En el año 2019, la Editorial Gente Nueva incluyó dentro de su muy gustada «Colección Veintiuno», el título El anillo encantado, de la reconocida autora argentina María Teresa Andruetto, en una edición exclusiva para Cuba. Esta excepción no es extraña entre los creadores extranjeros que publican en la Colección, la cual pervive al cuidado del periodista, investigador, promotor, poeta y escritor Enrique Pérez Díaz, quien la fundara sobre sólidas bases hace poco más de quince años, con un perfil visual muy preciso, diseñado por María Elena Cicard Quintana. El también destacado editor y corrector desempeña estas necesarias labores en el presente volumen, toda una joya salida de las manos de quien obtuviera el bien llamado Nobel de literatura para la infancia hace poco más de una década. Otros libros de esta notable creadora incluidos dentro de Veintiuno son La niña, el corazón y la casa y Veladuras, ambos reseñados en la extinta sección «Barquito de Papel», de Cubaliteraria.
En palabras del editor para la nota de contracubierta, son estos…
Cuentos con sabor a misterio y a ensueño, que nos llegan desde una tradición enriquecida por el oficio escritural de una maestra en el arte de narrar. Como una Sheherezade moderna, la argentina María Teresa Andruetto (Premio Hans Christian Andersen 2012) tributa en este volumen un sencillo y humano reconocimiento a las grandes contadoras de la historia, a esas mujeres que, desde los tiempos de reyes o sultanes, debieron valerse de la palabra, la belleza o la magia para sobrevivir al miedo y la furia (…).
Y ciertamente, en estos veintiún relatos, la argentina se afana por lograr una escritura de altísimo nivel, cual los narrados por la salvadora de doncellas en el Oriente Medio de antaño, ante la promesa de la muerte tras la primera noche nupcial por decisión de un rey apocado y maniático al ser traicionado por su primera esposa. Así desgrana esta Sherezada contemporánea sus palabras, con diversas técnicas y recursos estilísticos que favorecen la seducción de los lectores, tales como: la reiteración, la apelación directa a sensaciones y emociones, la parábola, la alegoría y la metáfora.
Varios ejemplos de la más rancia tradición literaria y cosmológica de los primeros pueblos del mundo, así como fábulas de los tiempos medievales, pueden reconocerse entre las líneas de cada historia; con el propósito de recontextualizar, actualizar y redefinir prejuicios, costumbres y pensamientos ancestrales que han valorizado o lastrado la experiencia humana vital a través de su milenario devenir. La solución lírica a los más burdos y crueles temas (la opresión, el menosprecio, la humillación y la violencia contra las mujeres y la niñez) alcanza altos vuelos en la pluma de la autora, como puede verse en la referencia a la historia del Rey Midas vinculada a un hecho de asesinato por motivos de género y de amenaza a un niño en «El secreto de Amarú» y otro tanto en el relato de estructura dramatúrgica circular: «Huellas en la arena». Esta misma configuración se emplea en «El remedio»; en ambos relatos, los personajes transitan hasta desembocar en una situación sin salida, cual una serpiente que mordiera su propia cola.
Muestra de la versatilidad de la escritora, en cuanto al dominio de varios estilos y géneros, en el mismo formato de cuento que refrenda la obra es «La mujer del moñito», un relato donde se respira el aliento terrorífico de Poe y Lovecraft, sin perder de vista la presencia de un sutil mensaje sobre la importancia y la necesidad del respeto, la confianza, el buen trato y la credibilidad hacia las damas, que se da a nivel metafórico o alegórico, en dependencia de la interpretación que se prefiera. Otro tanto, pero en sentido contrario, ocurre en «Abracadabra», donde se suma lo fantástico y surreal a la asunción positiva de una relación fuera de lo común.
La mitología es relevante entre los temas sugeridos; por ejemplo, la leyenda de la espera casi interminable de Penélope es evocada en el bellísimo relato «Olor a nardos», y el mito de Narciso se encuentra referido en «El anillo encantado», que da título al volumen. El valor del arte en «Solgo» remite a la leyenda de Pigmalión, escultor que insufló vida a su obra. Otro tanto refleja «Engaño», que ensalza la verdadera maestría artística por sobre las imitaciones, y evidencia, además, la imposibilidad de timar con el mismo recurso a una víctima, por inocente que esta sea.
Una original versión social de La bella durmiente es «La durmiente», alusión ineludible desde el título, pero con una proposición diferente al clásico de la literatura infantojuvenil, pues a la soñolienta princesa feudal la despierta nada menos que una revolución popular. Al respecto, el editor apunta en sus palabras sobre el libro la existencia de «Intertextualidad, reescritura y el sabor de los cuentos de hadas (…) que hacen evocar a Perrault, los Hermanos Grimm o Hans Christian Andersen».
En «Los sueños del sultán», la autora cuestiona la relatividad del poder terrenal al volverse, paradójicamente, contra la figura máxima de un país, aquellas mismas leyes y preceptos extremos que ha decretado el soberano. En cambio, la ética a toda prueba es tratada en «Enós y los aprendices», una brevísima y efectiva anécdota que permitirá meditar al lector. Por su parte, «El hombre que había llegado de lejos» resulta una deliciosa manera de completar el relato con otro realizado por un personaje, técnica narrativa lograda de manera harto ingeniosa a través de un sintético diálogo. En «No es fácil encontrar una piedra», la autora pondera el valor de los instantes más volátiles y mágicos para la existencia misma, basada en imágenes reconocibles al efecto, como las lágrimas y el arcoiris. «Ahora que han florecido los cerezos» es una recreación de tradición japonesa que guarda una extraordinaria enseñanza sobre la esencia selectiva de la vida cotidiana, a partir de la toma de decisiones basadas en la experiencia y el aprendizaje. «Camino a Khorasán» propone una ruta de paz para la solución de absurdos conflictos entre países, provocados por quienes desean la guerra; y «Pececitos de oro» remeda a través de una ficción infantil la parábola del hijo pródigo. «El dragón que vino del Norte» muestra la posibilidad de espantar a los agresores con su misma arma a partir de un plan diseñado astutamente, y «Había una vez», resume los roles femeninos ancestrales que han llegado a la actualidad, donde aún mujeres inteligentes, hermosas y sensibles guardan secretos, tercian a favor de la sororidad y salvan a la especie de los atroces caprichos del poder, dejando su huella en una escritura cada vez más reconocida.
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