
Portada de la primera edición en francés
Alejo Carpentier, nuevo descubridor de América, describe con precioso estilo sucesos ligados al pasado de nuestra humanidad indígena, y llega el lector a sentir la imagen del escenario americano. Porque nuestro gran novelista encuentra su estilo en Los Pasos Perdidos, estilo barroco con el cual expresa lo propio, define su continente para que este adquiera valor universal, encuentra los pasos perdidos de América, y con ello afirma nuestra autoctonía.
Ahora nosotros, novelistas latinoamericanos, tenemos que nombrarlo todo, —todo lo que nos define, envuelve y circunda: todo lo que opera con energía de contexto— para situarlo en lo universal. Nuestro arte siempre fue barroco. No tenemos pues, al barroquismo en el estilo, en la visión de los contextos, en la visión de la figura humana enlazada por las enredaderas del verbo. El barroquismo, arte nuestro, nacido de árboles, de leños, de retablos y altares, de tallos decadentes y retratos caligráficos y hasta neoclasicismos tardíos; barroquismo creado por la necesidad de nombrar las cosas.[i]
Dos años después de su primera edición esta obra, traducida al francés por René L.F. Durand, es editada por Gallimard, a fines de octubre de 1955, en la colección La Croix su Sud, dirigida por el eminente hispanista Roger Caillois.[ii] Con esta versión francesa Carpentier conquista una de las más preciadas distinciones de Francia: la de El Mejor Libro Extranjero, correspondiente al año transcurrido entre mayo de 1955 y mayo de 1956. Distinguidos críticos franceses otorgaron este premio: André Bay, director de ediciones de la Casa Stock; Albert Blanchard; Jean Blanzat, crítico literario de Le Figaro; Maurice Nadeau director de Les Lettres Nouvelles y crítico literario de France Observateur; Armand Pierhal; Raymond Queneau, de la Academia Goncourt; Kléber Haedens, redactor de la página literaria del París Presse L’Intrasigent; Madeleine Chapsal; Albert Marie Schmidt; Guy Tossy, P. F. Caille, Robert Carlier y Paul Flamand.
Ya por estos años nuestro primer novelista resultaba un autor muy conocido por los lectores franceses y ocupaba un lugar muy apreciado entre los novelistas en Francia.
La edición premiada fue publicada bajo el título Le Partage des Eaux debido a que en la literatura francesa existían dos obras tituladas Les Pas Perdus, los poemas de André Breton y la novela de Robert Fallet. Descartado el título original la obra pudo haberse titulado La Route Interdite (La ruta prohibida o El sendero prohibido) pero los editores descubrieron una novela de Monfryed con este título cuya narración se remonta hasta el ámbito del Mar Rojo. El propio Carpentier sugirió entonces Le Partage des Eaux —división de las aguas— título de resonancia americana que pasó a integrar, en forma definitiva, la colección de los grandes autores hispanoamericanos en Francia.
Apenas un mes después de su aparición en las librerías francesas Le Partage des Eaux merecía por parte de Maurice Nadeau el primer artículo crítico, punto de partida para que los más importantes periódicos y revistas especializadas de Francia publicaran artículos críticos y reseñas periodísticas.
Unos meses antes, en los números de mayo y junio de 1955, la revista francesa Les Lettres Nouvelles publicaba unas ochenta páginas de esta versión bajo el título: «Haut Orénoque».
Gallimard estimó esta novela como el libro de más éxito del año en Francia y los críticos del Club del Libro, seleccionaron como las mejores traducciones al francés El Juego de Abalorios de Herman Hesse y Los Pasos Perdidos de Carpentier.
La crítica francesa consideró esta obra como un libro esencialmente poético, que entrañaba una «revitalización de los mitos», por demostrar que los mitos de la cultura occidental cobraban nuevo sentido en la tierra americana, y señaló además que Los Pasos Perdidos daba una nueva dimensión a la novela americana, tanto por el dramático enfoque de la realidad como por el robusto virtuosismo de su estilo.
