Si no aprovechamos la fecha para evocar al periodista y escritor Mariano Corona Ferrer ahora, en ocasión de los 150 años de su nacimiento, es probable que sea necesario esperar otros cincuenta años más y entonces casi seguro estará aún más olvidado. De manera que el momento es ahora.
La memoria, o la mala memoria, es un tanto veleidosa y a veces se ensaña. Mariano Corona nació en Santiago de Cuba el 15 de octubre de 1870 (siglo y medio atrás), se hizo obrero tipógrafo, y en el periódico El Triunfo aparecieron sus primeras colaboraciones. En su patria chica fue elegido presidente del gremio de tipógrafos en 1893, se involucró en la insurrección independentista y en 1895 se incorporó a las huestes libertadoras. El mayor general Antonio Maceo, nuestro Titán de Bronce, lo designó director del periódico El Cubano Libre y además trabajó como corresponsal del periódico Patria. ¿Le parece poco? Pues hay más. Terminó la contienda con el grado de comandante del Ejército Libertador y en el propio Santiago continuó publicando El Cubano Libre, después censurado, esta vez por sus críticas a la intervención norteamericana que frustra la plena realización de la independencia cubana. ¿Que no es suficiente? Bueno, pues bien, Corona Ferrer fue elegido representante a la Cámara en los períodos de 1902 a 1906 y 1912 a 1914. Se destacó como orador, y compuso la zarzuela El hijo del diablo. En su bibliografía activa aparecen los libros De la manigua (1900), El jaque, zarzuela cómico-dramática de 1909, Veras y bromas (1911) y Maceo, oración fúnebre pronunciada el 7 de diciembre de 1911 ante la Cámara de Representantes.
Estos datos los hemos tomado de un libro muy poco mencionado pero de mucho valor e interés publicado en 1943, Antología de periodistas cubanos, de otro autor olvidado, Rafael Soto Paz. (Que nos perdone el lector por recordar tanto a «la mala memoria»).
Representante de la ilustre y combativa prensa de la manigua redentora, Mariano Corona falleció el 18 de abril de 1914.
El quehacer ciudadano, el político y el social, no le apartaron de escribir. Lo que a continuación reproducimos es solo el fragmento final de un largo y acerado comentario escrito y publicado por Corona en la edición del 30 de enero de 1897 –en guerra aún Cuba contra España– en El Cubano Libre. Se trata de su respuesta al Mensaje recibido del presidente norteamericano Glover Cleveland con «desafortunadas» opiniones contra los cubanos:
El presidente Cleveland –al revés del noble pueblo norteamericano− no es nuestro amigo, no lo ha sido nunca. En todo tiempo nos negó su apoyo, aunque este hubiese sido reclamado por el derecho y la justicia; y si hay en el Mensaje alguna que otra apreciación que parece favorecernos es, porque la fuerza incontrastable de los hechos, conocidos por el mundo entero que contempla los progresos de nuestra lucha, no ha permitido que fuesen falseados o arreglados convenientemente por el presidente yanqui, que ha tenido la generosidad de poner gratuita e incondicionalmente al servicio de España sus buenos oficios.
Ciertamente merece justa evocación nuestro compatriota Mariano Corona Ferrer. Al menos desde CubaLiteraria le rendimos tributo.
Foto tomada de Ecured
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