Las acciones revolucionarias llevadas a cabo el 26 de julio de 1953, encabezadas por el entonces joven abogado Fidel Castro Ruz y los miembros de la Generación del Centenario, significaron, como es conocido, un viraje en la historia de la nación cubana.
No es sorprendente, por ello, que los asaltos a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, en Santiago de Cuba y Bayamo, provocaran que, con el paso del tiempo, aparecieran numerosos libros que se acercan desde diversas miradas y perspectivas a la heroica gesta. Quienes se interesen en revisar esa extensa bibliografía deben comenzar su recorrido por el alegato de autodefensa que pronunciara Fidel en agosto de 1953 en Santiago de Cuba, en la Causa 37, el juicio organizado a quienes intentaron entonces liberar a la patria amada de la oprobiosa dictadura de Fulgencio Batista.
En La historia me absolverá, como es conocido este documento de incuestionable trascendencia, Fidel no solo denuncia, con meridiana lucidez, la crítica situación vivida en el país, sino que también anuncia el programa que se proponía llevar a cabo la Revolución luego de la victoria. Son varias las ediciones que, durante más de seis décadas, se han publicado a partir de aquella primera entrega aparecida en 1954, en que fue posible, en los días de la clandestinidad, reconstruir el alegato, imprimir el texto y lograr su distribución en la Isla.
Sobresale dentro de ese catálogo La historia me absolverá. Edición anotada (1993 y 2005), que con edición y notas de los investigadores Pedro Álvarez Tabío y Guillermo Alonso Fiel, se enriquece con un amplio aparato de esclarecedoras anotaciones.
El valor esencial de esta edición —que se acompaña, entre otros materiales, de una selección bibliográfica relacionada con este hecho histórico— es fijar, de manera definitiva, el texto del alegato de Fidel, libre ya de errores y erratas de anteriores entregas. «La historia me absolverá es, por derecho propio —comenta Álvarez Tabío—, el documento raigal de la Revolución Cubana y uno de los textos principales en la historia del pensamiento político y la acción revolucionaria en Cuba y en América Latina».
¿Cómo logró publicarse por primera vez, en 1954, La historia me absolverá? ¿Cómo le fue posible a Fidel dirigir el proceso confinado en la cárcel de Isla de Pinos? ¿Quiénes participaron en tan arriesgada empresa? ¿Cómo se distribuyeron los miles de ejemplares publicados?
Las respuestas a tales interrogantes aparecen en Pequeña gigante. Historia de: La historia me absolverá (2010), de la periodista Marta Rojas, excepcional testigo del juicio seguido por la tiranía batistiana a Fidel y los asaltantes a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes.
A Marta Rojas se debe, asimismo, un libro de permanente consulta, el documentado testimonio El juicio del Moncada (1979), título definitivo de La generación del centenario en el juicio del Moncada, aparecido en los años 60 de la pasada centuria. Al comentar El juicio del Moncada, las heroínas del Moncada Haydée Santamaría y Melba Hernández aseguran:
Por reflejar verdades, deseos y anhelos de un pueblo que supo liberarse, estimamos que esta obra ha de ayudar grandemente al conocimiento pleno del objetivo que perseguían y las razones que movían a los compañeros del Moncada cuando se lanzaron al ataque de aquella fortaleza militar. Después de haber sido leído este libro por varios participantes del hecho, nos sentimos con absoluta tranquilidad histórica, ya que los aspectos más importantes de este se encuentran reflejados.
Otros títulos sobre la epopeya del 26 de Julio escritos por esta autora, galardonada con el Premio Nacional de Periodismo José Martí, son Los testigos del hospital (1967); El que debe vivir (1978), Premio Casa de las Américas, y La cueva del muerto (1983), este último adaptado al cine por Santiago Álvarez.
En este recuento hay que relacionar algunos libros que firman participantes en las acciones revolucionarias de la mañana de Santa Ana, entre ellos Haydée habla del Moncada (1967), de Haydée Santamaría; Recuerdos del Moncada (1979), de Mario Lazo, y Presidio (1987), de Juan Almeida Bosque.
Como una verdadera rareza puede calificarse La historia me absolverá. Decimario (2013), en cuyas páginas el luchador independentista puertorriqueño Juan Camacho traslada el trascendental alegato a estrofas decimales y versos octosílabos.
He aquí el fragmento final de tan singular obra, un sugerente y respetuoso homenaje a tan aguerrido documento:
Sé que la cárcel es dura, de amenazas y lamentos, de cobarde ensañamiento y de completa censura. Mas nunca la dictadura mi espíritu cejará, ningún tirano podrá doblegar a quien soporta. Condenadme, no importa, la Historia me absolverá.
Otro estudioso de imprescindible referencia sobre el tema es Mario Mencía, Premio Nacional de Historia, quien a partir de sus exhaustivas investigaciones entregó libros como La prisión fecunda (1980), El grito del Moncada (1986) y Tiempos precursores (1986). El Moncada, la respuesta necesaria (2006 y 2013) es, indudablemente, su más documentado y sustancial aporte para entender tanto las causas que provocaron el asalto a las fortalezas orientales como la propia acción y sus consecuencias para el destino de la nación.
Imposible hacer ahora referencia a otros muchos textos —como investigaciones, ensayos, artículos, entrevistas, poemas— que se han encargado, a lo largo de los últimos 68 años, de comentar, indagar, testimoniar y reflexionar sobre el 26 de julio de 1953. Páginas que cuentan de sacrificios y entregas, de ideales y luchas, de esperanzas y certezas… Páginas que son testimonio de una aguerrida época y de quienes fueron sus valerosos protagonistas. Páginas que iluminan la historiografía de la nación cubana.
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Tomado de La Jiribilla.
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