
Miguel Jerónimo Gutiérrez es uno de los héroes más admirados en la región central de Cuba. Consagró su existencia a la lucha por la independencia, y su ciudad natal, Santa Clara, a su vez le ha consagrado una estatua que lo revela con el porte augusto de los oradores y los patricios beneméritos, la mirada intensa y el rostro noble. Su vida y hacer son conocidos de los villaclareños, también alguno que otro de sus versos, porque Miguel Jerónimo fue poeta inspirado y de ello hallará prueba en estos apuntes de una composición que tituló A España:
Errada vas, España, si pretendes,
apurando tu bárbara crueldad
el grito sofocar de un pueblo heroico
que sus cadenas te arrojó a la faz.
Si mil mártires fuertes expiraron
en los cadalsos que tu furia alzó,
nos quedan otros mil que a tus verdugos
darán el cuello con tenaz valor.
«La fe y la indignación alientan en su estro y dan a sus palabras esa fuerza que, brotando del fondo inspirador, buscan la forma sonora y cálida que la exprese», escribe José Manuel Carbonell en su valioso estudio compilación de 1928, La evolución de la cultura cubana.
Es la de Miguel Jerónimo Gutiérrez una de las personalidades más atrayentes del proceso de gestación de la Guerra de los Diez Años, y uno de sus más conspicuos representantes en la región central de Las Villas, denominación que entonces recibía el territorio que hoy agrupa las provincias de Villa Clara, Cienfuegos y Sancti Spíritus.
Nacido en la ciudad de Santa Clara el 15 de junio de 1822 —se conmemoran 202 años—, hizo estudios en el colegio de los Padres de San Francisco de Asís, en esa villa, y tempranamente se dio a conocer como poeta mediante colaboraciones en La Alborada, La Guirnalda Literaria, El Progreso, El Guateque, El Central, El Alba y La Época, que se publicaban en este territorio, aunque no termina ahí su presencia en el panorama poético, pues fue asiduo de los cenáculos literarios y las tertulias donde la situación política de la Isla y su estatus colonial constituían una de las preocupaciones más recurrentes.
Gutiérrez lideró junto a otros patriotas el alzamiento revolucionario en la región central de Cuba, que tuvo lugar en febrero de 1869. A partir de ese momento, su participación se hizo cada día más relevante. Fue miembro de la Asamblea Constituyente de Guáimaro, en abril del propio año y vicepresidente de la Cámara de Diputados de la República en Armas, destacando su desempeño en el gobierno civil.
El historiador Ramiro Guerra consideró al patriota un «espíritu sereno y conciliador, con experiencia y elevadas dotes de inteligencia y de carácter», así como «la personalidad más representativa de Las Villas».durante los años iniciales de la Guerra de los Diez Años (1868-1878).
En el plano que más nos concierne, el de su producción literaria, se incluyen en esta la comedia Idealismo y realidad, de 1848, escrita en coautoría con Manuel D. González y Eligio Capiró, y El judío errante, acompañado de nuevo por el primero de los citados. Figura también en la antología titulada Los poetas de la guerra, editada en Nueva York en 1893, y prologada por José Martí.
Víctima de una delación que permitió a una guerrilla española sorprenderlo, Miguel Jerónimo Gutiérrez murió el 20 de abril de 1871. Son varios los ensayos biográficos que sobre la vida y el carácter del prócer se han escrito, entre ellos los de Fernando Figueredo Socarrás y Manuel Sanguily, participantes de la contienda libertadora.
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