Llega el segundo domingo de mayo, fecha en que celebramos (en Cuba y otras partes del mundo) el Día de las Madres, a pesar de que a ellas las festejamos cada día.
Cubaliteraria no quiere pasar por alto esta fecha, y por eso hoy trae tres famosas madres de la literatura cubana y universal.
Bernarda Alba: Personaje creado por Federico García Lorca y protagonista de la obra teatral La casa de Bernarda Alba.
La matriarca, sus cinco hijas, su madre y dos criadas centran la historia, ambientada en la España del siglo XX, en medio de una sociedad muy conservadora, en la cual el papel de la mujer quedaba relegado al del hombre.
Bernarda, quien enviuda por segunda ocasión a sus 60 años decide vivir un largo periodo de riguroso luto. Se trata de una fémina con un carácter fuerte, demostrado a través de toda la obra.
Además de a las tablas, La casa… ha sido llevada al cine y la televisión, y en nuestro país recordamos la siempre excelente actuación de Corina Mestre como Bernarda en un teleplay.
Nora Helmer: Protagonista de la obra dramática de Henrik Ibsen Casa de Muñecas. Aunque es uno de sus textos más famosos, al momento de su publicación (1879), causó gran controversia al cuestionar los protocolos matrimoniales de la época.
Nora está casada y es madre de tres niños; a primera vista es un personaje frágil y manipulable, pero una serie de acontecimientos a través de la obra hacen que su vida cambie completamente, y que ella se replantee dónde realmente está su felicidad.
A pesar de que el autor negó que esta obra fuese feminista, muchos críticos en la actualidad sí la consideran así, y hoy es material de lectura obligatoria en escuelas y universidades de muchos países, Cuba incluida.
También ha sido versionada más allá del teatro.
Leonor Pérez: Una de las madres más conocidas de la Historia de Cuba, la madre de José Martí, y quien contribuyó a la formación ética y moral del Apóstol.
Los escritos que Martí dedica a su madre o las cartas que le envía son indispensables para entender cómo ese niño se convirtió en un gran hombre, en el más universal de los cubanos. Es precisamente una misiva con fecha del 23 de octubre de 1862, durante una breve estancia en Caimito del Hanábana, el primer manuscrito conservado del Héroe Nacional.
Leonor conocía cada detalle de la vida de su hijo, sus letras mostraban el cariño y respeto que hacia su progenitora sentía.
Uno de los versos más famosos de Martí es el que le dedicó desde la prisión, en el dorso de una foto suya con grillete:
Mírame madre, y por tu amor no llores,
si esclavo de mi edad y mis doctrinas
tu mártir corazón llené de espinas,
piensa que nacen entre espinas flores.
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