«Ni apocalípticos ni integrados: abrazar la tecnología para desarrollar una IA humanocéntrica»
Este martes 20 de febrero, la VI Edición de Cuba Digital para esta 32 Feria Internacional del Libro de La Habana, se congratuló con la presencia del argentino Pablo Canalicchio, multiprofesional, director de la carrera de Edición de la Universidad de Buenos Aires y actualmente director editorial en SALIM Ediciones —de literatura infantil y juvenil—, quien ofreció una conferencia-conversatorio sobre «Evolución editorial. Tendencias e inteligencia como herramienta de cambio».
Especie de conferencia descontracturada —según su propio decir—, mantuvo su foco sobre las tendencias en la industria editorial y las nuevas prácticas de trabajo en tiempos de ChatGTP, ratificando la necesidad de que sea siempre la inteligencia humana quien nos guie, aunque precisemos las herramientas tecnológicas para articularlas al proceso editorial.
En cuanto a las tendencias en la industria editorial actual enumeró algunas como la segmentación, impresión 3D, las blockchain, big data, cloud computing, internet of things (IoT), machine learning, entre otras; y se refirió a las estrategias y métodos que podemos emplear para nuestro beneficio.
También expuso las distintas posturas que se tienen ante la Inteligencia artificial (IA), y mencionó las contribuciones de Stuart Russell y Peter Norvig:
La inteligencia artificial (IA) es el estudio de cómo hacer que los ordenadores realicen cosas que, por el momento, la gente hace mejor. Se trata de un campo de estudio muy amplio, que abarca desde tareas prácticas, como el reconocimiento de caracteres manuscritos o la conducción de vehículos, hasta tareas teóricas, como el modelado de la visión o el aprendizaje de máquinas. La inteligencia artificial no se limita a la simulación de la inteligencia humana, sino que también abarca el estudio de la inteligencia animal y la inteligencia artificial en general.
(Russell, S., & Norvig, P. 2010: Inteligencia artificial: Un enfoque moderno, Pearson Educación)
A este respecto fue significativo que reconociera la suya propia: «No soy ni apocalíptico ni enamorado de la IA, soy intermedio», si bien se refirió a sus grandes potencialidades (automatización de tareas rutinarias, aumento de la eficiencia, multiplicidad de tareas en paralelo y potenciar la creatividad —poniéndole ojo incluso a esto último); también apuntó los peligros y debilidades (riesgo de sesgos o discriminación, seguridad de los datos, dependencia de la tecnología, aumento del desempleo al automatizar procesos humanos y las fronteras del plagio), así como ofreció los principios básicos del aprendizaje automático, los usos y contextos del ChatGTP en la industria editorial y el impacto de las IA en la enseñanza / aprendizaje.
Para finalizar, concluyó con que el momento en que nos encontramos entraña investigación y experimentación, reflexión y apertura a los nuevos enfoques y tecnologías, «manteniéndonos informados y actualizados sobre las últimas tendencias en el campo de la IA» y supone que deberíamos proponer una legislación que nos proteja, tanto en el sector público como privado; incorporar nuevos actores y crear un observatorio sobre uso y buenas prácticas con IA, entre otros objetivos, y muy especialmente no olvidar: «La importancia de implementar la IA de manera responsable, considerando la privacidad, la equidad y la transparencia».
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