Antes de leer las narraciones de Michael Fehr (Gümlinger, Berna, 1982) tuve la suerte de presenciar una de sus performances. Fue en la Casa de Traductores Looren, cerca de Wernetshausen, en el cantón de Zúrich, Suiza. Con becas del plan Looren América Latina coincidimos allí, entre enero y febrero de 2018, dos argentinas, un argentino, un brasileño y una cubana. Cinco huéspedes más se beneficiaban de otras modalidades de estancia en el lugar, y todos participábamos de las actividades organizadas por el equipo de trabajo de Looren. Una tarde en que nos habían convocado para lo que se anunciaba como lectura de un joven escritor suizo, Michael Fehr nos sorprendió con su performance, experiencia realmente extraordinaria no solo por habernos llegado en forma inesperada, sino por la belleza y musicalidad de los relatos que el autor suizo escenifica o declama de memoria.
Un periodista ha dicho que Fehr vive en el tiempo de la oralidad. Con razón, porque la manera en que transmite sus textos hace pensar en lo que se cuenta de los aedas griegos, de los juglares y Minnesänger medievales. Las narraciones de Fehr son primero palabra hablada, y solo después su autor las recoge por escrito. La enfermedad visual congénita que aqueja a Fehr no le permite leer y escribir «normalmente», por lo que el escritor dicta sus textos y los graba frase a frase, para trasladarlos luego a la computadora. La peculiar forma de su prosa, fragmentada en oraciones más o menos breves, ha hecho pensar a algunos que sus narraciones son poemas extensos. Pero se trata de auténtica prosa narrativa, aunque lo poético no está ausente en los textos de Fehr, dotados de un ritmo y musicalidad nada comunes. El autor escoge con sumo cuidado las palabras que emplea y las variaciones a que las somete.
Michael Fehr estudió en el Instituto Suizo de Literatura y en la Escuela Superior de Arte de Berna, donde obtuvo el grado de Master in Contemporary Arts Practice. Es cofundador del proyecto Babelsprech para la promoción internacional de la poesía joven, y miembro de su directiva desde 2015. Ha obtenido en dos ocasiones el Premio de Literatura del cantón de Berna (2013 y 2015), y en 2018 mereció el Premio de Literatura de Suiza.
La narración que he traducido para esta sección procede de su libro Glanz und Schatten [Esplendor y sombra, Der gesunde Menschenversand, 2017], donde el autor convoca a personajes que se mueven entre lo cotidiano, lo fantástico y el horror, en dieciocho relatos cuyo estilo recuerda por momentos los cuentos infantiles, y al mismo tiempo deja claro que son los adultos sus destinatarios.
[De: Michael Fehr, Glanz und Schatten. Traducción de Olga Sánchez Guevara.]Qué ocurrencia
Nadie en la familia tiene fantasía
la madre no
el padre ninguna
la hija ninguna fantasía
el hijo ninguna fantasía
nadie tiene potencial
se vive la vida de la familia desde temprano hasta tarde
y por las noches se van a las camas de la familia
para yacer sucumbirPero una noche en el sueño de la hija entra
la madre
se le ocurre
que se creará con un insólito
material especial color violeta un maldito casco
lo crea con una punta inconmensurable
se coloca con el casco violeta en medio de la familia
y ellos entretejen los dedos de todos
para que la madre se suba a ese tejido
que está previsto como mecanismo de lanzamiento
padre
hijo e hija caen
la madre en el centro
de rodillas y se levantan resucitan
para que la madre descienda y se alce
ellos caen de rodillas y se levantan resucitan
hasta que es suficiente y la madre sale disparada del seno
de la familia volando
se apresura hacia afuera y más allá
y pasa por la luna
a la que atraviesa con el casco violeta
para dejar un limpio agujero a causa del regreso
remonta hacia afuera y más allá
hasta el punto muerto
en que la luz del sol termina
en el punto muerto la madre logra dar la vuelta
después de eso ella se empeña en regresar
y va a dar de nuevo a la luz
se dispara con el casco violeta por el agujero en la luna
y llega hasta el seno de la familia para
yacer sucumbir
La hija se calla el sueño
se vive la vida de la familia desde temprano hasta tarde
Pero entonces un día temprano la madre despierta
antes de tiempo al marido
al hijo
a la hija“Se me ocurre
que crearé para mí un casco violeta con una
punta inconmensurable”
la familia sobrevive aturdida a los
preparativos de la madre
pero después ella se coloca con el casco violeta
en medio de la familia
que según las indicaciones de ella entreteje
los dedos de todos
para que la madre se suba a ese tejido
padre
hijo e hija caen
la madre en el centro
de rodillas y se levantan resucitan
para que la madre descienda y se alce
ellos caen de rodillas y se levantan resucitan
hasta que es suficiente y la madre sale disparada del seno
de la familia volando
se apresura hacia afuera y más allá
y pasa por la luna
a la que atraviesa con el casco violeta
remonta hacia afuera y más allá
hasta el punto muerto
en que la luz del sol termina“Maldición
qué ocurrencia
qué embriagador”
pronuncia ella
aunque no se le puede oír
en casa la familia canta a voz en cuello y baila en círculo
y celebra la inconmensurable potencia de la propia estirpe
en el punto muerto la madre logra dar la vuelta
después de eso ella se empeña en regresar
y llega de nuevo a la luz
se dispara con el casco violeta por el agujero en
la luna y llega definitivamente razonablemente para
yacer sucumbir hasta el seno de la familia
que de todo corazón la recibe y
la felicita
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