Autores y editores de literatura fantástica enfocada en niños y jóvenes se dan cita desde este lunes en el XVI Encuentro teórico Niños autores y libros. Una merienda de locos, que se celebrará hasta mañana en el marco de la 29 Feria Internacional de La Habana.
Una panel moderado por la narradora y dramaturga Elaine Vila, e integrado por los escritores cubanos Yoss y Leduar Tegen, y el argentino Hugo Mitoire intercambió sobre el mundo editorial y los retos de lo impreso ante un mundo más digital.
Perspectivas editoriales
Para Yoss este 2020 tiene buenas perspectivas para la literatura fantástica fuera de las fronteras de la Isla, en lugares como Francia Japón y hasta Bangladesh.
Sin embargo, reconoció que aunque a inicios de década editores foráneos mostraron interés por la literatura fantástica cubana, el bloqueo, desde el punto de vista editorial, también ha impedido que se concreten muchos de estos planes.
Yoss comentó también que a veces al escritor cubano lo quieren catalogar como «étnico», cuando hacemos novela fantástica ello «no pega con lo cubano», dijo.
Para el argentino Hugo Mitoire no ocurre de esta forma, el cirujano plástico y profesor de química devenido en escritor desde los 42 años, dice que solo ha publicado en su país natal y en Cuba (con las editoriales Gente Nueva y Matanzas), y con eso «no necesito nada más», aseguró.
Mi literatura no intenta agradar a nadie, escribo lo que me gusta porque a mi me gusta, y mi principal editorial no me pide nada, soy yo quien les ordeno a ellos, aseguró.
Mitoire, quien se encuentra en Cuba por quinta vez, rememoró que comenzó su carrera como en la escritura pues su hijo (en aquel momento de 8 años) le pidió una noche que le contara un cuento que no lo dejara dormir.
Comencé con narraciones orales, después los hice de forma escrita y entonces nació mi primer libro Cuentos de terror para Franco, escribí de manera caótica y eso le gustó a los niños, confesó.
Por su parte, Leduar Tegen, escritor cubano radicado en Suecia, explicó que los mercados editoriales que conocen son los de ese país y los de España.
Mientras que en España, viniendo de un cubano los libros que aceptan mayormente son los de crítica social, en Suecia las editoriales están interesadas en la literatura genérica, esa que pueda funcionar y leerse en cualquier país del mundo, señaló Tegen.
En el país escandinavo, explicó, es común encontrar la muerte en los libros infantiles, y la forma en que los niños lo enfrentan, es una literatura que funciona.
Llegar al lector
Según Elaine Vilar uno de los tópicos más difíciles para los autores en Cuba es acercar la literatura a los niños, recordó una experiencia personal en Chile, donde visitó una centro de infantes con problemas familiares y con que alegría recibieron su visita, aunque confiesa la autora cubana que ni siquiera les leyó narraciones infantiles pùes no iba preparada para ello.
Sobre la experiencia en las comunidades comentó uno de los asistentes a la cita, el escritor Alberto Peraza, quien se refirió a todo el trabajo que hace Selvi Ediciones, grupo valenciano que tiene en su haber un amplio catálogo de autores cubanos.
Hacemos trabajo en diversos lugares, vamos a escuelas y allí logramos que los niños se involucren y desarrollen los elementos del libro para promover la declamación, la actuación y la danza.
«Los niños son los protagonistas de nuestro trabajo», aseguró, a la vez que explicó que los textos de Selvi son muy atractivos visualmente para los más pequeños de casa.
Migración a lo digital
Al llegar al tema que desde hace tiempo constituye un debate en el mundo editorial: la migración de lo impreso a lo digital, Yoss está convencido de que eso ocurrirá en los próximos años.
Quienes estamos aquí escribimos para los millenials, y vamos a tener que adaptarnos al formato de ellos, aseveró, sin embargo afirmó que no cree que los libros digitales acaben con el libro en papel.
Los libros digitales tienen un problema, y es que hoy no se pueden hacer autógrafos por parte del autor, mañana no sé, bromeó.
En tanto, Leduar Tegen explicó que mientras se pensaba hace años que en estos momentos ya no existirían los libros de papel, las sociedades avanzadas aun lo siguen prefiriendo.
Hay guerra para rato, sentenció.
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