Miguel de Unamuno publica en 1921 la considerada su última narración extensa: La tía Tula, donde se expresa el ansia maternal, ya esbozada en dos obras anteriores: Amor y pedagogía y Dos madres, que ahora ha tenido a bien publicar la Editorial Arte y Literatura en la Colección Huracán para ponerla a disposición del lector cubano y foráneo interesado en escudriñar en la sicología y en los sentimiento humanos.
Gertrudis, personaje central de la novela, posee una gran fuerza femenina, mezclada con un profundo rechazo hacia los hombres, por considerarlos inferiores. Razón que la hace resistirse a cualquier pretendiente y nunca casarse. Así se convierte en el centro de la a familia al volcar el amor maternal en los sobrinos. Al morir su hermana Rosa y posteriormente de su cuñado Ramiro queda al cuidado de los pequeños. Siempre será tía y no madre, de ahí el sobrenombre de la tía Tula.
Al diseñar la figura de esta mujer muy bien caracterizada, Unamuno, pone de manifiesto su capacidad de volcar el conocimiento que sobre el ser humano poseía para colocarla en un ambiente propio de la época en que se desarrolla el argumento de la obra: doméstico y religioso.
La tía Tula es una novela que a pesar de haber sido publicada hace un siglo guarda la frescura de la buena literatura y ni los años logran alejarla del placer de su lectura, por el diseño de sus personajes, el ambiente donde se mueven estos, el lenguaje asequible, cercano y la ternura que solo emana del sentimiento meternal.
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