
Los milagros tardan más, del multipremiado escritor y politólogo Juan Carlos Rodríguez, es el título de la novela, publicada por Ediciones UNIÓN, y dirigida —fundamentalmente— a los amantes de la literatura realista contemporánea (término acuñado por el maestro Emilio Comas Paret).
Ante todo, habría que destacar —con letras indelebles— los valores literarios, históricos, ideo-estéticos, humanos y espirituales en que se estructura el texto. En este el autor relata, en primera persona, los éxitos y fracasos, aventuras y desventuras, buenos, regulares y malos momentos que atraviesa una familia de clase media en las épocas anteriores al triunfo de las armas rebeldes, y después de que los revolucionarios cubanos tomaran el poder al derrocar la sanguinaria dictadura del general Fulgencio Batista y Zaldívar (1901-1973).
Escrito con un lenguaje llano, sencillo y directo al centro de la «diana» (el intelecto y el espíritu del lector), narra —desde una óptica objetivo-subjetiva por excelencia, y con marcado matiz autobiográfico— acontecimientos socio-históricos (el sabotaje yanqui al vapor La Coubre en el puerto habanero, la Campaña de Alfabetización, la Limpia del Escambray o Lucha contra Bandidos, la invasión mercenaria a Playa Larga y Playa Girón, la Crisis de Octubre o de los Misiles, las confrontaciones bélicas en el cuerno africano, donde la mayor isla de las Antillas tuvo una destacada participación, el «Periodo Especial», etc.), hasta llegar a nuestros días.
En esos hechos, el protagonista de tan cautivante y absorbente narración (este cronista la ha leído —con sumo placer— en dos ocasiones, antes de reseñarla), es sujeto activo y testigo de mayor excepción desde su adolescencia hasta hoy de cuanto ha acontecido en nuestra geografía insular, y al mismo tiempo, asiste —como consecuencia de las más disímiles razones— a la desintegración o desestructuración de su núcleo familiar, así como a la inhibición (¡por suerte no pérdida!) de los valores éticos, patrióticos, humanos y espirituales, en que —históricamente— se ha sustentado la nación cubana, además de ofrecer sus puntos de vista sui generis acerca de las probables causas multifactoriales que condicionaron la aparición de tan complejas situaciones, tanto en el espectro familiar como social y de otra índole.
Me agradaría finalizar esta reseña —no sin invitar a los lectores a incursionar en las transparentes páginas de Los milagros tardan más— con una evaluación crítica realizada a dicha obra por la doctora Laidi Fernández de Juan:
Los milagros tardan más [según el autorizado criterio de la también escritora y ensayista, que comparto totalmente] atrapa al lector desde el inicio. No puede dejar de leerse y eso es un mérito indiscutible. Es una novela ambiciosa, que abarca un largo período de la Historia de Cuba visto desde la ingenuidad y el convencimiento con marcada honradez. Es [en síntesis] una obra conmovedora.
Si bien el autor no emplea las herramientas teórico-conceptuales y metodológicas de un historiador, Juan Carlos Rodríguez ha tratado —y en mi opinión, lo ha logrado con creces— ser fiel a la antológica frase del doctor Eusebio Leal Spengler (1942-2020), eterno Historiador de La Habana: «La Historia de Cuba debe enseñarse y divulgarse como es, no como quisiéramos que fuera, ni siquiera como debiera ser.
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