La versión inglesa, traducida por Harriet de Onís, fue publicada en noviembre de 1956, simultáneamente, en Londres y en New York. La Editorial Gollancz de Londres aseveró que esta novela sería una de las pocas obras de la época que se leería por muchas décadas en el porvenir y que se trataba de una de las más importantes publicadas por esta casa editora en los últimos 30 años. En la cubierta de la quinta edición de Gollancz, se lee una significativa frase de J. B. Priestley, crítico del Sunday Times: «Juro aquí que es una de las obras más importantes de nuestro tiempo. Perdura en la memoria y es típica». Este destacado dramaturgo británico después de corregir las pruebas de la edición inglesa declaró que Los Pasos Perdidos merecía todos los honores pues traía nuevas fuerzas a la novela del mundo occidental.
Mientras la edición newyorquina aparecía avalada por opiniones de notables intelectuales de lengua inglesa, la crítica londinense destacaba la majestad y el uso milagroso del lenguaje por un escritor de extraordinaria habilidad. Entre otros relevantes críticos ingleses, la poetisa Edith Sitwell opinaba que Los Pasos Perdidos era un libro gigantesco logrado por uno de los más grandes escritores vivientes; Robert Church lo situaba junto a Moby Dick y La Serpiente Emplumada; y André Rousseaux determinaba que Los Pasos Perdidos era la mejor novela escrita hasta el momento por un latinoamericano. En un breve plazo de doce meses esta novela tuvo dos ediciones francesas, una inglesa y una norteamericana, además del Premio otorgado en París. Las versiones noruega, sueca, danesa, holandesa, finlandesa, alemana, italiana y checa, no se hicieron esperar. Por su parte la prensa cubana encumbraba la obra del gran novelista y aseguraba que Carpentier había vuelto a escribir El Quijote.
En 1957, cuando la novela había sido vertida ya a 11 idiomas Carpentier recibe dos ofertas de Hollywood para su filmación pero la firma de este proyecto se hizo efectiva con productores ingleses, encabezados por Tyrone Power quien protagonizaría con Ava Gardner la película. Los exteriores se filmarían en el Páramo de Mucuchies, la Gran Sabana y el Alto Orinoco, y los interiores en Londres y Estados Unidos.
La música sería compuesta por Héctor Villalobos o Carlos Chávez; pero la muerte del conocido productor y actor inglés malogró tal empresa.
No obstante el movimiento editorial de Los Pasos Perdidos continuaría en ascenso en la década del 60. La novela es editada más de diez veces en español y traducida al danés, holandés, inglés, lituano, polaco, sueco, servio-croata y ruso, entre otros idiomas. La edición en ruso, con una tirada de 100.00 ejemplares mereció las mejores opiniones de la crítica soviética que consideró a Carpentier como uno de los mejores novelistas de habla hispana. Y en los últimos cuarenta años esta obra ha sido publicada en español, alemán, checo, estoniano, francés, holandés, inglés, iraquí, italiano, lituano, polaco, portugués, ruso, servio croata, sueco y ucraniano. La edición alemana de la editorial Shurkamp de Frankfurt am main posee una bellísima cubierta ilustrada por Salvador Dalí (1979).
Sin lugar a dudas, es esta novela la que lanza el nombre de Alejo Carpentier a un plano de primerísima importancia mundial, al nivel de los hombres más respetables de la literatura mundial, al nivel de los hombres más respetables de la literatura contemporánea, porque Los Pasos Perdidos por su contenido y por su estilo marca un hito en la novelística latinoamericana y revela la extraordinaria personalidad literaria de Carpentier.
Bibliografía Activa (Complementaria):
1944
Novelas de América.La Habana, 3 junio, 1944.
El Nacional. Caracas, 15 junio, 1951. (Letra y Solfa). «Necesidad de describir y nombrar las cosas en la novela latinoamericana». Las dos versiones de este artículo son casi idénticas, sólo se diferencian en los párrafos finales.
1947
«La Gran Sabana: Mundo del Génesis». El Nacional, Caracas, 19 de octubre, 1947: 10 (Visión de América).
