
Odiarás a tu prójimo, es una obra del laureado poeta, escritor y psiquiatra santiaguero, doctor Reynaldo Duret Sotomayor (1958-2024), publicado por la capitalina Ediciones Extramuros, y prologado por la escritora y editora Dulce María Sotolongo Carrington.
En dicho volumen de relatos cortos, el doctor Duret Sotomayor le plantea al lector dos interrogantes fundamentales: ¿Es la privación de libertad (uno de los tesoros más preciados del ser humano) la sanción idónea para resolver las causas y efectos del delito o ajustar comportamientos desviados de la norma conductual, aceptada y percibida como adecuada por la vigente programación socio-cultural? ¿Hasta dónde puede alguien, condenado a vivir determinado lapso tras las rejas, reeducarse o rehabilitarse desde la vertiente psicosocial?
Desde una óptica objetivo-subjetiva por excelencia, las respuestas a esas preguntas las ofrece el experimentado profesional de la salud mental devenido narrador de historias crudas, impactantes, cuyo realismo llega a herir la sensibilidad humana, ya que explora hasta la saciedad las regiones primigenias del cerebro humano. En esos ignotos lugares, se agazapa la «bestia salvaje» que nos acerca al «lobo estepario» que, según el laureado poeta y novelista Hermann Hesse (1877-1962), Premio Nobel de Literatura 1946, se oculta en las zonas más intrincadas de la psiquis del homo sapiens.
En Odiarás a tu prójimo, el autor disecciona —con afilado bisturí— los componentes esenciales de la personalidad de los presos. Virtudes (algunos las poseen, ¿por qué negárselas?), defectos (que identifican a la mayoría), inconsistencias, necesidades (incluidas las psicosexuales, que los empuja a establecer relaciones íntimas con otros hombres para liberar la libido o deseo sexual reprimido, como consecuencia de la reclusión carcelaria), debilidades e inconsistencias, entre otros rasgos caracterogénicos.
El nivel psicopático de funcionamiento psicológico es el que prevalece en los personajes que desempeñan papeles protagónicos, secundarios u ocasionales, en las 20 historias en que se estructura ese texto, y que comienzan con una cita de la poetisa y escritora Dulce María Loynaz, Premio Cervantes de Literatura 1992, cita que ilustra —magistralmente— el contenido de cada una de las historias recogidas en Odiarás a tu prójimo, en el que no se abusa —en modo alguno— de las palabras malsonantes, propias del lenguaje carcelario, sino que la jerga soez solo se utiliza cuando el momento u ocasión tensional lo requiere.
Por otra parte, ese nivel de funcionamiento psicológico se caracteriza —precisamente— por la anulación del superyó (código ético-moral que regula el comportamiento del ser humano en sociedad), y la apertura hacia el exterior de la «Caja de Pandora», localizada en el componente instintivo del inconsciente freudiano, y que suele desencadenarse en los regímenes carcelarios o cerrados.
Una afamada psiquiatra y rorscharchista canadiense clasificó —con gran ingenio y sentido del humor— los diferentes niveles de funcionamiento psicológico: el normal, el neurótico y el psicótico, pero —¿acaso lo hizo de forma deliberada?— dejó fuera de esa clasificación los niveles defectual y psicopático. Se me ocurre describir este último como el comportamiento de aquel sujeto que vende, hipoteca, alquila o le prende fuego al castillo. Así funciona la casi totalidad de los personajes que, en ese contexto literario, desarrollan sus actividades habituales en prisión, bien sea como reclusos o como carceleros (con honrosas excepciones, que las hay).
En las páginas de esa verdadera joya de la nueva literatura realista insular (como la califica el poeta y escritor Emilio Comas Paret), los interesados en esa controversial línea temática podrán conocer los infortunios y las desventuras de los reos que, por dictamen judicial de los tribunales competentes, cumplen condenas en esa cárcel —creada por la fértil imaginación del doctor Duret Sotomayor— por haber incurrido en disímiles hechos delictivos. Desde la violación sexual a menores, hasta homicidios o asesinatos, tipificados y sancionados en el vigente Código Penal de la República de Cuba.
Odiarás a tu prójimo podría clasificarse como un libro sadomasoquista, donde los personajes —alejados años luz del mundo idílico con el que algunas personas sueñan— traspasan los límites para buscar acciones que les brinden seguridad y satisfacción en un escenario incompatible y reiterativo. El humor negro le tiende islas salvadoras a quien se sumerja en esas turbulentas «aguas albañales» para que la angustia (miedo a lo desconocido, al decir del psiquiatra hispano-cubano, doctor Emilio Mira y López) no lo asfixie.
No obstante la podredumbre moral y espiritual que registra ese libro, el autor pone en boca del oficial Abel Rosales («Cachete»), quien sustituye a su finado predecesor, un mensaje de carácter ético-humanista, basado en dos aforismos martianos: «la noción del bien flota sobre todo y no naufraga jamás», porque «[…] tengo fe en el mejoramiento humano […], en la utilidad de la virtud y en ti».
Reynaldo Duret Sotomayor era doctor en Medicina por la Universidad de La Habana y especialista de II Grado en Psiquiatría, profesión que ejerciera desde hacía varios años hasta su lamentable deceso. Miembro de la Asociación de Escritores de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) y de la Sociedad Cubana de Psiquiatría (SCP) le aportó a la literatura cubana, y de un poco más allá de nuestras fronteras geográfico-culturales, varios libros publicados por editoriales nacionales y foráneas.
Con esta reseña, quiero evocar la sagrada memoria del doctor Reynaldo Duret Sotomayor, inolvidable colega y amigo de los años, quien ya duerme el sueño eterno en los amantísimos brazos del «Espíritu Universal»; leitmotiv en la obra poético-literaria y periodística de José Martí.
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