Pareciera que Yasmani Rodríguez Alfaro abrió, para sí, el grifo de los lauros en este final de 2023. En menos de tres meses ya acumula dos premios literarios y varios reconocimientos en certámenes de esta manifestación artística y de las artes visuales.
Prácticamente, Invasor le ha seguido de cerca los pasos a este joven artista que no tiene reparos en hacerle caso a las musas y dedicarse, casi por entero, a la creación.
En esta oportunidad, el fin de año ha de celebrarlo con la alegría de la beca de narrativa Rolando Escardó, en el género de cuento, con el proyecto de libro Líneas torcidas.
El propio Yasmani dijo a Invasor que su texto va
«sobre la muerte. No solo la muerte física, sino la muerte del espíritu. La muerte de todas las cosas. En estos cuentos se podrán encontrar personajes en el plano espiritual. Solos, inmersos en sus deseos, sus personalidades introvertidas, contra la noche que habita en nuestros cuerpos, contra la incomprensión humana o contra sí mismos. Quebradizos ante una realidad abrumadora».
Los tres cuentos presentados al certamen cumplen a cabalidad lo anunciado. Pero lo hacen desde la fascinación más ingenua. Lo que denota que su autor no ha perdido esa capacidad de asombro que tanto apreciaba de los niños el poeta cubano Eliseo Diego.
Así, nos volvemos a encontrar con ambientes turbios y personajes desgarrados que viven en una cotidianidad plagada de crudezas y angustias.
El cuento que le da título al libro «nos muestra a un muchacho seguro de sus gustos profesionales, pero que no encaja en la realidad que vive. El padre, en su afán de enseñarle a vivir en un barrio marginal, utiliza métodos que irán quebrantando la personalidad del muchacho y lo llevarán a una cruda e inesperada decisión».
La Beca Rolando Escardó fue convocada por el Comité Provincial de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) en Camagüey, de conjunto con el Centro Provincial del Libro, y contó con un jurado compuesto por los narradores Carlos Esquivel, Ernesto Agüero y un servidor, quienes tuvimos el reto de escoger el ganador entre las 12 obras en concurso.
Bajo el seudónimo de El castaño, Rodríguez Alfaro compitió y el jurado, en el acta leída públicamente, reconoció en Líneas torcidas:
«la fuerza de un título sugerente, que da amplias muestras de la índole temática del posible volumen de cuentos; con una muestra de narraciones que da la sensación de estar participando de la cotidianidad mezclada con la ficción más arraigada; el buen manejo del titulaje y los recursos propios del género.
«Este proyecto posee garra para atrapar la atención del lector y le ofrece historias sugerentes y con dominio de la narrativa. Su discurso es claro, conciso, propio del género y no se desvía de los presupuestos de la narratividad cubana, como para estar dentro de cualquier colección del cuento cubano contemporáneo. Como producto comercial, el libro, una vez terminado y publicado, pudiera llegar a ser un ejemplar de exitosas ventas».
La Beca de Creación Rolando Escardó consiste en el pago de mensualidades durante seis meses para la escritura del libro y homenajea a ese poeta camagüeyano, fundador de los grupos creativos Los nuevos y el Yarabey, fallecido debido a un accidente automovilístico en 1960.
Al cierre de esta información, conocimos que el jurado de narrativa del Premio de la Ciudad de Gerona le otorgó a Yasmani Rodríguez Alfaro una Primera Mención por su libro La comida de los dioses, volumen «de gran organicidad en su temática, donde hay una apropiación bien lograda del imaginario afrocubano y sus prácticas rituales».
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Tomado de Periódico Invasor
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