superior de Diseño Industrial (ISDI) de La Habana, quien también aporta una obra a la selección.
El interesante ejemplar no solo está integrado por puras narraciones, sino incluye otros formatos literarios como el guión cinematográfico y el libreto teatral, lo que otorga una rica variedad a la lectura más interesada. La cuestión central se divide en numerosas líneas temáticas que resaltan variadas zonas oscuras de típicos comportamientos violentos, explícita o implícitamente, contra la mujer cubana inmersa en su entorno familiar; cuyo silencio, metáfora de un artefacto explosivo, expande sus esquirlas hacia sí misma y hacia miembros cercanos que se encuentran en desventaja o en situaciones de vulnerabilidad, ya sea física o mentalmente, y en vez de amainar las atroces conductas y sus resultados, multiplican las víctimas y solapan a los victimarios.
El texto incluye tanto figuras noveles como consagradas, sin límites en edades, currículos o maneras de hacer. Como antesala de la lectura se proponen tres artículos a manera de prólogos: «Fotografía de pez incierto ante el cristal», de Sandra González Cuenca; «Violencia: ¿algo nuevo bajo nuestro sol?», de Giovani Leal Luque; y «Mujer: un viaje a las etimologías del mundo», de Valentina Barile, que analizan y comentan el problema y sus diversos tratamientos socioliterarios. Luego inicia la propuesta de ficción textual Barbarella D’Acevedo y el cuento “«Ofidios», una obra que ponderael plano simbólico. Destacan igualmente los aportes de Amelia Apolinario con «Si de verdad me quisieras…», Lourdes de Armas y su «Mujer sentada en el parque» y «Sandra»; Shabelly Botello en «Isla»; Odalys Calderín Marín con «Irreverencia»; y Zayda Capote en «Ser extranjera». Se acentúan asuntos aparentemente ligeros o inocuos, como la decisión de nombrar a los hijos y la presión para disponer si trabajar en la calle o ser ama de casa, pasando por la insatisfacción, el hastío, las imposiciones, el chantaje y la amenaza en la relación de pareja, hasta el terror extremo y sus consecuencias fatales de muerte y destrucción familiar.
Entre los relatos más logrados resalta el creado por Teresa Cárdenas Angulo bajo el título de «Salmo». La autora presenta a su protagonista en una comunidad religiosa durante la celebración del culto, quien pide fuerzas a Dios para revelar su secreto. Es este un móvil dramatúrgico de los más efectivos, que mantendrá en vilo al lector hasta el final. La heroína, bajo la ejemplar imagen de aparente estabilidad que da a la congregación de fieles, es una esposa maltratada y violentada físicamente, lo cual es disimulado a través del vestuario y la actitud de armonía que finge la familia en público. Mediante el recurso del monólogo interior, paralelo al desarrollo de la acción colectiva exterior, se conocerá la verdadera tragedia oculta, y cómo el personaje evoluciona en ese breve instante que la narradora expande para recrear la historia, destacando los puntos de giro detonantes de la conclusión.
Con el empleo magistral de la polisemia, la síntesis, los juegos de palabras y la ironía como herramientas literarias, Laidi Fernández de Juan entrega tres títulos tan sagaces como rotundos: «Cardenales», «Por, Con, Secuencia» y «Naderías de hoy», donde evoca su profesión inicial: la medicina, que le habrá hecho testigo de similares situaciones de espanto y esas historias de la calle patria que tratan de normalizar la ferocidad masculina sobre la base de un machismo ancestral que aún se jacta de su tipicidad cubana y latinoamericana.
Por su parte, la editora y profesora de la habanera Universidad de las Artes, Ilaín de la Fuente Guinart, ofrece su «Golpe de gracia», un relato que pone en tela de juicio la credibilidad y el apoyo que alcanzan las mujeres por sus pares, socialmente, tras sufrir la violencia intrafamiliar.
Una voz íntima ofrecen Sandra González Cuenca, en su «Casa Vintage», y Ocean Teal, seudónimo de la joven escritora, periodista y editora Alejandra García, en «27», donde se expone la figura de la novia / amante / esposa-trofeo, quien paga un alto precio no solo por sus excelsas condiciones de vida, sino por su existencia misma. Dignos de mencionar son los títulos «El hueco», de Clara Lecuona Varela; «Cristina», de Miriam Mercado Maldonado; y «Yo frente al espejo» y «¿Dónde está Esteban?», ambos cuentos de Yilian Morfa Quevedo. Otra sugerente propuesta es la de Dazra Novak, actual directora del paradigmático Centro Onelio, quien entrega dos títulos: «Julie sobre la cama» y «Verena». «El poder de Nora», de Jackeline Rojas, evoca una relectura del clásico Casa de Muñecas, de Ibsen. Igualmente intensas son las entregas de Marié Rojas Tamayo en «Sueño de una noche tropical» y «La del espejo»; la joven Malena Salazar Maciá con «La danza de las manos»; Dulce Lina Uley Herrera en «El Ministro»; «Incertidumbre», de Nathalie Valerón Saavedra; y «El cuento de mi vida», de Ada Zayas Bazán.
Un aparte merece la participación masculina en la configuración de este mosaico de creadores disímiles en torno a tan apremiante tópico. El reconocido escritor y traductor Rodolfo Alpízar Castillo participa con fragmentos de su «Estocolmo», que el lector acucioso lamenta no poseer completamente en la selección, al igual que «Medea prefabricada», fracción de una pieza de teatro del poeta, ensayista, narrador y dramaturgo pinareño graduado del Instituto Superior de Arte de La Habana, Irán Capote. Otra ocasión para quedarse con las ganas es el título «Sangre», parte de una obra mayor de Alexis Díaz Pimienta, que confirma mediante un breve mensaje de ayuda encontrado en un baño público, que todas somos una. Igual sucede con Milho Montenegro, autor de «Cicatrices» y de «Malú», segmento extraído de un relato mayor: Las Inocentes.
Por su parte, Juan Antorcha aporta «Polvorones de castigo», evidencia narrada desde la infancia formada en la violencia, al igual que Alberto Garrido en su tierno «Corazón de perro»; José Emilio Hernández Sánchez integra el volumen con su «Cuadro de familia» y Giovani Leal Luque con «La habitación»; Freddys Núñez Estenoz aporta «Ratas»; Alain R. Cuba: «Desaparecer» y Yunier Riquenes García, «La llama en la boca». Eduardo Rodríguez Martínez es el autor de «Las chicas modositas no van al cielo», un relato basado en los prejuicios tradicionales sobre la mujer.
Nacido en Guantánamo en 1978, Carlos Barba Salva, cineasta cubano licenciado en Letras, participa con «Las Polacas», guión ganador de un Premio Coral Especial del Jurado en el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana. A través del diálogo de una hija y su madre, desfilan vivencias típicas de una época de la historia nacional con enfoques muy distintos, contradicciones intergeneracionales y conflictos familiares que serán consecuencia de un amargo y frío desenlace.
La variedad formal del libro posibilita una lectura dinámica; su lograda estructura no da lugar al descanso ni decae la atención en momento alguno. Se permite a cada autor ofrecer su visión muy personal, a pesar de que muchos tocan situaciones semejantes, mas nunca idénticas: varían los entornos, las caracterizaciones, las voces narrativas, los recursos expresivos; y a pesar de los distintos puntos de vista, no decae ni se desvía el objetivo central del volumen. Invitamos desde estas páginas a la lectura minuciosa de la antología Las esquirlas del silencio. Historias en torno a la violencia contra la mujer y la familia, de D’McPherson Editorial, donde el arte literario y la urgencia social se entrelazan en un mismo fin.
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