
El escritor y etnólogo Miguel Barnet recibió la condición de Académico Honorario de la Academia Cubana de la Lengua (ACuL), en reconocimiento a su vasta trayectoria intelectual, el pasado 17 de enero en un profundo acto realizado en la Biblioteca Nacional José Martí. En coincidencia con la celebración de sus 85 años, el homenaje reafirma la impronta de Barnet como una figura imprescindible en la literatura y la identidad cultural de Cuba.
La obra de Barnet ha dejado una huella indeleble en la narrativa cubana e hispanoamericana. Como autor de Biografía de un cimarrón, marcó un hito en el género del testimonio, rescatando voces marginadas y ofreciendo una visión profunda y crítica de la historia y la memoria colectiva. Este libro, junto a otros títulos como Canción de Rachel y Gallego, consolidó su prestigio internacional, destacando por su singular mezcla de rigor histórico y sensibilidad literaria.
El reconocimiento de la ACuL no solo enaltece a Barnet, sino también a la cultura cubana, que encuentra en su obra una reivindicación de sus raíces más profundas. A lo largo de su vida, el escritor ha sido un puente entre la tradición y la modernidad, defendiendo con pasión las esencias culturales de la nación y promoviendo una visión inclusiva y universal del arte y las letras. Este homenaje es, en esencia, un tributo a su labor como custodio de la memoria histórica y como impulsor del diálogo cultural.
El evento contó con la participación de la académica Luisa Campuzano, quien elogió la figura de Barnet en su discurso, y el propio homenajeado ofreció una conferencia especialmente concebida para la ocasión. Además, la Biblioteca Nacional se sumó a la celebración con una exhibición de sus libros, en un gesto que resalta la relevancia de su legado literario.
Miguel Barnet no solo es un escritor destacado, sino también un intelectual comprometido, cuya obra y pensamiento han contribuido significativamente a enriquecer la identidad cultural de Cuba. A sus 85 años, sigue siendo un referente vivo de la literatura y un ejemplo de cómo el arte puede servir para comprender, preservar y transformar la realidad.
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Tomado de CubaSí
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