Como parte de las actividades de la actual Feria Internacional del Libro de La Habana, la sala Federico García Lorca del Centro Cultural Dulce María Loynaz, recibió por segundo día a los egresados del Centro de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso. Siete escritores intentaron, desde sus ideas sobre la creación y con una lectura de sus propias obras, responder a la pregunta que los convocaba: ¿De dónde salen las historias? Este es ya el tercer encuentro donde, en varias jornadas, se han reunido en diversos momentos los Onelianos, tal se identifican los graduados del Centro, a compartir sus experiencias.
Con estilos, edades y géneros diferentes desde sus textos, tres muchachas y cuatro hombres compartieron sus opiniones sobre el proceso creativo. La individualidad y soledad de tal acto, los diversos modos de observar, aprehender y transformar la realidad para alimentarse o para desarmarla en sus escritos, y hasta la creación de obras que se basan o reelaboran otras obras, fueron algunos de los temas abordados en el panel que moderó Senén Alonso, también graduado del Centro Onelio.
Rompió el hielo el habanero Johan Moya, Licenciado en Estudios Bíblicos y Teológicos y Máster en Teología. Aunque declaró que habitualmente llegaba tarde a todas las cosas, incluida la literatura y a sus estudios, la formación teologal sí influye en sus creaciones, según reconoció. La obra a la que se refirió es un thriller teológico que le costó cuatro años de trabajo y que se titula «La puerta roja». Es una novela, destacó, que decepcionó profundamente a muchos de mis amigos, porque estaban esperando algo muy «metatrancoso» y yo escribo para divertirme, relató. La «metatranca» es para la filosofía, la teología, y no para la literatura. Aunque se haga sufriendo, porque también en una novela hay cosas desgarrantes; es para divertirme ante todo. Johan destacó además que la labor del Centro Onelio está creando el repositorio más importante de la narrativa joven cubana de los últimos veinte años. «De aquí al futuro, cuando se haga la retrospectiva, existirá un lugar para encontrar qué pasó desde 1999 con todos los egresados hasta hoy».
Le siguió el villareño, de Placetas, Alexy Duménigo, Ingeniero en Ciencias Informáticas y cuyos predios escriturales se mueven fundamentalmente por la ciencia ficción. Duménigo destacó que, al mirar sus creaciones en retrospectiva, ha identificado al menos tres fuentes principales para producir historias. La primera sería de un cuento salido de las emociones, los estados de ánimo; luego el acto de apelar a unir conceptos opuestos, el llamado binomio fantástico, y, por último, la elaboración de historias sobre otras historias. La reelaboración, continuación, las versiones, son algunos de los modos de encarar este método. El creador señaló que tiene muchos referentes de la literatura realista, la rusa en especial, aunque haga ciencia ficción. Su texto leído, basado en una escultura abstracta, se titula «El mundo de Baric».
La habanera y Licenciada en Diseño Industrial, Giselle Lucía Navarro, fue la siguiente escritora en usar de la palabra. La poesía para adultos y la narrativa infantil son de los géneros que mayormente cultiva. Aunque cae en una suerte de nebulosa dispersa a la hora de tratar de definir sus inspiraciones, según dijo, muchas de sus fuentes surgen de las artes visuales, el diseño, o hasta de ideas que no vienen del mundo literario. En el caso de la literatura infantil, una de las influencias que Giselle ha utilizado en su proceso creativo surge de sus intercambios con un grupo infantil al que impartió técnicas narrativas en un taller literario. «Los niños de ahora no son los niños de cuando yo tenía cinco años y hay ya otras cosas que mueven su universo creativo». Añadió que para el público infantil le gusta mucho usar la poesía rimada y destacó que utiliza ese espíritu lúdico junto con el uso de estructuras clásicas como ovillejos, romances, sonetillos y décimas. Su lectura fue el capítulo titulado «El país de los híper», del libro: ¿Qué nombre tiene tu casa?
El periodista, poeta y narrador Antonio López Sánchez es Licenciado en Comunicación Social y tuvo a su cargo la próxima intervención. López señaló que hay diversas fuentes nutricias para elaborar sus textos. En su caso, a las habituales historias de fantasía que ha publicado hasta ahora, suma varios libros inéditos donde hay por igual cuentos eróticos que historias para el público infantil. Ese grupo de géneros diferentes, tiene por lógica fuentes de inspiración diferentes, explicó. «A veces por pedidos directos, a veces por la simple observación del entorno, o hasta por chispas que saltan como ideas principales y luego fluyen y se extienden, a veces hasta surgen de la lectura de una obra ajena, como en el caso del texto que voy a leer». López Sánchez leyó un fragmento de su novela El otro lado del espejo, inspirada en un minicuento de Jorge Luis Borges.
En el turno siguiente fue Nelson Pérez, historietista y artista plástico, quien respondió sobre sus fuentes inspiradoras en la escritura. Quienes nos dedicamos a la literatura sabemos que las ideas están en todas partes, destacó. A uno se le pegan de cualquier forma, lo mismo por ver una pancarta, escuchar una frase, percibir determinada imagen, enumeró. «Hay que tener el radar activado todo el tiempo para captar eso y luego para elaborarlo». Nadie podría dar una fórmula sobre el tema, lo que sí es una labor que necesita mucha constancia, subrayó. En su caso, destacó también la influencia directa del escritor Onelio Jorge Cardoso, bien asimilada y recreada desde un estilo propio, como se hizo evidente al leer el cuento «El Argos».
La escritora y poeta para niños y adultos Lis Monsibáez, de Mayabeque, tuvo la siguiente intervención. En su caso, explicó que no se movía en un entorno de trabajo que tuviera que ver con la literatura. Sin embargo, justo de esos ambientes tan diversos captaba frases, hechos, vivencias variopintas que le servían luego como materia prima para su escritura y caracterización de sus personajes. «Lo que uno no nunca deja de ser es escritor. Aunque no te dediques constantemente a escribir siempre tienes presente a la literatura, las inquietudes propias y ajenas y lo que se desea decir». De esa mezcla es que salen las historias, subrayó. Su lectura fue el cuento «Matemáticas».
Finalmente, la santiaguera Lisbeth Lima, tuvo a su cargo el cierre de la jornada. Además de Licenciada en Biología, es también Especialista en Antropología Física. La narrativa para adultos es la principal de sus inclinaciones literarias. Explicó que en su caso muchas veces pasa largos períodos creando la historia en su mente, a toda hora, hasta que considera que está lista para ser escrita. Narro a tiempo completo dentro de mi cabeza y demoro hasta meses en escribir, porque quiero construirla del todo primero, subrayó. Su amplio currículo provocó la pregunta acerca de si también sus estudios servían de fuente de inspiración y la respuesta fue afirmativa. Entre sus diversos saberes, el trabajo antropológico forense, con cadáveres humanos, trajo consigo un comentario tragicómico: «Estar cerca de la muerte ha sido literariamente muy nutritivo. No puedo decir otra cosa. Es un trabajo tremendo, y muy duro, pero de ahí surgió mi libro Bestias interiores». El cuento de su lectura se titula «Madre» y con este quedó sellado el encuentro.
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