A sus 53 años [la entrevista fue realizada en enero de 2021], Nelson Simón González, escritor y poeta pinareño, es reconocido internacionalmente.
Cuando llegué estaba ocupado porque «las plantas también tienen vida, necesitan amor». En ese momento no entendí a qué se refería. Lo observé, para humanizar al escritor de As de corazones, En el cofre de un pirata y Cuentos de buen y mal amor.
Entramos a la casa donde una pared colmada de arte abstracto recibía el suave aroma de los inciensos y la lisura de la luz. Enseguida me invitó a sentarme y comencé a conversar con Nelson Simón González, escritor y poeta pinareño galardonado con el Premio de Poesía Julián del Casal, el de la Crítica y merecedor de la Distinción por la Cultura Nacional.
«De chiquito me atraían textos adecuados para mi edad, así empecé a tener gusto por la lectura, no concibo a un niño de 12 años leyendo literatura para adultos», dijo el poeta refiriéndose a su infancia.
«Me interesa escribir en prosa o en verso, las dos cosas se complementan y en la literatura para niños me siento muy cómodo, me divierte y reconforta. La poesía es más personal, para uno canalizar por ahí las angustias, problemas, cuestionamientos de la vida. Hacer poesía te ayuda a escribir para niños», agregó Simón González.
Muchos consideran más fácil escribir una obra para adultos porque los niños entienden menos, ¿qué cree usted?
Si no acaparas su atención desde las primeras líneas, suelta el libro y sigue, más en estos tiempos, cuando el escritor compite con las tecnologías. Tengo que captar en un niño atención e interés, para juntos participar en la aventura.
El que escribe para ellos debe ubicarse en un lector distante de él, lo cual requiere esfuerzo, es similar a la comunicación con una especie de la cual formaste parte, pero estás alejado por la edad y la experiencia, comenta el autor de Brujas, hechizos y otros disparates.
Nelson no es de escribir todos los días, para él, «hacerlo sería una locura. La escritura es un acto de génesis y a diario no se tiene esa habilidad. Solo lo hago cuando el espíritu de la creación me toca. Solo programé mi tiempo cuando trabajé en la radio. En ese medio me inicié, hacía guiones para programas infantiles», sin embargo, no siguió, pues sentía que atropellaba su vida literaria en producciones que lo autorealizaban menos.
Indago sobre el ambiente que lo rodea cuando escribe y Nelson Simón necesita el mundo detenido, se aísla, quiere paz, tranquilidad absoluta. Trata de sentarse solo, hace una taza de café y pide no ser molestado: «Es como cuando estoy con mis orquídeas».
De inmediato entendí que para él, las plantas necesitan ser comprendidas, pues llevan entrega, trabajo, sacrificio, pasión y tiempo: «Las cuido como a mis hijas, porque así es como las veo. De igual manera me sucede con lo que escribo: la literatura ya se ha hecho parte de mí, la llevo impregnada en mi cuerpo».
¿Ha pensado escribir para adultos?
De hecho lo intenté, escribí una novela para adultos en España, en solo tres meses. Al final nunca lo publiqué porque los personajes eran muy reales, me deprimí, era una historia que estaba pasando en algún lugar.
Recomienda leer la poesía española, aunque le encantan algunos cubanos como Eliseo Diego y Nicolás Guillén. En el caso de la literatura infantil, prefiere la argentina porque habla del niño tal como es, no trata de arreglarlo.
Nelson tiene varios proyectos en mente, «estoy preparando un libro, trata sobre actividades cotidianas de los niños, pienso en historias de pequeños del mundo, claro alguna tiene que ver con Cuba. Abordaré sobre la emigración, la miseria, los trabajos duros que pasan para sobrevivir».
El ingrediente fundamental de sus libros es la honestidad, su historia tiene que conmover, debe sugerir, jamás llegar a la imposición; el lector debe sentir una posición sincera de quien la escribe.
¿Qué piensa de la literatura infantil actual?
Creo que esta es una etapa de transición, de cambio, hay quienes confunden la clave del éxito. Ahora la literatura es más libre, hay diversidad de trabajo, estilo, interés. Muchos escritores comienzan pensando que será fácil y por eso no dominan los temas para niños.
Nelson Simón es consciente de su responsabilidad detrás de un libro para un público tan exigente. Él no quiere decepcionarlo y mucho menos disgustarlo: «Seguiré como hasta ahora, la clave del éxito es escribir con humildad».
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Tomado del blog Isla Sur
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