Cirilo Villaverde de la Paz nació en octubre y, coincidentemente, murió en ese mismo mes a los 75 años.
Periodista, maestro, traductor y escritor, es reconocido por ser el padre de nuestra Cecilia Valdés o La loma del Ángel, a la que dedicó cuarenta años de gestación. Novela antiesclavista, considerada la obra cumbre del siglo XIX latinoamericano y cubano, y la que inicia este género en la isla, se puede clasificar como la novela nacional cubana; sin embargo, fue muy criticada, tratando de minimizarla.
Villaverde prefirió, en la segunda versión definitiva de su obra, sacrificar el predominante gusto romántico para privilegiar la descripción realista, la crítica de costumbres y su pensamiento antiesclavista. Los sucesos de la Conspiración de la Escalera son el corazón que la impulsan por su carácter racista sembrado en la conciencia del individuo. Cirilo Villaverde más que un escritor se transforma en un historiador.
Desterrados los dos, Martí y él, hay una conexión que lleva al Apóstol a comprenderlo, aun cuando su estilo de escribir no se parecía en nada al suyo. Cecilia Valdés se publica en el exilio neoyorkino de su autor mientras «vivía muerto», comparación dada por Martí en 1882.
El 23 de octubre de 1894, le dedica unas palabras en el periódico Patria al fallecer Cirilo Villaverde:
[…] su vida larga y tenaz de patriota entero y escritor útil ha entrado en la muerte, que para él ha de ser el premio merecido, el anciano que dio a Cuba su sangre, nunca arrepentida, y una inolvidable novela. Otros hablen de aquellas pulidas obras suyas, de idea siempre limpia y viril, donde lucía el castellano como un río nuestro sosegado y puro […] otros digan cómo aprovechó para bien de su país el don de imaginar, o compuso sus novelas sociales en lengua literaria, antes de que de retazos de Rinconete o de copias de rancia e Inglaterra diesen con el arte nuevo los narradores españoles. ¡Y qué manso contraste, el de la blandura de sus gestos con el azote y rebeldía de su palabra! […].
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