Carteles, La Habana, 25 de enero, 1948. («Visión de América1»)
Revue Francaise. Suplemento (París), enero, 1954. En: Nazoa, Aquiles. «Venezuela Suya». Caracas, Editorial Arte, 1971. p. 83.
1948
«El Salto del Ángel en el reino de las aguas». Carteles, La Habana; 22 febrero, 1948. «Visión de América 2»
Salto descubierto en 1937 por el intrépido aviador Jimmy Ángel
El Nacional, Caracas, 26 de octubre, 1947.
«La Biblia y la ojiva en el ámbito del Roraima». Carteles, La Habana, 28 marzo, 1948, «Visión de América 3»
El Nacional, Caracas, 9 noviembre, 1947.
«El último buscador de El Dorado». Carteles, La Habana, 29 mayo, 1948. «Visión de América 4»
El Nacional, Caracas, 7 diciembre, 1947.
«Ciudad Bolívar, metrópoli del Orinoco». Carteles, La Habana, 9 mayo, 1948. «Visión de América 5»
«Una serpiente emplumada grabada en un cerro en el país de los indios guahibos». Entrevista. El Nacional, Caracas, 10 septiembre, 1948.
De un viaje al Alto Orinoco. Ya por esta época Carpentier estaba escribiendo un largo ensayo sobre el hombre ante el paisaje americano y el paisaje en la novelística americana.
1949
«Alejo Carpentier y la angustia americana». Entrevista por Luz Machado de Arnao. El Nacional, Caracas 31 julio, 1949.
Referencias a El Libro de la Gran Sabana, antecedente de Los Pasos Perdidos.
1950
«El hombre y su huella: Alejo Carpentier». Entrevista por Diego Ussi. El Nacional, Caracas, 27 noviembre, 1950.
Se refiere a Las Vacaciones de Sísifo, título tentativo de Los Pasos Perdidos.
1951
«Misterios de la naturaleza venezolana». El Nacional, Caracas, 21 julio, 1951. (Letra y Solfa)
El Salto del Ángel se está situando ya entre las Maravillas del Mundo.
1952
«Poesía del Orinoco». El Nacional, Caracas, 26 enero, 1952. (Letra y Solfa)
Crónica a propósito de una fotografía publicada en este periódico, en la que se muestra el nacimiento del Orinoco.
«Julio Verne y el Orinoco». El Nacional, Caracas, 23 abril, 1952. (Letra y Solfa)
En torno a «El soberbio Orinoco» libro que pertenece al grupo menos profético de obras del escritor.
«El gran libro de la selva». El Nacional, Caracas, 14 mayo, 1952. Acerca de los petroglifos descubiertos en el Alto Orinoco por el científico Alain Gheerbrandt.
Los Pasos Perdidos. Novela de Alejo Carpentier. Fragmentos. Cruz del Sur, Caracas, julio, 1952.
«Fin del exotismo americano». El Nacional, Caracas, 2 septiembre, 1952. (Letra y Solfa)
Fuimos generalmente, hasta hace muy poco, la planta exótica de los Diccionarios.
1953
«Los Pasos Perdidos». El Nacional, Caracas, 26 marzo, 1953. Fragmentos de los capítulos XIX y XX de esta novela.
«En charla con Alejo Carpentier». Por Salvador Bueno. Carteles La Habana, 26 abril, 1953. Antes de la primera edición de Los Pasos Perdidos.
«Renuevo de la novela. Evolución de la novela en el siglo XIX y en los primeros años del XX». El Nacional. Caracas, 14 octubre, 1953.
«Contrapunto entre selva y ciudad establece la nueva novela de Alejo Carpentier». Entrevista por Carlos Dorante. El Nacional. Caracas, 18 diciembre.
Notas:
[i] Tomado de «Problemática de la actual novela latinoamericana». En su: Tientos y diferencias. México, 1964)
[ii] La misma colección ya había publicado un año antes, la versión francesa de El Reino de este mundo, traducida también por René L. F. Durand.
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