Giambattista Marino (18 de octubre de 1569, Nápoles – 26 de marzo de 1625, Nápoles), poeta italiano, fundador del estilo llamado Marinismo, después secentismo, caracterizado por un empleo extravagante y excesivo de conceptos, que se impuso en la poesía italiana del siglo XVII. Su concepción de la poesía, basada en la exageración del artificio manierista, está llena de antítesis y toda una gama de juegos de palabras, pródiga en descripciones y de una sensual musicalidad. Gozó de gran éxito en su tiempo, comparable al que obtuvo Petrarca antes que él. Lo presentamos hoy en traducciones del poeta cubano Jesús David Curbelo.
Para un amante tímido y tácito
Ardo, pero mi ardor grave y profundo,
que no me es dado revelar, señora,
casi nuevo Tifeo, cerrado, opreso,
bajo la piedra del silencio escondo.
Mas del incendio, en que tácito abundo,
cuando frío y temblando a vos me arrimo,
son chispas los suspiros; el real fuego
en mi muda mirada Amor lo encuentra.
Si en ciega quema el corazón se funde,
la oculta faz, encendida en mi alma,
claro muestra en los ojos su esplendor.
Así un techo, cuyo interior enciende
una llama enemiga, su ardor íntimo
por las altas ventanas lo revela.
Per un timido e tacito amante
Ardo, ma l’ardor mio grave e profondo,
cui non m’è rivelar, donna, concesso,
quasi novo Tifeo, chiuso et oppresso
sotto il gran sasso del silenzio ascondo.
Pur de l’incendio, ond’io tacito abondo
qualor freddo e tremante a voi m’appresso,
son faville i sospiri; e ‘l foco espresso
scopre ne’ muti sguardi Amor facondo.
E se si strugge in cieca arsura il core,
l’occulta face, ch’ho ne l’alma accesa,
chiaro mostra negli occhi il suo splendore.
Così tetto talor, cui dentro appresa
nemica fiamma sia, l’interno ardore
fuor per l’alte finestre altrui palesa.
A la boca de su dama
En la nieve de bella faz nacidos
bajo dos soles, no caducas rosas,
no sé si fue Natura o fue Beldad
quien los compuso de orientales púrpuras.
De angélicas palabras amorosas,
de la risa divina puerta oliente:
labios, donde ocultó gracias el cielo,
que el Amor y las Gracias se enamoran.
Tantos allá en la estación florida
no exhala aromas puros, vivas auras,
el dichoso país de los olores,
cuántas dulzuras en sí vivas, ciertas,
cuánta suavidad derrama en mí
vuestro suspiro: ¿qué no harían los besos?
Alla bocca della sua donna
O tra la neve d’un bel viso nate
sotto duo soli, e non caduche rose,
cui non so se Natura o se Beltate
d’orientali porpore compose.
O di parole angeliche amorose
e di riso divin porte odorate:
labra, ove ‘l ciel tutte le grazie ascose,
che le Grazie e gli Amori innamorate.
Tanti colà ne la stagion de’ fiori
puri spirti non spira, aure vivaci
il felice paese degli odori,
quante ha dolcezze in sé vive e veraci,
quanto in me sparge di soave fuori
un sospir vostro: or che farieno i baci?
A los celos…
Lima de amor, carcoma, afán mordaz
que roes mi corazón a cada hora,
impulso de sospecha en mente ajena,
del alma azote, donde paz no alcanzo:
víbora en vaso de oro, ávida y cruda,
en el mar más tranquilo áspero escollo,
en el cielo más claro turbión rudo,
tósigo en flor, rapaz arpía en manjares:
sueño de hombre despierto, velo oscuro
en ojos de Razón, de Averno peste
que envenena la tierra y turba el cielo:
donde Amor no, sino odio eterno habita,
ve a las sombras del mal, sombra de hielo:
mas temo que el infierno te aborrezca.
Alla Gelosia…
… Tarlo e lima d’Amor, cura mordace
che mi rodi a tutt’ore il cor dolente,
stimolo di sospetto a l’altrui mente,
sferza de l’alme, ond’io non ho mai pace:
…vipera in vasel d’or cruda e vorace,
nel più tranquillo mar scoglio pungente,
nel più sereno ciel nembo stridente,
tosco tra’ fior, tra’ cibi arpia rapace:
…sogno vano d’uom desto, oscuro velo
agli occhi di Ragion, peste d’Averno
che la terra aveneni e turbi il cielo:
…ov’Amor no, ma sol viv’odio eterno,
vanne a l’ombre d’abisso, ombra di gelo:
ma temo non t’aborra anco l’inferno.
Visitas: 69
Deja un comentario